Todos saben lo que toca el día 28 de diciembre: el Día de los Santos Inocentes. Es la fecha en la que exprimimos al máximo nuestra creatividad para hacerle bromas muy ingeniosas a nuestros familiares y a nuestros amigos. Es una tradición bastante longeva, a la cual hasta los famosos de cualquier profesión se suman. No obstante, mucha gente no conoce cuál es el origen del día de las risas y las bromas. Si tú también te lo preguntas, en este artículo saldrás por fin de dudas.
El horrible Día de los Inocentes católico
El Día de los Santos Inocentes, en su significado más puro, es la conmemoración de un episodio oscuro de la historia del cristianismo: la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el monarca Herodes I el Grande. Lo que pretendía este rey déspota era deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, del que ya se hablaba de que era el hijo de Dios en la Tierra.
La Iglesia católica recuerda este acontecimiento el día 28 de diciembre. Algunos historiadores, entre ellos Stewart Perowne, señalaron que la matanza ordenada por el rey Herodes era perfectamente coherente con su personalidad y su forma de gobernar. No hay documentación que respalde o que niegue este hecho histórico recogido en la Biblia, pero existe este consenso entre los estudiosos de la materia. Dicho esto, podemos afirmar que el Día de los Inocentes no tiene nada de gracioso, por lo menos en cuanto a su significado primigenio.
El divertido Día de los Inocentes pagano
El Día de los Santos Inocentes que celebramos nosotros viene de la tradición pagana, no de la católica. Esto hace que se entiendan las cosas mucho mejor, ya que, a finales de diciembre, en la Edad Media, se celebraba la llamada Fiesta de los Locos. A lo largo de esta celebración, se les otorgaba a los niños el papel del Obispo: algo muy gracioso y surrealista, que provocaba carcajadas y eran el foco de muchas bromas.
En esta fiesta estaba permitido absolutamente todo. Era un día de desenfreno y jolgorio. De hecho, la Iglesia intentaba poner un poco de control, por respeto a la memoria de las víctimas de la matanza de Herodes en Belén. Esta mezcla de sentidos es muy curiosa: por un lado tenemos un profundo pasar y solemnidad y por el otro cachondeo, diversión, risas… Sin embargo, se podría decir que en España e Hispanoamérica, territorios tradicionalmente cristianos, se ha tomado el significado pagano de este día, para vivirlo con alegría y no con tristeza.
No se sabe cuál fue, en concreto, la primera broma que se realizó en esta fecha tan especial. Sin embargo, y como hemos comentado en la introducción, es un día en el que absolutamente todo el mundo puede participar, utilizando su ingenio y su creatividad. Muchos se toman la licencia de hacer bromas en su horario de trabajo, y no solo se respeta esto, sino que además, en muchos casos, se les sigue la gracia. ¡A reír mucho!