Siempre se ha dicho que lo mejor para mantener la salud de nuestro organismo era realizar al menos 5 comidas diarias repartidas entre horas. Pero, ¿y si esto realmente no fuera así?
Lo cierto es que actualmente existen muchas corrientes que comienzan a hablar de otras pautas de alimentación que también pueden tener ventajas para nuestra salud y resuena uno en particular: el ayuno intermitente.
Pero, ¿qué es el ayuno intermitente y cómo funciona? Si quieres conocerlo a fondo y saber cuáles son los beneficios que puede tener para nuestra salud, te aconsejamos que sigas leyendo.
¿Qué es el ayuno intermitente?
Seguramente hayas oído hablar más de una vez del ayuno intermitente porque se ha convertido en un método muy popular para provocar la pérdida de peso. Pero ¿sabes en qué consiste? ¿Cuáles son sus beneficios?
Este remedio tan popular consiste básicamente en aplicar a nuestro estilo de alimentación ciertos periodos donde se produce el ayuno, es decir, ciclos en los cuales no consumimos ningún tipo de alimento.
Habitualmente, lo que se hace es reducir el número de comidas que se realizan al día, pasando de las 5 comidas al día recomendadas a tomar solamente 3. De esta forma se provoca un ayuno que suele ser de unas 8 o 10 horas, si bien es cierto que algunas personas lo amplían a periodos más prolongados.
En cualquier caso, son diversos expertos los que han afirmado que esta práctica puede tener muchos beneficios para nuestra salud que van más allá de la pérdida de peso. Vamos a conocerlos en detalle a continuación.
5 beneficios de hacer ayuno intermitente
El ayuno no es algo novedoso ni mucho menos. De hecho, su eficacia para hacer que ciertos problemas de salud mejoren es algo que se sabe desde la antigüedad, pero actualmente ha suscitado el interés de muchas personas.
A continuación te explicamos sus principales beneficios para que entiendas por qué ha conseguido tener tanta fama.
1. Diabetes y pérdida de peso
Uno de los primeros beneficios que tenemos que reseñar a este respecto es el hecho de que el ayuno puede ayudar en el tratamiento de la diabetes al favorecer la pérdida de peso y mantener estables los niveles de glucosa.
Lo que ocurre es que, durante ese periodo, los niveles de glucosa en sangre van descendiendo progresivamente y esto hace que el cuerpo se vea obligado a movilizar las grasas acumuladas en el tejido adiposo con el objetivo de reservar esa glucosa.
2. Favorece la relajación
Al igual que ocurre con el ejercicio, el ayuno también provoca una respuesta natural ante el estrés, haciendo que estemos más relajados. Pero no solo eso, también favorece la concentración y la claridad mental porque no gastamos energía en realizar la digestión.
Esto hace que, si lo combinamos con actividades como el yoga, podamos obtener beneficios aún mayores y rebajar los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés.
3. Mejora nuestro autocontrol
El autocontrol es esencial para poder manejarnos en nuestro entorno y es otro de los beneficios que podemos obtener del ayuno intermitente. Hablamos sobre todo del autocontrol en relación con la comida, el cual es esencial para evitar ciertas conductas compulsivas como puede ser la ansiedad por comer.
Esto se produce porque, al practicar el ayuno, comenzamos a ser conscientes de que muchas veces cuando comemos no sentimos un hambre real. Algo que nos permite vencer ciertas tentaciones haciendo que nuestra mente se fortalezca.
Además, el ayuno supone un reencuentro con nuestro interior que nos ayuda a experimentar más paz y a ser más conscientes de aquello que está pasando a nivel interno. Piensa que, cuando reducimos el número de comidas que realizamos al día, tenemos más tiempo para pensar en otras cuestiones y en reflexionar, algo que nos ayuda a crecer y conectar mejor con nuestras necesidades.
Este efecto es aún mayor si realizamos un ayuno total y prolongado a lo largo de una serie de días. No obstante, hablamos de prácticas más complejas y que deben ser supervisadas por un experto para que resulten totalmente seguras.
4. Ralentiza el envejecimiento del cerebro
Con el paso de los años, nuestro cerebro comienza a experimentar daños debido al envejecimiento de las neuronas, pudiendo provocar ciertas enfermedades neurológicas. No obstante, esto es algo que podemos reducir gracias al ayuno intermitente.
Fue Mark Mattson, profesor de neurociencia en la Universidad John Hopkins, quien demostró que este tipo de práctica puede proteger a nuestro cerebro de ciertas enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Todo ello gracias a que ayuda al proceso de neurogénesis que consiste en provocar la renovación de las neuronas y que nos permite ralentizar el deterioro cognitivo que producen estas enfermedades, potenciando también otras capacidades, como vamos a comentar a continuación.
5. Ayuda a mejorar ciertas facultades mentales
Finalmente, y como acabamos de comentar más arriba, el ayuno también puede ayudarnos a mejorar ciertas capacidades cognitivas y tener una mayor claridad mental. En concreto, diversos estudios han demostrado que se mejoran las capacidades de:
- Estudiar y concentrarse
- Pensar
- Recordar (y la memoria en general).
- Mejorar la planificación
- Gestionar situaciones
- Generar ideas creativas
La razón es bastante simple: al no tener que derivar recursos al estómago para realizar la digestión, nuestro cerebro cuenta con más energía para llevar a cabo los distintos procesos. Algo que hace que puedan mejorar de manera considerable nuestras capacidades para desempeñar distintos tipos de tareas.
De hecho, el ayuno también parece tener una relación directa con el estado anímico de una persona, pudiendo mejorar el mismo y reduciendo los síntomas que se asocian a ciertos trastornos psicológicos, como puede ser el caso de la depresión.
En resumidas cuentas, el ayuno intermitente es una práctica que ha adquirido gran fama y que está demostrando beneficios importantes para nuestra salud. No obstante, antes de llevar a cabo esta práctica, te recomendamos consultar con tu médico para que pueda evaluar que te encuentras en condiciones óptimas para llevarlo a cabo.