El patchwork resurge como tantas otras tendencias que cada cierto tiempo vamos viendo volver a la decoración de interiores. Esta es una técnica colorida, artesanal, muy atractiva, que no puede ser olvidada. Y que llega en forma de edredones, fundas para cojines y servilletas. Pero también para muchos más elementos que son de utilidad en el hogar. Y que claro, si se te da bien, el coser, o quieres aprender, resulta fácil de emprender. Y si sencillamente te gustan las tendencias que apuestan por detalles muy originales, esta te encantará.
Aquellos que ignoran de qué se trata el patchwork, han de saber que es una técnica de costura que se puede realizar a mano o con máquina para coser. Con la misma se suelen coser piezas de tela de distintos tamaños, similares entre sí en tamaño, para formar una pieza más grande. Se suelen elegir aquellas piezas que tienen colores alegres y atractivos estampados, aunque se pueden utilizar también sin estampados. Y desde luego, es tan versátil que se pueden combinar. El secreto está en que las piezas aprovechan las formas geométricas. Y deben ser medidas y cortadas con sumo calculo para que las mismas se puedan unir fácilmente, logrando así un resultado atractivo.
Patchwork, una técnica muy antigua que le pone color a tu casa y a tu vida
Durante la década de los años sesenta del pasado siglo, el patchwork gozó de gran popularidad por su originalidad y por ser una manualidad. Pero no solo en los artículos de decoración y del hogar, también se fue agregando en las prendas de vestir. Y aún se incorporó en alguna medida reproduciendo sus diseños de retazos en los artículos tejidos, como chalecos y otros. Se sabe que el patchwork es una técnica muy antigua, que ya se utilizaba en la ropa de los antiguos egipcios. Donde además alcanzó especial esplendor en la elaboración de cortinajes y mobiliario. Así que su existencia se remonta a siglos antes de Cristo, pues en la Edad Media ya se conocía en China.
En decoración se empezó a introducir en los años 80 y ha ido evolucionando hasta el día de hoy. Podemos encontrar textiles, alfombras, muebles… La tendencia del patchwork tiene infinidad de aplicaciones. Especialmente en mobiliario, se utiliza aplicado a sofás y sillones. Son capaces de convertir una habitación aburrida en una ecléctica aportándole vida y color. Aunque no siempre tienen que ser muebles con colores chillones, también pueden utilizarse colores y estampados más sobrios. Del mismo modo, puede aplicarse a un estilo más clásico o desenfadado siempre manteniendo la elegancia.
El patchwork suele ser mayormente utilizada para la realización de piezas grandes como son las cubrecamas y los edredones. En el caso de estos últimos, se parte de una base de dos piezas de tela sobre la que se coloca el patchwork. La pieza superior es la que tiene los patrones y el diseño colorido. Las capas son la capa intermedia, el bateo y la capa inferior el respaldo. Esta es una técnica de costura que aprovecha los sobrantes de tela, convirtiéndolos en atractivas piezas. Y que no supone complicación alguna, así que alguien con conocimientos básicos de costura puede emprender un proyecto con éxito.
Llena tu casa de patchwork
Si necesitas inspiración para introducir el patchwork en tu hogar, puedes empezar con una alfombra, la cual transformará tus suelos. También es una forma creativa de dar color a una habitación. Las alfombras de retazos que parecen una mezcla de diferentes estilos pueden ser excelentes para una habitación ecléctica. Hay diferentes tipos de alfombras que puede elegir. Una que se tiñe para darle un gran toque de color queda espectacular en una habitación de estilo marroquí; en cambio, una alfombra que se vea un poco andrajosa es perfecta para una habitación vintage.
El efecto de mosaico puede funcionar en azulejos, lo que resulta ideal para cualquier habitación en la que desee crear un efecto acogedor e incluso nostálgico. Los mosaicos de retazos pueden funcionar especialmente bien en la cocina, donde los colores suaves y cálidos reinan por encima de todo. Asimismo, el patchwork también puede ser rústico y cuando se usa como una pared de acento o como papel tapiz, el patchwork le da una apariencia carismática y llamativa a una pared en blanco.
En cuanto a los muebles de patchwork, son una manera fácil de darle un poco de estilo a tu habitación. La belleza de esta técnica reside en que hay diferentes colores y patrones para adaptarse a sus necesidades de decoración. Por ejemplo, un sofá en bloques de colores es moderno y retro, perfecto para la sala de estar. Asimismo, cuando se usa patchwork en una casa estilo cabaña, el dormitorio es el mejor lugar para dejar que cobre vida. La ropa de cama de patchwork con diseños florales y colores suaves crean un lugar acogedor y cálido, perfectamente compensado por los detalles de madera de la habitación.
Hacer tu propio patchwork
Se necesita poco para emprender un proyecto de patchwork. Lo fundamental es contar con un cúter rotatorio o una tijera, según se prefiera. El corte como hemos mencionado debe ser muy cuidadoso y preciso. También debes contar con las planchas cuadradas o rectangulares llamadas bases de corte. Sirven para medir y cortar. Se venden en tiendas de manualidades en diferentes tamaños. Hay que contar con reglas de 30 x 15 cm o 60 x 15 cm para medir exactamente las piezas.
También se necesitan alfileres, agujas finas y de tamaño mediano. Si se decide no coser a mano, utilizar la máquina de coser y una plancha para planchar las costuras. Hoy se venden algunas especialmente diseñadas para elaborar patchwork. Necesitarás las telas que deben ser especialmente tejidos planos y hay que elegir materiales como algodón, mezclilla, lino, estampados. También servirá la franela, y cualquier tela elegida debe estar en perfectas condiciones y también ser resistente.