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Greenpeace expone el consumo cautivo en época de crisis

Se debe retomar a la producción rural con el fin de garantizar un consumo saludable y ecológico

La práctica de comer fuera de casa es habitual entre los españoles y está fuertemente arraigada dentro de población como un símbolo de esparcimiento y de recreación. Pero la crisis económica actual, perfectamente influenciada por la pandemia del COVID y todo el proceso de restricciones vivido, ha hecho que las personas se vean obligadas a modificar este gasto alimentario que ahora se cataloga como de extraordinario y que sin lugar a dudas ha sufrido cambios estructurales en el modo en que las personas lo afrontan hoy día. En este post se analizará al detalle la incidencia de esta conducta de consumo del alimento gracias a un trabajo de investigación con ayuda de Greenpeace y que involucra a 50 entrevistas realizadas en 5 de las más importantes ciudades de España.

Se han analizado diversos estratos poblacionales con resultados que indican una efectiva disminución en el gasto de los españoles al momento de comer fuera del hogar, estas razones son de amplia variedad, pero siempre resultando airosa la crisis desencadenada por los diversos acontecimientos mundiales como la pandemia y la guerra Rusia – Ucrania. De allí que sea un comportamiento que no pueda explicarse solamente por problemas económicos y donde los españoles tratan por todos los medios posibles de mantener esta costumbre como una alternativa que además de proporcionar la necesaria alimentación, permite desarrollar el componente de sociabilidad que tenemos los seres humanos, además de deleitarse con excelentes restaurantes y una amplia oferta gastronómica.

Greenpeace: Comer fuera de casa – Un consumo cautivo en época de crisis

Esta actividad ha logrado dominar gran parte de nuestras vidas al hacerse coloquial y casi diaria, el hecho de comer fuera de casa y no es necesariamente un acontecimiento puntual de una celebración, sino que por el contrario, se ha apoderado del día a día de nuestra existencia y es que desde niños fomentamos esta conducta cuando llevamos a los pequeños al comedor de los colegios y a los adultos mayores a comer siempre fuera, para evitar cocinar en casa y por supuesto una estructura comercial y económica basada en consumir alimentos fuera del hogar.

imposibilidad elegir alimentos

Los modelos de nuestras vidas han cambiado por diversas razones y en estos momentos el consumo cautivo (esto quiere decir que no hay opciones a elegir) es una de nuestras únicas alternativas, porque son las grandes empresas encargadas de restaurar colectiva, social y económicamente nuestras vidas a un momento donde efectivamente la última elección la tenían los compradores.

Aunque existen opiniones encontradas, porque si bien las estadísticas muestran que en los últimos 30 años el número de restaurantes ha logrado multiplicarse por cinco y adicionalmente el número de locales de restauración colectiva también ha logrado un incremento del 45 % en su número total en los últimos 5 años. Estas empresas encargadas de restauración son elegidas por contratación pública y convocadas por los debidos procesos establecidos en la administración pública.

La administración pública ostenta ser la primera consumidora de alimentos

Se ve con muy buenos ojos tanto por Greenpeace como por la comunidad en general que el Ministerio de Consumo haya lanzado una consulta pública relacionada con el proyecto de real decreto para fomentar la alimentación saludable en los colegios de allí que Greenpeace se sume a la iniciativa de incidir en los procesos de contratación de los servicios de restauración colectiva en toda su globalidad como una eficiente manera de lograr una alimentación en estos espacios donde lo primordial sea la salud de las personas y del planeta tierra y partiendo de la premisa de que una alimentación saludable es ampliamente necesaria para disfrutar del más amplio enfoque en cuanto a la salud se refiere.

Los estados tienen que entender y aprender de lo que estamos viviendo, porque se ha demostrado que una emergencia sanitaria como la del COVID o un evento desestabilizador como la invasión de Rusia a Ucrania son capaces de perturbar de un modo impresionante el sensible panorama alimenticio y agrícola a nivel mundial.  Un sistema agroalimentario que está caducado y que sin esperar debemos caminar hacia la creación de mecanismos alimenticios basados en la resiliencia y la sostenibilidad, por lo que los alimentos vegetales de origen ecológico y locales son especialmente aptos para conseguir estos cambios necesarios.

Lo importante es tratar que estos productos de producción sostenible y locales puedan llegar de un modo eficiente a los comedores públicos de los hospitales, residencias de mayores y de los colegios. Solo así se podrá hacen competencia con la hegemonía que mantienen las grandes cadenas de suministros, las cuales son las encargadas de dar forma y de decidir qué productos son consumidos en estos comedores o en los restaurantes (dando forma al consumo cautivo).

La diversidad de una alimentación que provenga del medio rural

El estado sin lugar a dudas tiene el deber de promover el medio rural como un estilo de vida capaz de ser protagonista de la vida diaria de las ciudades, de allí que se deben de fomentar políticas acordes para asegurar la integración de un modo justo, progresivo y efectivo para de este modo aprovechar la contribución que los pueblos y empresas de los medios rurales pueden y están dispuestos ofrecer.

No debemos perder la certeza de que comer fuera de casa nos hace ser consumidores cautivos, si bien existen muchas contribuciones por parte de organizaciones para lograr un cambio significativo para bien de todos, es importante resaltar que es el estado y las diversas administraciones las que tienen que legislar en pro de fomentar y de convertir estas iniciativas en ley, solo así se estará transitando un camino hacia la sostenibilidad alimenticia y hacia la posibilidad de lograr que una alimentación diaria pueda llegar a nuestras mesas con la máxima calidad y salud, que sea de nuestra entera y exclusiva decisión y que no cause daños al medio ambiente.

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