El apio “Apium graveolens” es un vegetal infaltable en la cocina actual y en la dieta diaria gracias a que es un alimento que logra conservar sus propiedades sin importar el método utilizado para su preparación. Puede incluirse en cualquier plato desde una ensalada hasta una rica crema o como complemento o guarnición para tus platos principales. Conformado por 94 % de agua y aportándote 1.6 gramos de fibra por cada 100 gramos consumidos es capaz de hidratarte y de proporcionarte una digestión saludable además de permitirte ser incorporado a bebidas saludables.
Disponer de apio en casa es una ventaja magnífica y te permitirá disfrutarlo de la manera más fresca posible, también de lograr sembrarlo y cultivarlo desde tu propio hogar es un estímulo sensorial y aseguras un origen orgánico libre de contaminantes o pesticidas y en general te asegura diversión y relajación. Así que manos a la obra y enhorabuena para que logres conocer todos los secretos del cultivo de apio en casa y des el primer paso con la firmeza necesaria para alcanzar el éxito en esta empresa.
La siembra de apio como una experiencia llena de satisfacción
Desde la correcta prevención de los problemas de retención de líquidos hasta la reducción del colesterol dañino en sangre, el apio es una verdura polifacética capaz de ayudarte incansablemente en la preparación de tus platos preferidos y que permite ser cosechado desde casa sin muchas complicaciones, por ello las razones sobran para intentar cultivar tu propia planta de apio con la fortuna de no necesitaras de semillas, lo que hace de esta siembra una experiencia sumamente práctica, sencilla y placentera.
¿Cómo sembrar apio, sin morir en el intento?
Veamos lo que necesitas
Primeramente, es importante que puedas tener a la mano todo lo necesario, como punto estratégico de toda planificación:
- Un manojo de apio en perfecto estado.
- Un tazón.
- Una maceta pequeña.
- Tierra.
- Abono.
- Agua.
Todos perfectamente disponibles en la gran mayoría de los hogares actuales, lo que evidencia la facilidad y la practicidad de la siembra de apio en tu hogar, además de reducir los gastos al mínimo.
El germinado del apio
Como primer paso debes de germinar el apio, para ello tomas el manojo y con el respectivo cuidado cortas hasta lograr una base de unos 12 centímetros de altura. Recuerda que con el sobrante puedes perfectamente preparar cualquier receta, por lo que te convendría reservarlo.
Este manojo que acabas de cortar lo colocas dentro de un tazón con agua, deberá de quedar apenas cubierto de líquido. Ahora es cuestión de tiempo (8 – 10 días) para que logres comenzar a observar los primeros y diminutos brotes de la planta (las hojas serán las primeras en ser vistas).
Tiempo de la siembra
Cuando los primeros brotes hayan comenzado a ser visibles es hora de mudar tu planta del agua a la tierra, para ello debes de llenar la maceta con una mezcla de tierra y abono (puedes adquirirlo en los establecimientos especializados o prepararlo en casa) tomando la precaución de hacerlo hasta los 3/4 de capacidad de la maceta.
Cuando escojas el tamaño de la maceta deberás de mantener en consideración que el apio puede crecer de forma abundante, esto lo puedes visualizar mirando las dimensiones de los ramilletes que compras en el supermercado, para que tengas una idea más precisa y acertada.
Retiras a modo de limpieza los tallos externos del ramillete y dejas libres los nuevos brotes, ofreciéndoles el correcto y amplio espacio para su desarrollo. Introduces la planta dentro de la tierra y debes de cubrir las primeras hojas (pero no taparlas) de sus nuevos brotes. Seguidamente, humedeces sin inundar, recuerda que el estancamiento de agua en las plantas es igual de peligroso que la sequía.
Crecimiento y cuidado del apio
De aquí en adelante solo tendrás que hacer el respectivo seguimiento de la planta, regarla con regularidad (3 veces a la semana o inter diario) para que la tierra siempre se mantenga con cierta humedad y evidentemente establecerla en un sitio estratégico donde pueda disponer de los rayos del sol, como mínimo unas 2 horas diarias (preferiblemente en horas de la mañana). Esto garantizará un crecimiento excelente para alcanzar la necesaria calidad gastronómica y disfrutar de todos los beneficios del apio para tu salud.
Los nuevos tallos comenzarán a crecer a partir de la segunda semana de estar en la tierra, de aquí en adelante solo es cuestión de un correcto y periódico riego, así como de lograr una correcta y diaria exposición solar para favorecer la fotosíntesis. En el mercado existen macetas que ya te incluyen unas prácticas asas laterales para que puedas de forma manual lograr movilizar la planta hacia el lugar donde efectivamente pueda gozar de la luz solar.
La planta del apio y sus asociaciones favorables
Aunque puedes cultivarlo sin estar acompañado de otras plantas es importante reconocer que el apio es perfecto para crear asociaciones con otros cultivos, esta información es importante porque fácilmente podrías mantener un pequeño huerto en casa y en macetas sin ningún tipo de problemas. Desde lechugas, alcachofas, coles, puerros y tomates. Además, si tienes apio este mantiene unos compuestos bioquímicos que son capaces de alejar a la temida mariposa de la col, razón más que suficiente para tenerlo junto a tus coles.
Ahora que ya tienes todos los conocimientos solo queda comenzar con esta emocionante aventura, recuerda que podrás utilizar tus apios cosechados para tus propias preparaciones y lograr una increíble calidad tanto en sabor como en garantizar la plena certeza de utilizar un alimento 100 por ciento orgánico. ¡Comienza ya!