Las temperaturas empiezan a bajar fuera y es el momento de hacer que suban dentro de casa. Y si hay una estancia en las que debemos sentirnos especialmente a gusto es el dormitorio. Más allá de subir la calefacción, que siempre implica un gasto considerable, siempre podemos poner en práctica algunas ideas de decoración con las que esa estancia será más cálida en todos los sentidos.
Para dormir bien y reponernos de ese día a día agotador, nuestro dormitorio debe ser cómodo y acogedor. Pero conseguir que sea también más cálido y que además gane en estilo no es complicado. Te vamos a explicar cómo conseguirlo. Antes te damos una pequeña pista: los textiles son la clave para tener ese dormitorio del que no querrás salir.
Ropa de cama muy cálida para el dormitorio
No hay nada más agradable que meterse en la cama y sentirse bien arropado, sin esa sensación de frío que transmiten algunos tejidos. ¿Cuáles son los más apropiados para el invierno? Para los mas frioleros no hay nada como la franela o, sobre todo, la coralina, que se caracteriza por un tacto aterciopelado realmente agradable. Para los más calurosos, mejor sábanas de satén.

¿Y sobre las sábanas? Aquellos que no sean muy fans de los nórdicos, tienen la alternativa más clásica: los edredones. Pero hay otras posibilidades que, además de muy decorativas, son muy calentitas, por ejemplo, una colcha de punto grueso o de piel sintética con pelo. Esta últimas son ideales para hacer que el dormitorio se vea realmente cálido y que además tenga un estilo muy propio.
Los mejores accesorios
A la hora de vestir la cama, también hay que tener en cuenta algunos accesorios que suman calidez. El primero de ellos son los cojines. En invierno nos podemos permitir el capricho de colocar algún cojín más sobre la cama, el efecto visual será mucho más agradable. Una idea: jugar más que con estampados con colores , con texturas y con diferentes formas y tamaños.
El otro complemento imprescindible es el plaid, que siempre debe combinar con el resto de la ropa de cama y, por supuesto, con los cojines. En este caso, lo ideal es que elijas tejidos muy cálidos y de tacto muy suave, por ejemplo, la lana, el mohair o el algodón. Déjalo como al descuido sobre la cama y el efecto decorativo será espectacular. Además, siempre lo tendrás a mano si sientes algo de frío. La otra posibilidad: la mantita de toda la vida.
Las alfombras, imprescindibles
No importa si el suelo del dormitorio es de cerámica o de madera, mucho más cálida. Las alfombras tienen el poder de hacernos sentir bien y de conseguir que los ambientes sean mucho más cálidos porque no solo decoran, sino que también aíslan. Ahora llega la gran duda. ¿una o dos alfombras? Depende de gustos y del tamaño de la habitación. Si es pequeña, mejor dos, una a cada lado de la cama. Si optas por una sola alfombra, lo ideal es que sobresalga al menos 60 cm por cada lado.

¿Qué tipo de alfombra elegir? En el dormitorio puedes colocar esas alfombras que no conviene colocar en zonas de mucho tránsito. Es decir, que una alfombra mullida de pelo largo será perfecta. O, si lo prefieres, una de algodón efecto borrego. Pisar sobre ellas será un gustazo incluso en los días más fríos del invierno.
Cortinas de invierno para tu dormitorio
Si en verano lo ideal es despejar ventanas y optar por son los tejidos vaporosos, en invierno te puedes permitir una sobrecortina con una caída bonita. El tejido puede ser algodón o terciopelo, si quieres un efecto lujoso y elegante. Eso sí, no olvides que deben compartir gama cromática con la ropa de cama. Pero, si la habitación es fría, opta por cortinas térmicas que eviten que el calor escape de la habitación.
Otros consejos para decorar el dormitorio en invierno
Más allá de esas cuestiones básicas que hemos explicado, hay otros trucos muy sencillos con los que también conseguirás que tu dormitorio resulte más cálido en esos días de frío. El primero de ellos es introducir algún elemento natural. Es cierto que accesorios de mimbre, de yute o de ratán son maravillosos para decorar la habitación en verano. Pero también lo son en invierno. Por ejemplo, una sencilla cesta con un plaid colgando de ella quedará estupenda.
¿Quieres dar un toque completamente diferentes al dormitorio? Cambia el cabecero por uno tapizado que sea muy mullido, verás qué sensación tan placentera transmite y qué elegante queda. Y un último consejo para subir unos grados la temperatura del dormitorio, aunque sea tan solo una sensación: colores cálidos siempre. Los tonos tierra son perfectos y combinan bien con casi todo, pero también puedes optar por tonos pastel o empolvados.