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¿Diabetes y deporte de competición? Claro que es posible

Alimentación, deporte y diabetes. Serafín Murillo nos da las claves para combinar la enfermedad con el deporte de élite.

Lo que hace veinte años parecía un imposible hoy es una realidad indiscutible. Un diabético sí puede ser deportista de alta competición de la misma manera que cualquier otro deportista sin esa patología. Eso sí, con unas claves y pautas que Serafín Murillo, Diplomado en Dietética y Nutrición Humana, Máster en Rendimiento Deportivo y Máster en Educación en Diabetes, ha querido compartir con quienes padecen la enfermedad.

Muchas veces, señala Murillo, recurrimos a los ejemplos de grandes deportistas que viven con diabetes para dar a entender que, con diabetes, también se puede hacer todo aquello que cualquier persona se proponga. El planteamiento es sencillo: si tal jugador del Real Madrid o tal jugadora del FC Barcelona han conseguido llegar a la máxima categoría de un deporte tan exigente teniendo diabetes, cualquiera puede practicar su ejercicio o deporte favorito, sea al nivel que sea.

¿Pero qué hay detrás de todo ello? ¿Qué supone tener diabetes para una persona que compite en un determinado deporte? ¿Qué barreras se encuentran cuando se compite con diabetes? A continuación, Seafín Murillo intenta resolver algunas dudas que se pueden plantear.

¿El deporte de competición mejora o empeora el control de la diabetes?

Todavía no hay datos suficientes para responder de forma adecuada, pues como es normal, existen muy pocos estudios con deportistas con diabetes que practiquen deportes de competición. Cada vez hay más datos que muestran que el ejercicio físico es un aliado fundamental para mejorar el control glucémico en la diabetes tipo 2 y, parece ser, que también en la diabetes tipo 1.

Sin embargo, en la competición hay una diferencia fundamental: el estrés con el que se vive cada competición puede dar lugar a una mayor variabilidad en los niveles de glucosa en sangre. Es habitual que, durante los minutos previos a una carrera o partido, los niveles de glucosa en sangre aumenten rápidamente (el hígado libera grandes cantidades de glucosa a la sangre en respuesta al estrés) llegando a valores muy por encima de los niveles recomendados. En otras competiciones de muy larga distancia como pruebas ciclistas o carreras de montaña, el consumo muscular de glucosa es tan elevado que, inevitablemente, la hipoglucemia suele aparecer de forma en algún momento. Estos fenómenos crean una gran frustración, pues parece imposible regular estos cambios de los niveles de glucosa en sangre durante las competiciones.

¿Es posible ser deportista de competición con diabetes?

Por supuesto que sí, señala rotundo Serafín Murillo. Los datos lo demuestran, y cada vez son más deportistas con diabetes que participan en deporte de alto nivel como fútbol, baloncesto, ciclismo o corredores de larga distancia. No obstante, esto no quiere decir que la presencia de la diabetes no dificulte un poco más llegar a conseguir un alto rendimiento. Lo que si parece claro es que, para conseguir llegar a la élite, cada deportista deberá combinar la práctica deportiva con un buen control de su diabetes. Solamente así se podrá mantener el rendimiento deportivo durante mucho tiempo.

¿Qué barreras se encuentran las personas con diabetes cuando hacen deporten de competición?

Durante el ejercicio, para conseguir un óptimo rendimiento deportivo, los niveles de glucosa en sangre deben mantenerse en valores cercanos a la normalidad.

La hipoglucemia puede suponer el abandono de la competición en algunos deportes. Por ejemplo, una hipoglucemia durante un partido de fútbol podría suponer el final de esa competición, al tener que pedir un cambio o perder atención por el juego. La hiperglucemia también puede afectar al rendimiento deportivo, aunque su efecto no es tan directo. Si bien, algunos estudios no muestran diferencias en el rendimiento en situación de hiperglucemia, si es conocido que los niveles altos de glucosa en sangre de forma mantenida generan una mayor deshidratación, así como, en muchos deportistas, una mayor sensación de esfuerzo. Además, al estar en hiperglucemia no se podrán ingerir los hidratos de carbono que permitan un buen rendimiento deportivo en competiciones de larga duración.

Además, existen otras barreras que tienen que ver con la gestión de la diabetes: medir la glucosa en sangre durante un partido, tener que inyectar insulina, comer aunque no se tenga hambre o llevar encima grandes cantidades de glucosa por si aparece una hipoglucemia son solo algunas de las pautas que la persona con diabetes debe cuidar en todo momento. Se trata de una serie de tareas que pueden influir también en la concentración y en el rendimiento de cualquier deportista. A esto le podemos denominar “la mochila de la diabetes”, la cual no es solamente física, llevar alimentos, glucómetro o insulina, sino también la carga emocional que la diabetes supone durante cualquier actividad.

¿Depende de cada tipo de deporte?

En algunos deportes, a priori, la gestión de la diabetes se vuelve más compleja que en otros. Esto depende de si existen descansos durante la competición o si es sencillo el acceso a alimentos o consultar los niveles de glucosa en sangre. Por ejemplo, durante un partido de fútbol, pasan 45 minutos durante los cuales no se conoce la glucemia ni se pueden tomar hidratos de carbono, mientras que, en un partido de tenis, cada pocos minutos, hay pequeños descansos que permiten tomar alimentos o valorar la glucemia. Esto no quiere decir que en unos deportes sea más fácil lograr un buen control glucémico, sino que facilitan poner en marcha todas las medidas de control que la diabetes necesita.

¿La diabetes también se entrena?

Por supuesto, destaca Murillo. Es una forma de mejorar el control glucémico y también el rendimiento en el deporte. En las semanas previas a una competición importante se puede probar la mejor cena para la noche anterior, las barritas o geles de glucosa que se van a utilizar o la mejor estrategia para el desayuno previo. Así, el día de la competición no habrá sorpresas o problemas.

Ser un poco metódicos o incluso repetir la misma estrategia que ha funcionado previamente ayuda a evitar algunos errores habituales. Es recomendable crear un diario de diabetes y deporte, en el que se recojan también los datos sobre dosis de insulina, alimentos ricos en hidratos de carbono o niveles de glucosa en sangre durante los entrenamientos o competiciones. Esto ayudará a reflexionar sobre la mejor estrategia a seguir en la siguiente competición.

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