Vestir la cama tiene sus trucos, no todo vale si quieres que luzca en el dormitorio y que le aporte ese toque de elegancia y de calidez imprescindibles. Tejidos, colores, formas y tipo de accesorios importan, y mucho, para conseguir que la cama tenga estilo y eleve el nivel de la decoración del dormitorio.
Acertar depende del buen gusto, del tipo de ambiente que queramos dar a la decoración del dormitorio y también de nuestra personalidad. Hay algunos aspectos a la hora de vestir la cama que dependerán de ello. Pero en otros casos hay consejos que conviene aplicar para no equivocarse. De esos consejos queremos hablarte.
Una cama bien vestida es más de lo que se ve en el dormitorio
La primero que debemos tener en cuenta es que al hablar de vestir la cama no nos referimos solo a la colcha y los cojines, también al cubresomier, a la funda de las almohadas, a las sábanas y a esos plaids que tanto visten. Todo ello forma un conjunto que debe trasmitir buen gusto y elegancia, pero también calidez.
Para conseguirlo, no solo debemos fijarnos en lo que se ve a simple vista, también en lo que se siente. Es decir, que los tejidos deben ser de calidad. En el caso de las sábanas, eso facilitará nuestro descanso y, en el del resto de los elementos de la cama, aportarán belleza y textura. Además, tejidos de calidad siempre se lavan mejor.
¿Colores lisos o estampados para vestir la cama?
Elegir colores y motivos depende en buena medida del estilo que queramos dar al dormitorio. Si buscamos un efecto sencillo y a la vez elegante, lo ideal es una base blanca que combine con colores neutros en cojines y plaid. Para darle un poco de dinamismo a la cama, los cojines pueden llevar algún motivo que sea sencillo.
Para dar un fuerte protagonismo a la cama, los estampados son una buena elección. Pero en ese caso hay que compensar su fuerza con cojines y plaid mucho más discretos. Lo que es importante es que estos últimos elementos compartan algún color con los estampados de la base para mantener la armonía y el equilibrio en el conjunto.
Claves para elegir y colocar colcha y plaid
Para vestir bien la cama también hay que saber elegir la medida adecuada sus elementos y la forma de colocación. Ocurre igual que con la ropa de vestir, si es demasiado corta o no se sabe poner con estilo nunca quedará bien. En lo que respecta a colchas, edredones y fundas, deben colgar al menos 50 cm. Excepto si la cama lleva cubresomier, en cuyo caso el cobertor solo debe cubrir el colchón. Y siempre deben colgar un poco más de los pies que de los laterales.
En lo que respecta al plaid, lo ideal es que cuelgue unos 30 cm por cada lado si se coloca extendido a los pies de la cama. Pero hay que recordar que hay muchas formas de colocarlo. La más elegante es doblado, dejando que cuelgue solo a los lados. Pero también puede colgar por la zona de los pies hasta el suelo. Para dar un aspecto más informal al dormitorio, se puede colgar ocupando solo una esquina, como al descuido.
El número de cojines en una cama perfecta
Cuántos cojines colocar en la cama suele ser una duda recurrente. Depende de las medidas de la cama. Si es individual, basta con dos almohadas. En una cama de 1,35 m el número puede elevarse a cuatro y en una de 1,50 m a seis piezas entre almohadas y cojines. En cualquiera de los casos se puede añadir algún pequeño cojín decorativo, pero sin sobrecargar la cama.
¿Cómo deben ser y cómo se colocan? Lo ideal es que las piezas más cercanas al cabecero sean de color liso. La siguiente fila será del estampado de la sábana o el cobertor y la última, de nuevo, lisa. Un pequeño consejo: jugar no solo con colores y estampados, también con tamaños y formas de los cojines para que el efecto sea mucho más decorativo. Lo que hay que tener en cuenta es que siempre se colocan por tamaños, de mayor a menor.
Algunos otros consejos para vestir la cama
Para conseguir que la cama luzca elegante, conviene tener en cuenta algunas otras recomendaciones. Por ejemplo, que las fundas sean siempre algo más largas que las almohadas o que el cubresomier sea de un color que no destaque demasiado. Los embozos no deben quedar cortos (deben tener al menos 40 cm) y, si se van a dejar a la vista, la sábana debe ser de un color que coordine con el cobertor.
Y un consejo final es cambiar la ropa de cama según la estación. En invierno conviene apostar por tejidos más cálidos y con texturas, en el caso de los cobertores, cojines y plaids. De esa manera el dormitorio resultará más acogedor. Al contrario, en verano combiene elegir tejidos frescos, vaporosos y colores suaves.