KFC es la cadena líder dentro de este segmento de mercado, concretamente en relación al mundo de la comida rápida centrada en el pollo frito. Sin embargo, desde hace unos meses su reinado está en peligro por la expansión arrasadora de Popeyes, una cadena que está abriendo establecimientos por España a una velocidad de vértigo. Pues que tiemble Popeyes, ¡y KFC! Aquí te damos la mejor de las recetas para preparar este alimento que gusta a tanta gente.
Si tú eres de esos apasionados del pollo frito, seguro que vas a querer saber más. Y es que esta manera de comer carne ha ido arrasando por todos los lugares donde se ha instalado alguna de las franquicias especializadas en tal producto, tanto las citadas aquí como las que no. Han ido surgiendo sucedáneas de la líder y el caso es que entre unas y otras nada como hacerlos tú mismo en casa, con buen producto y alimentos y con un ‘hand made’ que te regalará un sabor único. ¡Ojo!
Receta casera de pollo frito
La fórmula para preparar este alimento en tu propia cocina es sencilla pero obviamente siempre hay truco para dar con el punto exacto. En el caso del pollo frito, aquí te vamos a explicar una receta tradicional que hace que esta carne salga realmente deliciosa, crujiente y con el toque perfecto para comerlo en familia o con amigos.
Lo primero son los ingredientes. Partimos de cómo preparar un pollo entero. Lo ideal es comprar la materia prima en un establecimiento de confianza, una tienda en la que sepas que la pieza que te van a vender es de calidad. Pide que te lo suministren ya troceado y así te ahorras ese paso. Entre otras cosas porque no cualquier cuchillo te vale para partir en condiciones un pollo, sobre todo si se trata de una unidad que es grande.
Junto con el pollo, ten a mano sal, pimienta y aceite de oliva. Se va a preparar un marinado para rebozar el pollo y después pasar a freírlo. Ese marinado puede variar en función de los gustos y preferencias de tus comensales, de las personas que lo vayan a consumir. Esta indicación de la receta es básica, sencilla, pero a partir de ahí puedes dejar volar tu imaginación y preparar un marinado diferente y original.
Dicho esto, comencemos por ese marinado especial para el pollo frito que vas a hacer en casa. Para este alimento vas a requerir de dos dientes de ajo, un limón, sal, pimienta y orégano. Con estos productos, pon en una bandeja el pollo y estos ingredientes del marinado y mezcla bien. Déjalo reposar entre 2 y 12 horas en la nevera y tapado. Es la mejor manera de que la carne vaya tomando el sabor del ajo, picado previamente, del zumo de limón, de la sal, la pimienta y el orégano.
A continuación, cuando consideres que el pollo está en su punto y que lleva un buen tiempo de reposo con estos ingredientes que te comentamos, toca rebozar un poco para que el líquido que va a soltar el pollo no se mezcle con el aceite y lo estropee. El rebozado que te recomendamos es el que se consigue con harina, pan rallado y huevo batido. Como un empanado de toda la vida, sin mayores complicaciones. Si lo tienes listo, pues ya es ir rebozando y friendo los trozos de pollo.
En la sartén, o a la freidora, el aceite de oliva virgen extra, que siempre va a ser el mejor, el más recomendado. Cuando el aceite esté en su punto óptimo de temperatura solo has de rebozar para después freír. De un cuenco pasa al bol a rebozar y de ahí a la fritura. Lo dejas unos minutos para que se haga por fuera y por dentro, que no quede cruda la carne y dorada solo la parte exterior, y sácalos para reservar en un plato.
En ese plato opta por poner servilletas de papel para que pueda empapar bien el exceso de aceite que conlleva esta forma de cocinar. Es importante para que tu pollo frito no quede excesivamente grasiento, algo molesto tanto para el cuerpo, para el organismo, que genera pesadez, como para comértelo y que no te llenes las manos de aceite y que te queden pringosas.
Recomendaciones para conseguir el mejor pollo frito del mundo
Dicho esto, ya con la receta explicada punto por punto, es hora de afinar la manera de elaborar este plato. Lo primero está en ese proceso de fritura. Apuntábamos justo en el párrafo anterior que es importante que no quede crudo por dentro, que lo dorado de la parte exterior no engañe. Para eso es mejor el fuego a un nivel medio que ponerlo muy alto y que se quemen en minutos, incluso segundos, por la cara exterior.
Otra recomendación es justo la que señalábamos, el poner un plato con papel de cocina para empapar el aceite. Este debería ser aceite de oliva virgen extra, que es más saludable y añade un sabor y un aroma peculiar a estas piezas de pollo frito.
Un detalle igualmente importante es a la hora de rebozar los trozos de pollo. Es mejor rebozarlos justo antes de echar a la sartén o a la freidora, no mucho antes. Así se consigue que los jugos de la carne no acaben por humedecer la cobertura. ¿El resultado? Un magnífico pollo frito delicioso y crujiente, poco grasiento, de verdad.
Como estarás viendo, se trata de una receta sencilla de hacer pollo frito en casa. El toque final puede estar, por un lado, es añadir sazonadores especiales, salsas y aderezos distintos. Tienes así un plus a tu pollo frito que lo hará más original y con personalidad que los del resto. Otra manera es incorporar salsas y toppings de todo tipo. El más conocido es el de la barbacoa, un best seller que además podrás hacer tu mismo en casa si así lo quieres.
El pollo frito, por el proceso de cocción y las calorías que comporta, no debería tomarse a diario. Es importante que entendamos que la dieta ha de ser sana y equilibrada. Este es un plato para ocasiones especiales, para días señalados, como sería disfrutar frente a la televisión, con buena compañía, de una película o de tu serie favorita.
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