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Aprende a conocer las señales de tu cuerpo para indicarte que te faltan proteínas

Conoce los síntomas y las señales de aviso del cuerpo cuando necesita un aumento de proteínas

El cuerpo humano necesita de macronutrientes para lograr desarrollarse y para mantener un perfecto equilibrio que garantice una vida saludable. Entre ellos están las grasas, los carbohidratos y las proteínas. Estas últimas compuestas por aminoácidos necesarios para que el organismo pueda combinarlos para lograr generar y construir los tejidos y las demás sustancias necesarias. El cuerpo es capaz de lograr la síntesis de una docena de estos aminoácidos, pero adicionalmente necesita conseguir otros 10 mediante la ingesta de alimentos, por lo que cuando no puede lograrlo de modo exitoso muestra de inmediato ciertos síntomas relacionados con su escasez.

Es importante reconocer las señales que tu cuerpo ofrece para indicarte que los niveles de proteínas están bajos, porque se comenzaran a presentar consecuencias negativas relacionadas directamente con la falta de estas proteínas. Desde un funcionamiento inapropiado del sistema inmune, un desequilibrio a nivel hormonal y una mala calidad músculo esquelético, debido a que el cuerpo es incapaz de regenerarse y de crear las nuevas células que necesita a diario; del mismo modo que niveles elevados de proteínas causan esta sensación.

Los 10 signos indicativos de un déficit de proteínas

A continuación te presento a los síntomas más representativos que tu cuerpo puede mostrarte cuando necesita urgentemente de proteína. De allí que puedas conocerlos y estar muy atento para evitar cualquier posible episodio que coloque en riesgo tu salud. Así que presta mucha atención a cualquiera de ellos.

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  1. Debilidad general y sensación de hambre: La fatiga y el hambre constantes son indicativos claros y precisos de una dieta pobre en proteínas, estas consecuencias perniciosas son peligrosas si se mantienen las condiciones de pobreza proteica durante un largo tiempo.
  2. Perdida de musculatura: Al no recibir las suficientes proteínas, el cuerpo recurre a su reserva natural. Es decir, los músculos; estos comienzan a degradarse y a consumirse para suplir las necesidades y con ello pierden volumen y resistencia, lo que a la larga genera un acentuamiento del primer síntoma nombrado.
  3. Infecciones por doquier: Al tener un sistema inmune debilitado, las infecciones hacen aparición constante en el organismo. Las proteínas son indispensables para que el aparato inmune cree anticuerpos que luchen contra bacterias y virus.
  4. Un aumento en los antojos alimenticios: Un claro síntoma indicativo de un nivel bajo de proteínas porque efectivamente las proteínas se metabolizan en glucosa de un modo lento y con ello contribuyen a mantener un sano equilibrio en los niveles de glucosa en sangre. Estos bajos niveles proteicos generan que los niveles de azúcar suban y bajen sin control, provocando bajones de energía con antojos repentinos de alimentos dulces y grasos.
  5. Un aspecto general envejecido: Un nivel bajo de proteínas induce a la pérdida de cabello, así como a un aumento de las líneas de expresión (arrugas), aparición de ojeras, una tez general pálida y uñas enfermizas y quebradizas.
  6. Una pobre capacidad de cicatrización: Se presenta un retraso importante en los tiempos de cicatrización de las heridas, esto es causado porque las células no se renuevan con la velocidad adecuada.
  7. Mala concentración y cambios de humor: Además de causar fatiga por culpa de los bajos niveles de proteínas, también es normal que se presenten episodios constantes de falta de concentración, pérdida de memoria, insatisfacción generalizada y desmoralización, logrando en muchos casos llegar a la depresión.
  8. Retención de líquidos: Al existir una falta considerable de proteínas en la sangre, el líquido plasmático se permea al tejido circundante. Culminando en un edema que se hace visible en dependencia de la intensidad de la falta de estas proteínas.
  9. Episodios de estreñimiento y gases: La falta de proteínas está asociada a problemas digestivos, entre los que sobresales los gases y el estreñimiento. Los aminoácidos son necesarios para una sana digestión y sus niveles son directamente proporcionales a los de las proteínas.
  10. Dermatitis y piel enfermiza: La dermatitis escamosa y la irritación de la piel es un síntoma muy común de bajos niveles de proteínas. Generalmente se observa en la parte posterior de los muslos y en la zona de las nalgas, además de conseguir que la piel sea muchísimo más vulnerable a la irritación y a los agentes alérgenos.

Las proteínas y las necesidades de ellas

Las proteínas son las encargadas de la creación y regeneración de las células que diariamente se pierden o mueren en el constante proceso de recambio que se lleva a cabo en el cuerpo. De allí que tendones, músculo, piel y muchos otros tejidos se vean afectados cuando se produce un bajón en los niveles de ingesta de proteínas. Además de ser un componente esencial para los diversos procesos vitales como los inmunes, los enzimáticos y los procesos homeostáticos.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda como mínimo un consumo de 0,8 gramos de proteínas por cada kg de peso corporal por día para personas adultas. Esto quiere decir que una persona de 70 kilogramos de peso necesitara ingerir 56 gramos diarios de proteína. Tomando en consideración que los niños necesitan de un poco más de 1 gramo y bajo condiciones especiales como la de los deportistas y aquellos que desarrollan dietas de pérdida de peso pueden necesitar cantidades de proteína que pueden ir desde los 2 hasta los 2.5 gramos por cada kg de peso corporal.

Si logras visualizar alguno de estos síntomas puedes conseguir elevar tus niveles de proteína de forma inmediata desde diversas fuentes, ya sean de origen animal en las carnes, los huevos y los lácteos o de origen vegetal gracias a las verduras, los frutos secos, las legumbres y los aceites derivados de vegetales. Y recuerda que las proteínas son las generadoras de los aminoácidos esenciales como la lisina, la valina, la metionina, el triptófano o la histamina, por nombrarte algunos de ellos.

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