El curso escolar supone un esfuerzo diario para los estudiantes más jóvenes. Si están bien alimentados, podrán llevar sus estudios y actividades tanto escolares como extraescolares sin ningún problema. Sin embargo, una alimentación incompleta puede llevarlos a un acentuado cansancio que repercuta en su rendimiento y en su salud debido a la bajada de las defensas.
Por este motivo, asegurarnos de que comen todo lo que necesitan es fundamental. Para ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se ha encargado de poner un examen a los menús de los comedores escolares para comprobar que los niños reciben los nutrientes necesarios y, lamentable y sorprendentemente, todos se llevan una mala nota.
Una dieta equilibrada es esencial para el crecimiento
Con 1.8 millones de niños en educación infantil y primaria comiendo a diario en el colegio, la importancia de una alimentación adecuada es tan importante como las propias clases. Los niños y también los adolescentes necesitan una dieta equilibrada con los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo de huesos y músculos.
La dieta equilibrada y variada no solo es crucial para el crecimiento; también fortalece el sistema inmunológico, un beneficio especialmente necesario en edades escolares, ya que están siempre en contacto con gérmenes en la escuela.
Según la OCU, los menús escolares no cumplen con estas necesidades
Tener las defensas altas ayudan a prevenir y combatir virus comunes como la gripe y el resfriado, que abundan en las aulas y guarderías. De ahí la preocupación de la OCU después de analizar más de 600 menús escolares, en los que se ha descubierto que ninguno de ellos cumple con las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
La AESAN establece directrices para una alimentación saludable, y la OCU aboga por la inclusión de alimentos esenciales como las legumbres, los huevos y la fruta en los menús escolares. Lamentablemente, ninguno de los 622 menús evaluados cumplió con estas recomendaciones. En su análisis, la OCU identificó un exceso de alimentos ricos en carbohidratos y precocinados en los menús escolares, mientras que los alimentos fundamentales como las legumbres, los huevos y la fruta estaban insuficientemente representados.
Exceso de carbohidratos
Uno de los hallazgos más destacados fue la presencia excesiva de carbohidratos en los menús de los colegios. Arroz, pasta y patatas eran omnipresentes, esto genera un desequilibrio en la dieta al reducir la inclusión de legumbres, un grupo de alimentos esencial. La OCU recomienda que las legumbres estén presentes en el menú escolar al menos entre una y dos veces a la semana.
Otro aspecto preocupante es la frecuente aparición de alimentos precocinados, como croquetas o empanadillas, que, aunque son populares entre los niños si lo que buscas es asegurarte de que comen, no sirven demasiado al carecer de valor nutricional. Estos alimentos reemplazan proteínas de alta calidad como los huevos y el pescado azul.
La OCU sostiene que se debe aumentar la presencia de huevos en el menú escolar, al menos una vez a la semana, y reducir la frecuencia de alimentos precocinados a un máximo de una vez cada dos semanas.
El único aprobado en los menús escolares: suficiente raspado en verduras
En cuanto al consumo de verduras, los menús escolares tienen un nivel aceptable, pero su preparación a menudo no es la más atractiva para los niños, lo que resulta en platos que a menudo acaban en la basura. La OCU sugiere ofrecer verduras enteras y, siempre que sea posible, de temporada.
Por otra parte, la OCU recomienda un consumo de carne entre una y dos raciones a la semana, con precaución en el caso de los embutidos debido a su alto contenido de grasa y sal. En cuanto al pescado, se sugiere una distribución equitativa entre pescado blanco y azul, ya que este último representa solo el 22%. También se alienta a preferir pescados más pequeños, ya que no plantean problemas de mercurio.
El postre de los menús escolares debe aumentar en variedad de frutas de temporada
En lo que respecta al postre, la OCU defiende que debería consistir en su mayoría de fruta fresca y variada, en lugar de recurrir siempre a las opciones más comunes como manzanas, peras o plátanos. El consumo de yogures o postres azucarados se limita a no más de una vez a la semana.
La OCU destaca la importancia de aumentar la presencia de alimentos integrales en los menús escolares, no limitándose solo al pan, sino también incluyendo pastas integrales y arroz integral. Con estos cambios enfocados a conseguir un mayor equilibrio y distribución de los nutrientes en los menús, es fácil conseguir una dieta óptima para los escolares que les beneficie tanto en su rendimiento y bienestar como en su crecimiento.