La mantita es un clásico en cualquier hogar. Es ese elemento que en los días fríos tenemos a mano para acurrucarnos en el sofá y disfrutar de esos ratos de descanso o de esos maratones de nuestras series favoritas. Pero con un simple plaid, podemos tener mucho más: podemos tener un elemento de decoración espectacular.
Un accesorio tan modesto cono un plaid puede cambiar la decoración del salón o del dormitorio para darle un aire mucho más fresco o acogedor. Pero también sirve para disimular ese sofá algo pasado de moda o para renovar los textiles de la cama sin cambiar nada. Las posibilidades en decoración de esa manta que realmente no lo es son infinitas.
La versatilidad del plaid en la decoración del hogar
La ventaja de los plaid es que puedes cambiarlos en cada estación o cuando simplemente te apetezca dar un impulso a la decoración de casa. Son económicos y no abultan demasiado, de modo que puedes tener juegos diferentes para salón y dormitorio e ir alternándolos cada cierto tiempo. De esta manera tan sencilla renovarás también el estilo de la estancia.
Para el invierno, es mejor elegir en tejidos extrasuaves y mullidos, como la lana. Puedes, incluso, apostar por tejidos gruesos que mezclen texturas (pelo, nudos, etc.). Para el verano, opta por otros más livianos y fresquitos, como es el lino. En lo que respecta a los colores, elijas el tejido que elijas, los plaids son perfectos para llevar una nota de color o, al contrario, para matizar el tono de la decoración general. Por ello debes elegir siempre colores que combinen y armonicen.
Cómo colocar el plaid para que sea decorativo
Además de elegir el tejido, el color o el estampado, es importante saber cómo colocar un plaid de manera correcta. Es sencillo, pero también encierra algunos trucos que conviene que conozcas. Vamos a explicarte cómo la forma de colocar la mantita también influye en la decoración de la estancia.
Plaids sobre la cama
La forma más sencilla, pero también más elegante de colocar el plaid, es depositarlo perfectamente doblado y a los pies de la cama. Pero para dar un toque que se sale de lo habitual, no lo lleves del todo a la parte inferior, deja un pequeño espacio. Combínalo con unos cojines y el efecto será fantástico. Una forma diferente de llenar de estilo la cama es colocar varios plaids de diferente color unos encima de otros, dejando entrever una pequeña parte de cada uno.
Pero hay otras maneras de colocar los plaids, según el efecto que quieras lograr. Si lo que te apetece es dar un poco de dinamismo a la estancia, la mejor forma es colocarlo de una manera informal. ¿Qué quiere decir? Que puedes poner el plaid como al descuido en una de las esquinas de la cama, colocarlo de modo que cree un efecto “cama deshecha” o ponerlo en una esquina, colgando por un lado y haciendo un giro central antes de que cuelgue por el otro.
Plaids en el sofá
En sofá, el gran protagonista del salón, un plaid puede hacer maravillas. Si quieres renovar su estilo y dar un impulso a la decoración de toda la estancia, solo tienes que elegir una mantita que encaje bien en ella y colocarla sobre ese sofá. Y también puedes hacerlo de diferentes formas, según el efecto que quieras conseguir.
Al igual que ocurre con la cama, el toque de elegancia se consigue doblando el plaid con cuidado y dejándolo apoyado en los pies de la chaise longue o en el brazo del sofá. Pero si quieres dar un toque alegre y refrescante, déjalo caer sobre ellos, con un lado apoyado en el suelo.
Más formas de dar estilo a la decoración con plaids
Los plaids no son solo para camas o sofás, pueden dar muchísimo más juego en decoración. De hecho, puedes vestir con ellos un sinfín de rincones de casa. ¿Necesitas ideas? Estas son solo algunas de las posibilidades:
- Un plaid le dará un punto de estilo a cualquier sillón, tanto en el dormitorio como en el salón o ese rincón de lectura que es tu refugio. Elige, eso sí, uno del tamaño adecuado.
- Sillas de comedor, del office o de la cocina, son también lugares en los que colocar un plaid decorativo.
- En el recibidor, también puedes crear un ambiente más acogedor con un pequeño plaid colgado del perchero o, mucho mejor, de una escalera decorativa. Esta idea la puedes llevar a otras estancias de la casa, como el dormitorio.
- Para destacar algún rincón olvidado, pon una cesta decorativa con un par de mantitas perfectamente enrolladas.
- Plaids de diferentes colores bien doblados son ideales para dar una nota de color a la mesita del centro o incluso a una comoda.
Y, por supuesto, no los olvides en la terraza. En ellas los plaids son perfectos para decorar y también para cubrirte con ellos en esos momentos de la noche en los que empieza a refrescar.