En el ámbito del interiorismo puede encontrarse todo tipo de mobiliario, desde el más vanguardista al más extravagante. No cabe duda de que los diseñadores trabajan en buscar nuevas ideas y otras perspectivas. Aunque hay grandes modelos de muebles que encajan bien en cualquier estilo, hay otros que no pueden incluirse en todas las casas. Es el caso de la silla Zig Zag, de Rietveld, la cual necesita un estilo que se amolde bien al diseño de la misma, siempre sin olvidar la importancia de que haya armonía en toda la atmósfera.
El principal propósito de su creador fue desmarcarse de las líneas convencionales del interiorismo. Para ello, tomó como referencia las corrientes artísticas que estaban apareciendo en la primera mitad del siglo XX, y trató de sacar el máximo partido de sus principios teóricos. De esta manera, podríamos definir la idea de este arquitecto bajo los parámetros del movimiento conocido como «De Stijl», donde artistas como Mondrian o Doesburg trabajaron las líneas rectas, los módulos, las geometrías y los colores. De ahí procede la idea de constructivismo y neoplasticismo que ofrece esta silla, pues puede tener varias utilidades.
La silla Zig- Zag, un modelo rompedor que encaja en los estilos más vanguardistas
La silla Zig- Zag, uno de los grandes iconos del mueble del siglo XX, fue diseñada en 1934 por el arquitecto y ebanista holandés Gerrit Rietveld, quien con ella regresó a las construcciones básicas de madera. Por la simpleza de su diseño y el uso de un solo material, surge como una respuesta a la recesión económica de la época, así como una reacción a lo convencional, por lo que puede considerarse más una obra de arte que una pieza de mobiliario. Diseñada para la casa Schroeder del propio Rietveld en Utrech, representa clara y fielmente tanto al modernismo de su autor como al manifiesto del movimiento neerlandés De Stijl al que Rietveld pertenecía.
En especial, a uno de sus principios más tardíos, formulados por Theo van Doesburg: a la composición cuadrada debían añadírsele diagonales para romper con la rigidez de las líneas exclusivamente horizontales y verticales. Realizada en madera de cerezo, la silla parece elaborada de una sola pieza, pero en realidad está hecha de 4 tablas que se mantienen unidas mediante ensambladuras en cola de milano en los ángulos afilados, que se completan con tuercas y tornillos. Su diseño minimalista se desmarca de la imagen convencional de una silla: no tiene patas y está formada únicamente por superficies planas, con un soporte diagonal que las une.
Esta silla Zig-Zag tienen una doble función, ya que puede ser usada como asiento o como mesita auxiliar. Además, es apilable, utilizando por tanto muy poco espacio. El modelo original está expuesto en la colección permanente del MOMA de Nueva York y sirvió de inspiración décadas después a Verner Panton para crear su famosa silla Panton. En un principio fue manufacturada por G. A. van de Groenekan, en Holanda y a partir de 1971, los derechos de la silla Zig- Zag fueron otorgados al fabricante italiano Cassina Aunque está realizada en madera de cerezo y de fresno natural, también se puede encontrar teñida en rojo, azul, amarillo, blanco y negro.
A la hora de analizar las características más importantes de esta silla, se deben tener presente los distintos aspectos estéticos que ofrece, además del material y la estructura en sí. Nos encontramos ante un recurso que llamaría la atención en cualquier espacio donde se sitúe. Entre los aspectos más destacados está que la silla se conforma simplemente por cuatro módulos. Cada uno tiene una disposición diferente con el fin de que pueda ganar estabilidad y proporcionar, a su vez, funcionalidad. Aunque sea llamativo su aspecto, tiene también una utilidad en el hogar.
Asimismo, priman únicamente las líneas rectas, generando estabilidad y combinación de diagonales, verticales y horizontales. Destacan también las puntas que sobresalen en cada parte de forma estridente, con ángulos agudos muy pronunciados. Además, a nivel estético se genera una simplicidad estructural muy curiosa. En el fondo, es un mueble realizado de forma muy básica y sin que las partes generen ningún tipo de conflicto, denotando rigidez y tensión. Destacar también que rompe los moldes preestablecidos hasta ese momento. Por supuesto, no tiene nada que ver con el mobiliario clásico que predominaba en los hogares de mediados del siglo XX.
Este hecho supone que la silla se convierta en un foco de atracción y su aplicación se limita a ciertos estilos vanguardistas. Y es que puede ser complicado definir el estilo exacto en el que se enmarque a esta silla, aunque tiene más sentido que esté en los estilos vanguardistas, también en el ámbito modernista, minimalista y, en cierta medida, dentro del campo rústico. Sus medidas son 740/430mm (altura), 370mm (anchura) y 430mm (profundidad) y el precio del modelo original supera los 1.500 euros.