Los espacios abiertos son tendencia. Pero, más allá de modas, tirar tabiques para integrar cocina y salón tiene infinidad de ventajas. Siempre queda el temor a que humos y olores inunden toda la estancia, pero lo cierto es que con un buen sistema de extracción de humos en la cocina no tiene por qué ser así.
Pero a la hora de diseñar esa cocina abierta al salón hay que pensar no solo en el aspecto práctico, también en la decoración. Integrar ambas estancias no es complicado, pero para que el resultado sea estético y armonioso es importante tener en cuenta algunas cuestiones básicas que vamos a explicar a continuación.
Por qué abrir la cocina al salón comedor
Son muchas las razones para ello. En viviendas de pequeñas dimensiones, esta solución permite ganar espacio, no a nivel físico, evidentemente, pero sí visual. Y también se gana mucha luminosidad. ¿Qué conseguiremos con ello? Sentirnos mucho mejor, sin sensación de agobio, en definitiva, un hogar más acogedor.
Hay otras ventajas que también debemos tener en cuenta. Por ejemplo, vamos a ganar mucho en movilidad, en la cocina y también en el salón y, sobre todo, en la zona de comedor. Y, si tenemos invitados en casa, la comunicación será mucho más fluida, ya que no le perderemos de vista mientras damos el toque final a la comida. Y todo ello sin olvidar que cocinas integradas en el salón dan un aspecto mucho más actual a la vivienda.
Consejos de decoración imprescindibles
A la hora de diseñar esa cocina abierta, el consejo principal es que haya continuidad visual. Y esto se consigue con paredes y suelos del mismo color. Si tenemos suelos de madera en casa, siempre se puede colocar una pequeña alfombra vinílica en la zona más expuesta a suciedad de la cocina. Y en el frontal, un antepecho de azulejo, cristal o cualquier otro material. Pero es importante no elegir los revestimientos de la cocina sin tener en cuenta el salón.
El segundo consejo básico es que mobiliario y decoración de cocina, salón y comedor siga el mismo estilo. No quiere decir que tenga que se exactamente igual, pero si complementarse a la perfección. En este aspecto hay combinaciones infalibles, como esa tan elegante y acogedora como es la de blanco y madera. Pero si buscas un estilo más atrevido, puedes jugar con el color en la cocina, siempre que se comparta de algún modo la gama cromática de la decoración elegida para el salón.
Y, además de todo ello, es importante llevar a la cocina detalles que faciliten esa integración. Quiere decir que puedes permitirte el lujo de introducir elementos en ella más propios del salón. Puede ser alguna lámpara colgante, brillos dorados o cobrizos si el salón también los tiene, alguna pieza de decoración con mucha personalidad o unas sencillas plantas.
Cocina a la vista o no: Cuál es la mejor opción
Es una de las decisiones más importantes que hay que tomar a la hora de decidir abrir la cocina al salón. En ambos casos, el resultado puede ser espectacular. ¿Cómo elegir? Depende, básicamente, de espacio, estilos y gustos. Dejando a un lado esta última cuestión, la de los gustos, las cocinas más discretas, es decir, aquellas que tienen muebles lisos sin tiradores y se mimetizan con las paredes son perfectas para espacios más reducidos. Y, si hablamos de estilos, encajan a la perfección con los más sofisticados o de carácter minimalista.
En es caso de esas otras cocinas a las que se quiere dar protagonismo, pueden encajar sin problemas también en espacios más reducidos, Sin embargo, lucirán mucho mejor es esos más amplios, especialmente si la cocina tiene isla o si se va a colocar el comedor junto a ella. Y, en lo que respecta a estilos, siempre que el mobiliario de la cocina combine en color y material con el salón, no habrá problema ninguno.
Cómo separar cocina y salón sin tabiques
Tal vez no te apetezca demasiado un concepto abierto en su sentido más estricto. No hay problemas, también hay soluciones a veces muy estéticas a veces muy ingeniosas para crear una distinción entre cocina y comedor si perder por ello esa conexión visual. Las islas son una posibilidad, pero para ello es necesario que el espacio sea lo suficientemente amplio, ya que es imprescindible que tengan unas dimensiones mínimas. La alternativa son las siempre prácticas barras de cocina.
¿Quieres una barrera física? Si lo que quieres es aislar la cocina cuando cocines, la mejor solución es optar por puertas o tabiques de cristal correderos. Así tendrás un espacio abierto sin que realmente lo esté mientras usas la cocina. Esta solución, además puede ser muy decorativa si optas por modelos con perfilería de color en forma de cuadros.