La mesa de centro es uno de esos imprescindibles que solemos colocar al final de la lista a la hora de decorar el salón. Y, sin embargo, no solo es uno de los muebles que más presencia pueden tener en la estancia, también es uno de los que nos pueden resultar más funcionales.
De madera, con estructura de metal y tapa de cristal o de piedra y casi siempre de formas simples: así son las mesas de centro más tradicionales. Pero si te apetece dar un giro a la decoración del salón, puedes arriesgar un poco y optar por mesitas diferentes. Verás como con ellas el salón parece distinto.
Medidas y detalles de la mesa de centro para el salón
Antes de elegir entre cualquiera de las propuestas que te vamos a hacer debes tener en cuenta que la mesa de centro debe guardar proporción y armonía con el resto del mobiliario del salón. ¿En qué debes fijarte? Básicamente, en que la medida de la mesa debe ser alrededor de la mitad o, como mucho, dos tercios de la del sofá. Y esta recomendación se aplica si optas por un conjunto de varias mesas, el total no debe sobrepasar esa proporción.
También debes fijarte en que las medidas de la mesa permitan dejar un espacio libre de paso de al menos 40 cm con respecto a cualquier mueble. Y, si hablamos de altura, nunca debe ser más alta que el sofá, aunque optes por composiciones de varias mesas, como mucho, pueden alcanzar la altura del asiento, nunca más.
Mesas de centro para sorprender y personalizar el salón
Con las medidas de la mesa en la mente, puedes lanzarte a buscar esa mesa de centro diferente y exclusiva que dará personalidad propia a tu salón. Como puedes imaginar, las posibilidades son infinitas. Esta es una pequeña guía para no perderte.
Un toque vintage
Todo aquello que tenga un cierto aire vintage es tendencia y, además, suele encajar sin problemas en estilos decorativos muy diferentes. Si te apetece introducirlo en tu salón, puedes hacerlo de formas muy diferentes. ¿Qué te parece una maleta antigua como mesa de centro? ¿O uno de esos baúles que aún podemos encontrar en casa de nuestras abuelas?
Lo ideal es que sean piezas auténticas, con historia. Esa personalidad inundará todo el salón. Si no has conseguido ninguna de algún familiar, siempre puedes encontrarlas en tiendas de anticuarios y mercadillos. Si están bien no hará falta nada más. Si están algo deterioradas, solo una pequeña restauración. Recuerda que el wabi-sabi, ese arte japonés que da relevancia a lo imperfecto y a las marcas del paso del tiempo es tendencia.
Una mesita de aires rústicos
No abandonamos esa idea de introducir una nota retro al salón a través de un mueble tan modesto como es la mesa del centro. ¿Cómo conseguir un aire antiguo y a la vez rústico? Hay maneras muy diferentes, por ejemplo, trasformar una vieja puerta o una contraventana de madera en mesa. Una estructura simple, una tapa de cristal y listo.
Una idea diferente, que además proporciona espacio de almacenaje, es cubrir la estructura con unas mini puertas de granero. Si buscas un estilo más romántico, píntala en blanco, pero si prefieres que esa mesa destaque mucho más, puedes barnizarla en un color que recuerde a la madera de roble.
Una mesa de una pieza
¿Un gran tronco como mesa? ¿Un bloque de piedra artificial? Son ideas diferentes para una mesa de centro. Pero si quieres que sea verdaderamente original, busca piezas únicas. Y para ello, lo ideal es que no estén trabajadas ni pulidas. De esta manera te aseguras de que sean mesas realmente únicas.
La ventaja de este tipo de mesas es que siempre puedes encontrar un modelo que se adapte al estilo de tu salón. ¿Más clásico? Busca la calidez de la madera. ¿Con un toque industrial? Entonces es mejor que optes por la piedra, que además puedes encontrar en infinidad de colores y acabados. Solo un inconveniente: a nivel visual pueden resultar pesadas, así que mejor en salones grandes.
Mesa y puf a la vez
Si hay algo que a muchos salones les falta es espacio para tener grandes sofás o varios sillones auxiliares. Por ello, cuando vienen invitados hay que sacar sillas de cualquier sitio o sentarse muy juntos en el sofá. Una solución muy versátil son esas mesas de estructura ligera que debajo esconden varios pufs.
Pero hay otra posibilidad: convertir esos pufs en la mesita de centro. Para ello, claro está, se necesita que el puf tenga las dimensiones de un pequeño banco y que su tapizado sea de fácil limpieza. Cuando lleguen invitados solo habrá que retirar los adornos para tener esos asientos extra perfectos.
Apostando por el reciclaje
Reciclar está de moda, sin olvidar que con ella contribuimos a proteger el medio ambiente. Los muebles hechos con palés o con cajas de madera no son nada nuevo. En los últimos años se han popularizado mucho como mobiliario de exterior. ¿Pero en interior? También.
Puedes tener una mesita de centro diferente, muy práctica y, sobre todo económica con cualquiera de estos elementos. Además, puedes hacerla en nada de tiempo. Con pintura a la tiza conseguirás un acabado envejecido muy atractivo y si además pones unas ruedas podrás llevarla de una lado a otro sin problemas.