Árboles, belenes, coronas de flores y, por supuesto, flores de Pascua. Esta vistosa planta forma parte indispensable de en cualquier decorado de Navidad. En su versión artificial siempre es parte de los adornos más clásicos. Pero por su belleza, elegancia y resistencia, merece la pena tener en casa una maceta con una flor de Pascua natural. Además de color, aporta vida y purifica el ambiente.
Pero la flor de Pascua – o poinsettia- es mucho más que un bonito adorno que no pasa nunca de moda. Es también un buen regalo para trasmitir los mejores deseos en unas fechas muy especiales. Por eso es habitual obsequiarla y, por esa misma razón, no se debe rechazar. ¿Pero cómo integrarla en la decoración navideña? Es realmente sencillo y hay mil formas de hacerlo.
Ideas para aderezar la decoración de Navidad con la flor de Pascua
Lo primero que hay que saber es que existen más de cien variedades diferentes de flores de Pascua. La más tradicional es la roja, pero también las hay en diferentes tonalidades de rosa o de amarillo, en naranja pastel e incluso las hay que mezclan dos colores en sus hojas. No solo en colores, también se pueden encontrar en tamaños muy diferentes.
Esta variedad es una enorme ventaja a la hora de integrar la flor de Pascua en la decoración. Por sí sola, es capaz de llenar de alegría un rincón olvidado. Pero también se pueden hacer combinaciones maravillosas solo con poinsettias o en conjunto con otros objetos típicos de la decoración navideña.
- Si la flor de Pascua se va a colocar sola, sin ningún ornamento, el consejo es elegir un cubremacetas elegante, pero sencillo. Una pieza de cerámica blanca es perfecta para destacar el colorido de la poinsettia, la madera o el esparto son también una buena combinación. Si son varias, se pueden colocar en una caja de madera.
- Una poinsettia de pequeño tamaño es perfecta para un centro de mesa muy vistoso. Combinada con velas y adornos navideños o con materiales naturales como ramas de acebo, frutos secos o ramitas de canela vestirá la mesa de una forma espectacular.
- En decoraciones muy clásicas, tradicionales o rústicas, siempre van a triunfar las flores de pascua rojas. Si se busca elegancia o sencillez, las de hojas en tonos claros son una gran opción, sobre todo, combinadas con algún detalle en dorado.
- Se puede hacer un vistoso árbol de Navidad con varias poinsettias pequeñas. Simplemente son necesarias unas plataformas para colocarlas a tres cuatro alturas. Esta idea funciona muy bien para destacar algún rincón del salón o incluso para decorar la entrada a casa.
- Otra idea que funciona muy bien es colocarlas en la base del árbol de Navidad, es una forma de ocultar ese pie a veces tan antiestético. Combinadas con cajas de regalo de colores alegres, el efecto es realmente vistoso.
- También el baño o la cocina merecen un poco de atención en la decoración navideña. Para ello, las flores de Pascua son una gran idea, puesto que no son demasiado exigentes en sus cuidados.
Por otra parte, las flores de Pascua se pueden combinar no solo con los típicos adornos navideños, también con otras plantas que tengamos en casa. Muchas plantas de interior no tienen flores o no florecen en invierno. Por eso, la poinsettia es perfecta para poner la nota de color que falta.
Flores de Pascua para una decoración sostenible
Como elemento decorativo, la flor de Pascua tiene una enorme importancia en Navidad. Y cada vez cobra mayor protagonismo. La preocupación por la sostenibilidad también ha llegado a la decoración navideña y apostar por las poinsettias nos permite prescindir de objetos decorativos plásticos o de materiales no reciclables.
Combinar flores de Pascua con adornos de fibras naturales, de madera o de barro permite dar vida a una decoración sostenible. Si añadimos algunas ramas, hojas secas, muérdago o acebo, no solo conseguiremos un escenario muy navideño en casa, también un decorado muy económico y, sobre todo, sostenible.
Y lo mejor de todo, es que la poinsettia alegrará nuestro hogar durante muchas semanas. Con unos cuidados mínimos, puede mantener su lustre y colorido mucho después de la Navidad. Simplemente hay que procurar alejarla de la luz directa del sol y del calor y regarla una o dos veces a la semana. Por cierto, la flor de Pascua tiene día propio. Se celebra el 12 de diciembre.