Aunque mucha gente la haya descubierto ahora, lo cierto es que la kombucha es milenaria. Se prepara como un té endulzado tras un proceso de fermentación llamado SCOBY, un cultivo de bacterias y levaduras, además del hongo de kombucha, que es el que da nombre a esta bebida.
Puede que aún no la conozcas, pero la kombucha se ha puesto de moda en todo el mundo, sobre todo en América y los países del centro y del norte de Europa. El motivo principal es que es natural, vegana, libre de gluten y libre de azúcar, por lo que es un sustituto tanto de bebidas azucaradas como de alcohólicas. Sin embargo, no le gusta a todo el mundo: tiene sus adeptos y sus detractores. A continuación, te explicaremos por qué.
El origen de esta bebida tan exótica
Algunos historiadores determinan que los orígenes de la kombucha datan del año 220 a.C. en la China de la dinastía Han. La leyenda dice que esta bebida debe su nombre a un médico llamado Kombu, quien le salvó la vida al emperador japonés Inkio tras recetarle el té de Kombu o “té de la inmortalidad”. Esta fama de superalimento ha acompañado a la kombucha durante mucho tiempo, pero realmente no aporta tantos beneficios a la salud como se cree; o al menos no se han demostrado científicamente con rotundidad todavía.
Otros creen que su origen es japonés, ya que la palabra ‘kombu’ significa alga y ‘cha’ significa té en este idioma. Una teoría muy aceptada sobre el origen de su nombre es que viene del término ruso ‘kombuja’, que se utiliza en Rusia para denominar a un hongo proveniente de Manchuria, una región de China. La historia real que todos comparten, sea cual sea el caso, es que la kombucha se popularizó en el continente asiático, viajó a Rusia y posteriormente llegó a Europa: en ese orden.
¿Qué es la kombucha exactamente y por qué a algunos no les gusta?
Lo hemos explicado brevemente en la introducción, pero en esta sección te daremos una definición más completa. Esta bebida asiática está compuesta por tres ingredientes básicos: té negro o verde, azúcar y una colonia de bacterias y levaduras. El resultado final es una bebida llena de vitaminas y probióticos, y por eso se le atribuyen muchos beneficios. Dependiendo de la región del mundo en la que te encuentres, las formas de preparar la kombucha pueden variar en su modo de cocción, en los tiempos, en la temperatura de cocción… entre otras cosas. Normalmente se vende en botellines y en frascos de cristal, como si fueran refrescos o zumos.
Es una delicia para algunos y un horror para otros, y el principal motivo de que se dé esta dicotomía es su composición: como es una bebida que se obtiene por la fermentación de levaduras y bacterias, su sabor es raro, pues los que la consumen esperan que sea como cualquier zumo o refresco, y por eso la primera vez que la prueban se suelen extrañar bastante. A algunos incluso les sabe a vinagre o a producto de limpieza, pero a otros les sabe maravillosamente bien. ¿Qué opinión compartirás tú? Pruébala para averiguarlo.
¿Qué kombucha puedes comprar?
Si te animas a probarla, a continuación te presentamos algunas opciones que tienes y que te recomendamos:
- Kombuchería: es una de las mejores. Tiene 8 sabores diferentes para escoger. La puedes encontrar en herbolarios, o puedes pedirla directamente por Internet.
- Komvida: se produce con ingredientes 100% ecológicos, una cantidad mínima de azúcar residual y burbujas naturales. Se vende en los herbolarios y en grandes supermercados como El Corte Inglés o el Carrefour. También puedes comprarla por Internet.
- Captain Kombucha: está disponible en dos versiones: la normal y la light. La puedes adquirir en Carrefour o en herbolarios, además de por Internet.
- Kombucha Mi Amor: viene de México. Su base es una combinación de té negro y verde, y está disponible en diferentes sabores: lavanda, jengibre, manzanilla… La puedes adquirir por Internet y en algún gran supermercado como El Corte Inglés.
El precio medio de un pack de 6 botellas es de unos 30 euros aproximadamente. No es de las bebidas más baratas, pero merece la pena probarla al menos una vez.