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Con estos trucos tu chimenea no te dará ningún problema y evitara los incendios

Su mantenimiento es fundamental no sólo por cuestiones de higiene, sino también por la seguridad de la vivienda y de sus habitantes

En pleno mes de diciembre, parece que ya hemos dado el pistoletazo de salida a la temporada de frío, con lo que eso conlleva: el encendido de la calefacción y radiadores convencionales, así como de las chimeneas, un método perfecto para calentar el hogar y aportar además un toque muy acogedor, con sus chispeantes llamas. Sin duda, las chimeneas aportan calidez y confort a una estancia, y por ello es importante mantenerlas correctamente pues más allá del disfrute de encenderla, su cuidado resulta fundamental. No sólo por cuestiones higiénicas, que también, sino por seguridad.

Si no la mantenemos correctamente, corremos el riesgo de que la combustión y la salida de humos no sea la más adecuada y ello conlleve accidentes indeseados. Por eso, antes del primer encendido del invierno conviene realizar una limpieza a fondo. Si ya la has puesto en marcha no te preocupes, solo has de esperar a que se enfríe para limpiarla bien. En caso de que sea muy vieja, lleve mucho tiempo en desuso y nunca la hayas limpiado, es aconsejable solicitar ayuda de un deshollinador profesional. Pero si se trata de una limpieza rutinaria, puedes hacerla tú mismo en casa con unos sencillos pasos. Papá Noel, que está a punto de llegar lo agradecerá.

Cómo limpiar correctamente una chimenea de leña

En primer lugar, cubre con sábanas o toallas viejas, cartones o plásticos todo el perímetro de la chimenea. Durante la limpieza se van a desprender hollines y cenizas y pueden estropear el suelo o los muebles. Antes de «meterte en faena», ponte unas gafas protectoras, mascarilla para no inhalar cenizas y unos guantes. Además, necesitarás un cepillo de púas resistente, a ser posible específico para limpiar chimeneas, pues cuentan con mangos extensibles y flexibles que te facilitarán la tarea.

UNA CHIMENEA ENCENDIDA

Para empezar, debes frotar bien, de arriba a abajo, el tubo extractor para desprender de sus paredes el hollín y las cenizas. Luego, retira los residuos con una pala, un cepillo para la chimenea o una aspiradora. Aunque puedes usar la de casa, existen aspiradoras específicas para chimeneas, muy recomendables si la usas a menudo. A continuación, sigue el mismo procedimiento para frotar y limpiar las paredes del hueco de combustión de la chimenea. Recoge de nuevo todos los deshechos que hayan caído y, finalmente, pasa la aspiradora y un trapo húmedo por alrededor de la embocadura. Ya estaría.

Aunque con este procedimiento ya estaría tu chimenea lista, los expertos aconsejan realizar una limpieza química una vez al mes, utilizando leños deshollinadores o bolsas limpiadoras para tal fin. Es importante seguir las instrucciones del producto que escojas, pues dependerán del fabricante. Asimismo, si quieres quitar alguna mancha en tu chimenea, puedes disolver vinagre o bicarbonato en agua y frotar con un cepillo de cerdas resistentes. Otra recomendación es encender siempre el fuego con astillas o pastillas de encendido, pues generan menos alquitrán que el papel.

Otros consejos que pueden facilitar el mantenimiento de tu chimenea es usar siempre el combustible específico para esta. Es decir, leña para la de leña, pellets para la de pellets, etcétera. En el caso de las chimeneas de leña, lo más recomendables es escoger siempre madera seca, dura y con poca resina, como roble o encina. Las maderas más blandas tienen mucha resina y esta se deposita en el tubo de la chimenea como creosota, lo que a la larga puede causar problemas.

Mantenimiento de las puertas para chimeneas

Las puertas de la chimenea también deben estar en buenas condiciones. Un poco de agua y jabón y un cepillo fuerte nos ayudará a tenerlas en perfecto estado y la chimenea lucirá mucho mejor. Después de la limpieza profunda, no está de más limpiar con un limpiacristales al menos cada dos o tres días. Así te aseguras poder ver el fuego si te gusta mirarlo. Una vez al año debe hacerse una limpieza en profundidad, preferiblemente a manos de un profesional para que también pueda revisar el estado de la chimenea y comprobar que todo está en perfectas condiciones.

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