Pasamos un tercio de nuestra vida en ella. Es el lugar en el que descansamos y nos recuperamos de los esfuerzos del día a día. Por eso la cama es un elemento que hay que cuidar especialmente. A nivel decorativo es cierto que tiene un gran peso en el dormitorio, puesto que todo lo demás gira en torno a ella. Pero no es el único aspecto en el que debemos fijarnos a la hora de amueblar la estancia.
Es cierto que en ocasiones el tamaño del dormitorio o la disposición de puertas, ventanas o instalación eléctrica condicionan la posición de la cama dentro de la estancia. Pero, si es posible, conviene tener en cuenta algunos detalles que ayudarán a conseguir ese descanso reparador. El Feng Shui ofrece algunas claves.
La orientación de la cama en el dormitorio
No siempre es fácil colocar la cama en una orientación determinada. Y la más adecuada dependerá de tu personalidad. Según el Feng Shui, es colocando el cabecero hacia el norte como se consigue una mayor relajación y se favorece el descanso. El cabecero orientado hacia el sur, por su parte, ayudará a levantarse con más energías y potencia la creatividad, pero por ese mismo motivo no es demasiado aconsejable para personas especialmente nerviosas.
Para esa personas más inquietas o que sufren problemas de estrés y ansiedad, la mejor orientación es la oeste. Y finalmente, la orientación este ayuda a levantarse temprano y con muchas energías. Con estos apuntes, ya podrás elegir la orientación que más te convenga para tener un descanso lo más reparados posible, si que que el dormitorio lo permite, evidentemente.
Otros aspectos importantes a la hora de colocar la cama
La orientación es el punto de partida, pero hay otros elementos también muy importantes que se deben tener en cuenta según el Feng Shui. Si quieres favorecer tu descanso, toma nota de ellos:
- La cama, mejor apoyada contra la pared: el motivo es que de esta forma aumenta la sensación de seguridad, de protección.
- Nunca colocar la cama debajo de una ventana: por un lado, para evitar los ruidos y luces de la calle. Por otro, para no tener esa inseguridad que genera que el cabecero no esté apoyado en una base firme.
- La cama tampoco debe tener detrás pasillos o vestidores abiertos porque también se generará una sensación de inestabilidad.
- En dormitorios infantiles es mejor que la cama esté también apoyada lateralmente en una pared para reforzar el sentimiento de protección.
- Hay que evitar que la cama esté en línea recta con la puerta de acceso para que la energía no se escape, de manera especial si da a un pasillo largo.
- Tampoco es aconsejable que la puerta esté de espaldas a la cama, puesto que genera inseguridad.
- La cama no debe estar en línea con la puerta del baño ni apoyada en ella.
- Conviene no colocar la cama debajo de vigas o en zonas bajas de buhardillas.
El Feng Shui y la decoración del dormitorio
Más allá de cuestiones prácticas relacionadas con la posición que ocupa la cama dentro del espacio, hay otras muchas que el Feng Shui aconseja para mejorar el descanso:
- Apostar por la simetría: si la cama es protagonista de un espacio en el que reina la simetría, se favorecerá el descanso. El motivo es la sensación de orden.
- Evitar el ruido visual: demasiados objetos encima o debajo de la cama, un espacio sobrecargado, no favorece el descanso, según el Feng Shui.
- Mejor luces tenues y cálidas y persianas que alejen la luz que entra desde el exterior.
- No colocar espejos frente a la cama para evitar estar alerta, tampoco conviene colocarlos en el cabecero.
- Lo ideal es que la cama tenga siempre un cabecero y que este, además, sea firme.
- En paredes y textiles, mejor colores suaves y que nos conecten con la tierra, como verde, beige o arena.
- Conviene elegir materiales naturales para el mobiliario y accesorios de decoración: madera, mimbre, sisal, etc.
- La altura perfecta de la cama es aquella en la que la parte inferior del colchón no está a más de 45 cm del suelo.
Finalmente, hay otra cuestión que tampoco debe olvidarse, y es que la cama es la protagonista del espacio en el dormitorio. Quiere decir que todo se debe distribuir a su alrededor y que debe guardar unas proporciones adecuadas para que el resultado sea equilibrado, algo que también favorecerá el descanso.