En la cultura japonesa se siente auténtica veneración por la naturaleza. Y es una cuestión que se refleja en infinidad de aspectos, por supuesto, en decoración. Ikebana es un arte floral muy especial porque no solo busca la estética, también aportar calma, sosiego y buenas vibraciones a los espacios. De hecho, la preparación de estos arreglos es todo un arte, nada se improvisa en ellos.
El ikebana, como tantas otras tradiciones de Japón tiene una historia milenaria. Llego de China y de la mano del budismo en el siglo VI. Desde entonces su originaria búsqueda de la perfección y su idea de representación del universo no solo se ha mantenido, sino que ha evolucionado y se ha diversificado para dar lugar a varias corrientes distintas. Y, por supuesto, se ha introducido también en las tendencias decorativas.
Elementos básicos del ikebana
Hablar de ikebana es hablar de espiritualidad y de tres pilares fundamentales: el cielo, la tierra y el hombre. En estos arreglos, las flores no son las únicas protagonistas. También lo son esas ramas que se elevan, así como hojas de diferente forma y tamaño, frutos y semillas. Todos cuidadosamente elegidos para crear esas composiciones delicadas pero de enorme belleza.
Otra de las características esenciales del ikebana es su sencillez. Son composiciones aparentemente simples, con muy pocos elementos. Pero esa apariencia esconde toda una simbología, puesto que de lo que se trata no es de alcanzar simplemente la belleza, sino un estado zen. Por eso, estos en estos arreglos florales se escogen con sumo cuidado no solo los elementos, sino también la forma en la que se van a disponer.
En cuanto a los recipientes, pueden ser de cualquier forma y material. Elegir uno u otro depende de la escuela. Pero si simplemente quieres iniciarte en este bello arte, dos ideas: la primera es usar recipientes de ese material que más nos recuerda a la tierra, el barro, y preferiblemente en formas planas; la segunda, optar por el cristal en diseños más estilizados si lo que buscas composiciones más altas.
Claves en el diseño del ikebana
En el arte del ikebana hay unas líneas maestras comunes a todos los arreglos. ¿Quieres conocerlas para iniciarte en este arte? De una manera muy simple, esto es lo que debes tener en cuenta:
- Todas las composiciones tienen que seguir la forma de un triángulo. La rama más alta representa al cielo, el elemento más bajo es la tierra y el ramo medio representa al hombre.
- En el ikebana la simetría no tiene lugar, se busca siempre crear composiciones asimétricas que den sensación de movimiento.
- Todas las composiciones deben ser sencillas, llenar espacios no es lo que se busca. El objetivo son composiciones minimalistas que transmiten pureza y serenidad.
- La materia prima de las composiciones es siempre estacional.
- También se tiene en cuenta el momento del año para dar protagonismo a un elemento importante en estas composiciones: el agua. En los meses más cálidos se le da protagonismo, mientras que en los más fríos se oculta.
El ritual del ikebana
Este arte implica un ritual minucioso. Para elaborar los arreglos florales, los expertos analizan cada elementos natural para resaltar sus cualidades en la composición. Las herramientas de trabajo se eligen con sumo cuidado para que nada estropee el resultado final. Y todo el trabajo se realiza en un ambiente sereno, en silencio y sin distracciones.
El ikebana auténtico es un trabajo efímero, pero envuelto en la espiritualidad. Por eso, hacer estos pequeños arreglos florales es una forma de conectar con uno mismo, de relajarse y practicar esa paciencia que a veces nos falta. También es una forma de iniciarse en la meditación y, por supuesto, de olvidarse de esas prisas del mundo actual.
Cómo decorar con estos arreglos florales
Una de las grandes ventajas de estos arreglos florales es que los puedes emplear para decorar cualquier estancia de la casa. Colocados en el recibidor, son una forma cálida de recibir a los invitados en casa. En el salón o el dormitorio introducirán una nota de color y de elegancia de una manera muy discreta pero efectiva. Y en la cocina o el cuarto de baño darán al ambiente ese toque personal que a veces les falta.
En cuanto al estilo de tu casa, no te preocupes. Siempre hay una composición perfecta para el ambiente de tu hogar y también para tu personalidad. Simplemente hay que elegir los elementos adecuados (tipo y color de flores, recipiente, etc.) y una forma que encaje con esa decoración. A partir de ahí, puedes dar al arreglo el protagonismo que te apetezca, pero siempre conseguirás transmitir serenidad y buenas vibraciones.