Llenar la cesta de la compra está siendo más caro que nunca en estos últimos meses. Muchos consumidores se están viendo en la obligación de tener que mirar el gasto al céntimo y esto, es una tarea de lo más tediosa.
Ahorrar a base solo de privarnos de algunos productos y alimentos o renunciando a la calidad no es la única manera de controlar tu gasto en el supermercado.
Necesitas un plan de gastos en el supermercado
Si tu plan consiste en encontrar el precio más bajo, probablemente te acabes saliendo del presupuesto bajo el lema de «cómo no lo iba a comprar si era muy barato».
Mirar precios uno por uno antes de elegir cada producto termina siendo una tarea muy pesada y además, muchas veces, te llevas dos o tres productos por solo por su bajo precio sin tener muy claro si lo quieres cuando podrías haberte dado un capricho más caro en lugar de esos tres productos.
Tres claves para tu rutina de compra en el supermercado
Para llevar un gasto controlado de tu cesta de la compra, lo mejor es tener una serie de rutinas que supongan un coste mensual más o menos fijo y adaptado a tu economía. Los expertos en economía del hogar recomiendan llevar a cabo estas sencillas pautas para no tener que privarte de nada ni comprar más de lo que necesitas.
Crea un presupuesto semanal y adapta un menú
Tener un plan de comida previsto para varios días es un truco tan conocido como eficaz. Lo más recomendable no hacer previsiones a más de una semana. Es más fácil optimizar tu compra en cuanto a la cantidad y el gasto si las cantidades son pequeñas. Así, además, se evita el desperdicio.
Lo que probablemente no sea tan habitual es ajustar ese menú a tu presupuesto semanal. Establece un cálculo de la parte de tus ingresos que vas a destinar al supermercado a lo largo del mes y divídelo entre las semanas. Adapta el menú a ese presupuesto y así tendrás un gasto fijo y controlado.
El ahorro no está reñido con los caprichos
Cuando hagas tu lista de la compra, además de los alimentos y productos necesarios para tu menú reserva una parte del presupuesto cada semana para algún capricho.
Si quieres un postre en especial, algún producto de belleza o higiene en concreto, o una comida que te apetece en particular, contempla ese gasto de antemano para que no tengas que verte en esa incómoda situación de indecisión frente al producto para al final diciendo «bueno, otro día».
Que no te vendan ofertas innecesarias
No llevar un presupuesto cerrado o una lista clara de lo que queremos comprar puede hacer que caigamos en las ofertas 3×2 o mitad de precio sin necesitarlo.
Este tipo de ofertas pueden resultar muy útiles en ocasiones, e incluso podemos comprobar si hay alguna dentro de los productos que vamos buscando. En ese caso, aprovecha la situación.
Pero no dejes que la situación se aproveche de ti, a menudo una oferta 3×2, por ejemplo, supone llevarnos más producto del que necesitamos. Muchas veces 1×1 es la oferta que más nos conviene.