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Por qué y cuando elegir un aceite de oliva o uno de girasol

Te damos una comparativa sobre sus beneficios y utilidades

En el arte culinario existen defensores y detractores tanto del aceite de oliva como el de girasol, los cuales tienen características únicas que le confieren su funcionalidad. Por ejemplo, el de oliva se elabora a partir de la aceituna y tiene un alto nivel de polifenol, lo cual le permite ser un excelente antioxidante; por su parte, el de girasol se crea procesando la semilla que lleva su nombre y sus poderes antioxidantes provienen de la cantidad de vitamina E que presenta.

Otra de las grandes diferencias es que el de oliva es rico en grasa monoinsaturada, específicamente ácido oleico; mientras que el de girasol lo es en ácidos grasos poliinsaturados. Es preciso que conozcas cuáles son los usos idóneos de cada uno, tanto en la gastronomía, salud o belleza.

Aceite de oliva: cuándo, por qué y para qué se usa

aceite de oliva salud

Existen varios tipos: el aceite de oliva virgen extra, es el de mayor calidad pues su nivel de acidez no sobrepasa los 0.8°; el virgen, que se extrae de la aceituna por presión en frío; el refinado, extraído con calor y requiere otros elementos para eliminar impurezas; el puro de oliva, una mezcla entre el virgen y el refinado. Los dos primeros son los mejores a nivel de acidez, características organolépticas y saludables. Veamos sus usos por área:

1. En la cocina

El aceite de oliva, especialmente el virgen extra, es uno de los protagonistas de la dieta mediterránea y muy usado para freír por su capacidad de soportar elevadas temperaturas sin perder sus propiedades. Sin embargo, cuando lo estés precalentando, antes de colocar el alimento, no debe humear; tampoco ha de ser utilizado más de cinco veces y si lo vas a reusar debes filtrarlo antes.

Es especial para acentuar los sabores en las ensaladas, también es un buen toque para las salsas, sobre todo si se trata de carnes. En el desayuno será el mejor amigo del pan, agrégale un poco de queso, tomate triturado, una pizca de orégano y sal. El gazpacho, sopas frías, salmorejo, guisos, son otras alternativas donde puedes incluir a este hijo de la aceituna, también conocido como oro líquido. Preparar croquetas, patatas fritas o berenjenas asadas en un chorrito de oliva, será un verdadero arte culinario.

Por su composición de grasas saludables se ha posicionado en toda la repostería como sustituto de la mantequilla; un buen ejemplo es el mantecado con aceite de oliva virgen. Y ya que también funciona como conservante, es perfecto para mantener productos como el atún, sardina, pulpo, queso.

2. Para proteger la salud

Los beneficios del aceite de oliva son tan buenos que los médicos recomiendan consumir dos cucharadas a diario. ¿Por qué? Resulta que su composición de polifenol y grasa monoinsaturada tiene un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio que evita/controla enfermedades crónicas, como la hipertensión arterial, el alzhéimer, la fibromialgia, la diabetes o el cáncer. Sobre todo es capaz de elevar el nivel de colesterol bueno (HDL) en la sangre y reducir el dañino (LDL).

También posee carotenoides y vitamina E que mantienen las funciones cognitivas, protegen a las células de efectos oxidativos ralentizando así el envejecimiento, cuidan la piel, el cabello, reducen la aparición de trombosis.

3. Como aliado de la belleza

Los mismos compuestos que lo hacen ser antioxidante y su contenido de escualeno lo posicionan como un hidratante natural. Es así como el mundo de la cosmética ha adoptado el aceite de oliva en la elaboración de cremas para la piel o para afeitar, tónicos capilares, jabones, geles, tratamientos para evitar arrugas.

Si quieres tener un cabello fuerte, suave y brillante puedes aplicar un poco de este oro líquido desde la raíz hacia las puntas en seco, masajea y deja actuar por 20 minutos, después retira con champú. Si tienes una quemadura, higieniza esa área y aplica un poco para que rehidrate la piel y evite infecciones.

Aceite de girasol: cuándo, por qué y para qué se usa

El aceite de girasol se extrae y luego se refina, por lo que pierde algunos de sus compuestos y es de menor calidad que el anterior. Sin embargo, también posee una acción antioxidante a través de la vitamina E que posee en altas cantidades. Además, su sabor más sutil es idóneo si quieres destacar algún alimento en la cocina.

1. Para cocinar

Aunque resiste a elevadas temperaturas no tiene tanta estabilidad como el de oliva, pero su precio un poco menor ha hecho que este sea la opción principal cuando se trata de freír grandes cantidades de alimentos, o aquellos que demandan mucho aceite en su cocción. No es conveniente reusarlo.

Como tiene un sabor suave muchas personas lo recomiendan para elaborar mayonesas, salsas donde deseas destacar ingredientes más fuertes, en los platos exóticos donde lo que se busca es brindar una explosión de sabores provenientes de carnes, verduras o vegetales.

Es ideal para los aderezos de alimentos no cocidos, ya que en crudo sus antioxidantes se potencian más que al estar en contacto con el fuego. En algunas creaciones puntuales de repostería, como los pasteles y galletas, es una alternativa a la mantequilla para dar un tono más neutral.

2. Para beneficiar la salud

Como hemos mencionado, el aceite de girasol tiene ácidos grasos poliinsaturados omega 6 que necesita el organismo pero que solo se obtienen a través de los alimentos, reducen la grasa en el hígado, intervienen en el crecimiento de las células, ayudan a su protección frente a los radicales libres, fortalecen los tejidos, disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre.

La vitamina E se conjuga con estos ácidos grasos para hacer un efecto antioxidante que resguarda el sistema inmune y ayuda, en menor medida que el de oliva, a evitar enfermedades degenerativas.

3. Como tratamiento estético

Ya que el sebo de nuestra piel contiene ácido linoleico y este aceite también, se encargará de aportar la concentración ideal para mantener la humedad y la barrera frente a los agentes contaminantes o gérmenes. Además es no comedogénico, es decir, no bloquea los poros y los limpia de las células muertas, por lo cual se puede usar en cualquier tratamiento facial para personas que tengan de acné.

Gracias a que contiene vitamina E es capaz de retornar la suavidad y lozanía tanto a la piel como al cabello, al tiempo que los nutre. Y funciona para calmar cualquier irritación cutánea.

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