Nata montada extra firme

La nata montada extra firme es un ingrediente imprescindible en muchas recetas de pastelería y, a veces, no se consigue la textura adecuada. Una de las peores pesadillas de cualquier reposter@ es ver que al cabo de un rato empieza a bajar, a soltar suero y estropea ese postre tan chulo hecho con tanto cariño.

Montar nata es muy sencillo, pero en ocasiones da problemas y los más comunes son que no sube mucho cuando la bates, que se corta, se convierte en mantequilla… y justo a la hora que más la necesitas.

Así que ya puedes respirar porque a partir de ahora vas a conseguir que te quede en su punto con las explicaciones que te voy a dar más abajo de cómo hacer nata montada dura especial para repostería.
Si sigues mis consejos vas a poder hacer una nata tan firme como la de las pastelerías y verás como al día siguiente tiene el mismo cuerpo que cuando la preparaste.

Nata montada extra firme: videoreceta

Ingredientes por cada 200 ml de nata:

200 ml de nata para montar
50 gr de azúcar glas
2 cucharaditas de queso crema

Trucos y consejos

Mete el bol (puede ser de metal o cristal), la nata y las varillas el día de antes en el frigorífico. El frío es imprescindible para que montar bien la nata.
Para conseguir un resultado óptimo debes de tener una batidora de varillas, aunque también lo puedes hacer con una de brazo.
La nata debe tener como mínimo un 35% de materia grasa.
Haz movimientos suaves con las varillas para que la nata se airee.

Receta por pasos.

Remueve el envase para que se reparta la grasa y caiga dentro del bol.

Coge la batidora y empieza a batir a baja velocidad. En cuanto empiece a espesar tienes que añadir el queso crema, no te preocupes de las cantidades porque no le da sabor y sin embargo queda una firmeza en la nata estupenda. También tienes que aumentar la velocidad de la batidora.

Cuando veas que espesa más, le agregas el azúcar en forma de lluvia y poco a poco para que se integre mejor y no se corte.

Sigue batiendo hasta que la nata esté totalmente montada, pero sin pasarse ya que se puede convertir en mantequilla.

El truco para saber que está en su punto es cuando las varillas hacen unos surcos profundos y amarillentos y en el momento que las sacas del bol no gotean nada de nata.