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Receta de Tiramisú Tradicional en un Formato Sorprendente

Te enseñamos a hacer un clásico de la repostería italiana, suave, cremoso y ligero, en forma de minitartas con las que sorprenderás a todos tus invitados

«El Postre» Italiano el Tiramisú

La cocina italiana ha conquistado el mundo entero con recetas y platos que gustan a todos. Y es que quién no se deleita con un buen plato de pasta o una deliciosa pizza cocinada en horno de leña. Y hablando de pastas y pizzas, qué decir del queso parmesano y de la mozzarella.

Quizás dos de los quesos más conocidos y consumidos en todo el mundo. Y es que de la cocina italiana, han surgido elaboraciones que han cautivado a todo el planeta. ¿Sabíais que el helado, tal como lo conocemos hoy en día fue un invento italiano? ¿¡Qué haría el mundo sin helado!?

Y hablando de la cocina italiana, si hay un postre italiano famoso, que se conozca y guste en todo el mundo, ese es el tiramisú, quizás el más famoso postre de cuantos ha dado el recetario italiano. Un suave bizcocho empapado en café y licor, cubierto con una delicada crema y cacao puro espolvoreado. Perfectamente simple; simplemente perfecto.

El tiramisú en profundidad la historia y de donde viene este postre

tiramisu

Como decíamos, el tiramisú se compone de una base de suaves bizcochos de huevo empapados en café y licor. Este licor puede ser amaretto, vino marsala (un vino dulce que se produce en Sicilia) o incluso un licor de café. Si queremos que este postre pueda ser degustado por niños y menores, podéis evitar el alcohol no añadiéndole ningún licor o «quemando» al alcohol del licor que uséis hirviéndolo en un cazo al fuego.

Se suelen emplear bizcochos de tipo soletilla (o savoiardi en Italia), aunque podemos utilizar cualquier bizcocho de huevo que sea esponjoso y suave, como en este caso, el bizcocho genovés. Estos bizcochos se empapan literalmente con la mezcla de café y licor y se recubren con una capa de crema de queso mascarpone, que generalmente se hace a base de yema de huevo y nata montada. Normalmente se suelen intercalar dos o más capas de bizcocho y crema y, por último, se espolvorea cacao puro en polvo en toda la superficie.

El tiramisú es un postre bajo en azúcar, ligero y nada empalagoso. En boca resulta cremoso, suave y untuoso. El café y el cacao le dan un toque justo de amargor que acompaña perfectamente con la sutil crema de queso mascarpone. Por todas estas cosas este postre gusta a todos, desde los más golosos hasta aquellos que no son apasionados del dulce.

Si queréis saber cómo hacer un tiramisú que cumpla con rigor todas estas premisas y además sorprender a todos por su originalidad y estética al servirlo, continuad leyendo por que os vamos a enseñar a hacer unas sorprendentes mini tartas del más suave y cremoso tiramisú, con las que presentaréis este postre de una forma estética y resultona.

Además, os dejamos un vídeo donde os mostramos con detalle como hacer estas mini tartas de tiramisú, con la receta paso a paso de todas las elaboraciones. No os lo perdáis!

Ingredientes para hacer 8 mini tartas de tiramisú:

Para el bizcocho:

Para la crema de queso mascarpone:

Además:

Cómo hacer mini tartas de tiramisú, paso a paso:

Este postre es muy sencillo y fácil de realizar. Y si seguís los pasos que os damos a continuación, tendréis el éxito garantizado. Se compone de dos elaboraciones, una plancha de bizcocho genovés y la crema de queso mascarpone, que iremos intercalando. El bizcocho lo mojaremos con café y amaretto y por último le pondremos cacao en polvo y virutas de chocolate por encima. Vamos a ello!

Para hacer el bizcocho genovés:

  1. Separamos las yemas de las claras de huevo, teniendo mucho cuidado de que las claras queden totalmente limpias, sin ningún resto de yema, cáscara o suciedad en el bol, o de lo contrario podríamos tener problemas a la hora de montarlas.
  2. Ponemos a batir las claras con una pizca de sal, a velocidad media, hasta que empiecen a espumar. Siempre será más cómodo si utilizamos una batidora fija, orbital. Aunque lo podemos hacer perfectamente con las varillas eléctricas de mano.
  3. Una vez empiecen a espumar, añadimos la mitad del azúcar (50 gramos) poco a poco en forma de lluvia.
  4. Aumentamos la velocidad de la máquina y batimos hasta que las claras monten a punto de nieve.
  5. Por otro lado, batimos las yemas de huevo con el resto de azúcar (50 gramos) hasta que la mezcla triplique su volumen. Veremos como las yemas se empiezan a volver de un color más pálido y una textura más cremosa.
  6. Una vez montadas las claras y batidas las yemas, añadimos una parte de las claras montadas a punto de nieve sobre la mezcla de yemas y azúcar y mezclamos con movimientos suaves y envolventes con una espátula de silicona para evitar que la masa se baje y pierda volumen y aire. Cuando hayamos homogeneizado la primera parte de las claras, añadimos el resto y seguimos mezclando hasta que quede totalmente homogénea.
  7. Añadimos la harina tamizada en pequeñas partes. Mezclamos siempre con movimientos envolventes, cuando hayamos incorporado la primera parte de harina, echamos otro poco y mezclamos. Añadimos la harina en cuatro o cinco tandas.
  8. Una vez la mezcla esté totalmente homogénea, rellenamos una manga pastelera y escudillamos la masa en una bandeja metálica con papel de horno. Alisamos la superficie con una espátula.
  9. Horneamos a con el horno precalentado a 180º centígrados durante 12 minutos, con calor arriba abajo y el ventilador apagado.

Para hacer la crema de queso mascarpone:

  1. Mezclamos las yemas de huevo y el azúcar y batimos con varilla de mano sin parar sobre un baño maría hasta que la mezcla alcance los 62º. Tardaremos unos 2 o 3 minutos.
  2. Batimos ligeramente el queso mascarpone que tendremos a temperatura ambiente.
  3. Añadimos la mezcla de yema y azúcar al queso mascarpone y batimos ligeramente hasta mezclar.
  4. Aparte, semimontamos la nata en picos suaves. Y añadimos una parte de nata semimontada a la mezcla de yemas y mascarpone. Ahora con una espátula o lengua de silicona, integramos las dos cremas de forma suave y con movimientos envolventes, para evitar que las cremas «se bajen», quedando mucho más suave y untuosa.
  5. Terminamos de integrar toda la nata semimontada y rellenamos una manga pastelera con una boquilla lisa y fina. Reservamos.

Montaje y decoración de las tartas:

  1. Antes de montar las minitartas, preparamos un biberón o jarrita con una mezcla de café espresso y amaretto.
  2. Cortamos discos de la plancha de bizcocho genovés del mismo diámetro que los moldes donde vayamos a montarla, en mi caso un molde de silicona de cilindros de 7 centímetros de diámetro por 4,5 centímetros de altura. Si no tenéis uno como este, podéis utilizar otro o ayudaros de unos aros metálicos forrados de una tira de papel de acetato o papel sulfurizado, o incluso podéis montar las tartas en vasitos de cristal.
  3. Colocamos un disco de bizcocho genovés en la base del molde y empapamos de la mezcla de café y amaretto.
  4. Cubrimos con una capa de crema de queso mascarpone intentando hacerla del mismo grosor que el bizcocho.
  5. Colocamos otro disco de bizcocho sobre la crema y volvemos a empaparlo generosamente de nuestra mezcla de café y licor.
  6. Intercalamos tantas capas como queramos o como nos permita el molde o vaso donde montemos las tartas.
  7. Si habéis utilizado un molde de silicona, tendréis que congelar las minitartas antes de desmoldarlas. Si habéis usado el aro metálico o las habéis montado en vasos de cristal os podéis saltar este paso.
  8. Por último, solo nos quedaría espolvorear una buena cantidad de cacao puro en polvo y dejar que el reposo haga su magia, 3 o 4 horas serán suficientes para que la humedad se reparta y lo sabores se asienten. Además podemos espolvorear unas virutas de chocolate antes de servirlo y degustarlo.

Y así de fácil estarían los tiramisús listos para disfrutar!!

Si no lo habéis probado antes, vais a alucinar con lo suave y cremoso que es este tiramisú, seguro que se convertirá en uno de vuestros postres favoritos.

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