Vistos o integrados en los muebles, en blanco tradicional o en inox, de diseño tradicional o vintage: son muchas las cuestiones que nos planteamos a la hora de elegir los electrodomésticos de nuestra cocina. Lo cierto es que cada una de las opciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes. De ellos vamos a hablar para que puedas elegir con mejor criterio y conseguir la cocina de tus sueños.
Pero antes de profundizar en esta cuestión, un pequeño matiz. A la hora de hablar de electrodomésticos integrados, nos referimos a aquellos que van completamente ocultos en un mueble. Existen los panelables, que llevan una tapa del mismo acabado que los muebles, pero dejan a la vista los mandos. Esta solución es cada vez menos habitual en cocinas. En cualquier caso, si es tu elección, debes tener en cuenta que están más cerca de los integrados que de aquellos otros que son completamente visibles.
Por qué elegir electrodomésticos vistos en la cocina
Una de las ventajas de los electrodomésticos vistos es que hoy en día se fabrican en infinidad de modelos y acabados. De los viejos aparatos blancos hemos pasado al otros de líneas más modernas con frentes mucho más estéticos en los que el protagonista es el cristal. Blanco que ha llegado incluso a las placas de cocción. Están, por supuesto, el acero inoxidable y también el negro, muy elegante. Y para cocinas con mucha personalidad existen gamas de electrodomésticos de aires vintage y colores variados: rojo, azul, verde, etc.
Todo ello hace que los electrodomésticos a la vista se conviertan en un elemento decorativo realmente poderoso en la cocina. O, al contrario, si se eligen en colores parecidos a los del mobiliario pueden pasar desapercibidos sin necesidad de gastar más en aparatos integrables. Representan por tanto una solución muy versátil.
Cuando es mejor elegir electrodomésticos vistos
Este tipo de electrodomésticos son ideales para romper la uniformidad de la cocina y dar a la estancia algo de dinamismo. En el caso de los que tienen un acabado en acero inoxidable, además, aportan un toque muy actual y mucha luminosidad, por lo que son una buena opción en cocinas oscuras o de estilo industrial. Los blancos, por su parte, encajan bien en cocinas de corte clásico o con un toque shabby.
Electrodomésticos integrados: discreción y elegancia
Su precio es algo más elevado, pero tienen otras ventajas. La principal, evidentemente, es que no se ven y con ellos se consigue que la cocina tenga un aspecto elegante. Además, con ellos no hay ningún problema a la hora de combinarlos con el mobiliario porque realmente son parte de él. Tienen otras ventajas, por ejemplo, que facilitan la limpieza, puesto que no quedan huecos entre el aparato y el resto de los muebles.
Tienen muchos aspectos positivos, pero también algún inconveniente, además del precio. Por un lado, hay menos modelos en el mercado. Por otro, hay electrodomésticos que no se pueden integrar, como el horno o el microondas, en su caso, la única opción viable es colocarlos dentro de un mueble y mantener la puerta abierta durante su uso par que el calor no la estropee, pero no resulta muy cómodo.
Cuándo conviene elegir electrodomésticos integrados
Este tipo de electrodomésticos son perfectos para cocinas abiertas al salón. Con ellos se logra la máxima uniformidad, continuidad visual y armonía en la cocina. La única precaución es elegir un mobiliario que combine y conecte bien con el del salón.
Los electrodomésticos integrados son también son una buena elección en cocinas pequeñas, puesto que esa uniformidad ayuda a ampliar visualmente los espacios. Y, si se eligen muebles de acabados sencillos, mucho mejor. Otra posibilidad muy atractiva es optar por ellos si lo que buscamos es una cocina minimalista muy actual, eligiendo siempre muebles con tiradores ocultos.