Sobre todo si en casa tenemos suelos fríos, como son los cerámicos o el terrazo, las alfombras se convierten en uno de nuestros mejores aliados en invierno. Sirven de aislamiento, dan sensación de confort al pisar y, además, se convierten en un elemento decorativo esencial. Este último motivo nos obliga a elegir con cuidado la alfombra ideal para que no se convierta en un factor discordante en el estilo de nuestro hogar.
La ventaja es que la variedad de alfombras que podemos encontrar es inmensa en formas, tamaños, colores, estampados o materiales. De esta manera, siempre podemos encontrar la que mejor encaja en ese pasillo, en el salón, el dormitorio o incluso la cocina, porque las alfombras se pueden colocar en cualquier estancia de la casa.
Claves para elegir la alfombra perfecta
Una alfombra siempre viste la estancia, pero también podemos usarla para delimitar o separar espacios: la zona de comedor del resto del salón, la de la cama dentro del dormitorio o la de la zona de juegos en el cuarto de los niños. El lugar en que se encuentre va a marcar en buena medida el tipo de alfombra ideal.
Es importante, en primer lugar, que esa alfombra tenga un tamaño adecuado y cubra bien la superficie sobre la que se va a colocar. Si es demasiado pequeña, el efecto no será muy estético. Por ejemplo, en la zona de comedor, la alfombra debe sobresalir al menos 50 cm de la línea de las sillas o en el dormitorio no debe ser más estrecha que las mesillas. Y, en segundo lugar, su estilo debe combinar con el de la estancia, sobre todo en lo que a colores básicos y estampados se refiere.
Hay que tener en cuenta que visualmente la alfombra va a tener mucho peso, de modo que hay que equilibrar los espacios con ella. En otras palabras, si la decoración es sencilla, se pueden introducir alfombras con diseños estampados o colores algo más intensos. Pero si el estilo de la casa es algo más recargado, el consejo es el de optar por otras de diseños lisos. En este último caso, se puede jugar con las texturas, por ejemplo con alfombras de pelo largo o de nudos. Hay otros consejos que ayudan a acertar en la decisión:
- Si la estancia no es muy luminosa, y más en invierno, es mejor que la alfombra sea de colores claros para potenciar la luz y en tonos cálidos. Si no hay problema con la luz, entonces se puede optar por colores algo más intensos.
- En estancias pequeñas es también preferible optar por tonos claros, puesto que ayudan a crear una sensación mayor de amplitud y consiguen que la habitación parezca más acogedora.
- En el caso de que en la habitación predominen los estampados, lo ideal es optar por alfombras lisas para que el efecto no sea el de un espacio recargado. Al contrario, si los tejidos son lisos, una alfombra estampada será el contrapunto perfecto.
- En el dormitorio las alfombras de pelo largo son siempre buena idea porque aportan una sensación de calidez muy agradable en invierno. En cambio, en zonas de paso o de mucho uso, es mejor elegir alfombras con el menor relieve posible para que la limpieza sea más sencilla.
- Las alfombras de pelo largo son también perfectas para ese rincón en el que nos gusta relajarnos calentitos con una manta, como nuestro rincón de lectura o el cuarto de estar donde vemos la tele
- En pasillos muy oscuros o alargados y en entradas, las alfombras son un elemento decorativo esencial. Aportan calidez, pero también ayudan a dar estilo a unos espacios a veces olvidados. Si eliges bien, además, generan sensación de amplitud.
Un consejo aplicable a cualquier época es elegir alfombras más fáciles de limpiar y de materiales más resistentes en aquellas zonas que estén más expuestas, como son los pasillos o los dormitorios de los niños. También conviene que sean lavables.
Las mejores alfombras para el invierno: materiales
Los materiales que se emplean para fabricar alfombras son muy variados, pero algunos están especialmente indicados para el invierno, por su tacto y por la sensación de calidez que transmiten. Ese es el caso de la lana, un material natural muy aislante y también muy resistente y fácil de lavar. Por ello, las alfombras de este material son siempre buena idea para vestir la casa cuando las temperaturas caen.
Otro material también perfecto para el invierno es el algodón, pero es algo más delicado que la lana. La alternativa son las fibras sintéticas, aconsejables, además, para zonas de elevado tránsito. La ventaja de estos materiales no solo es que resultan calentitos para el invierno, también son aptos para vestir la casa en verano, puesto que aíslan tanto del fría como del calor.