Slow life, slow food, slow love… últimamente, se mire a donde se mire, y se haga lo que se haga, todo llama a la calma, por lo que no es extraño que también surgiera la denominada slow deco, una tendencia decorativa resultado de buscar un estilo de vida mucho más calmado y más alejado del estrés de lo suele ser el día a día. El trabajo, el tráfico, la cantidad de cosas que deben hacerse a diario y, en muchos casos, la conciliación familiar, hacen necesario encontrar un oasis de descanso y de paz que nos salve de ello.
Y es que vivir a toda velocidad termina por pasar factura. Un informe publicado por la Sociedad Española para la Ansiedad y el Estrés revela que el 42 % de los españoles han estado y están estresados. Concebir tu casa como un refugio de tranquilidad ayuda a encontrar el equilibrio. Al fin y al cabo, la vivienda es una extensión de nuestra personalidad, el lugar ideal para entrenar la conciencia plena, enfocar la vida y aunar para siempre el verbo ser y estar.
Claves de la slow deco
Rodearte de un espacio slow hace que reconectes con tus verdaderas necesidades, que vivas cada instante de forma más pausada y que, en definitiva, te sientas mejor. A partir de los cuatro elementos de la naturaleza —tierra, fuego, agua y aire—, puedes disfrutar de ambientes equilibrados, apostando por tonos neutros, elementos de fibra, muebles de madera
o piezas artesanales y, sobre todo, poniendo la mente en «modo pause».
El objetivo de la slow deco es crear un ambiente libre de tensiones o, al menos, pocas. Pero, ¿Cuáles son las claves para conseguirlo? En primer lugar, apostar por un interiorismo sencillo y relajado, en el que se respire tranquilidad y que dé la sensación de que el tiempo se detiene, que deja un momento para disfrutar, sentir, pensar. Que todos los espacios se conectan en una decoración sosegada y con un alma muy mediterránea. En líneas generales, estos son sus puntos principales:
- Recibidor. Para empezar esta transformación de tu vivienda, reserva un lugar en el recibidor donde poder colocar las llaves y el móvil: saber que no los has perdido es un buen inicio. Incluye una zona para dejar tus zapatos y añade plantas que te conecten con la vegetación. Destacar también que para lograr una slow deco es importante apostar por la decoración natural, a base de madera, ratán y fibras, pues aportan una calidez que hace que los espacios sean más confortables e inviten a ser vividos de forma más tranquila.
- Dormitorio sin tecnología. En el dormitorio, la norma número uno de esta tendencia decorativa es “aquí, nada de tecno”. Es importante tener claro que una de las claves para tener un ambiente slow deco en tu habitación es olvidar los aparatos electrónicos. Al dormitorio se va a descansar o como mucho a leer, por lo tanto los aparatos electrónicos sólo te traerán distracciones que te dificultan el descanso óptimo.
- Espacios abiertos en toda la casa. Los espacios que se comunican dan mayor sensación de amplitud y apertura y eso provoca que inviten a una mayor relajación. La idea es evitar los tabiques innecesarios y los muebles altos. Se busca además que cada estancia de la casa tenga los muebles y la decoración adecuada para que no quede recargada. La decoración vista como herramienta de mi descanso y mi disfrute, no con el único hecho de decorar ya que puedes caer en la tentación de recargar los ambientes y haga que tu casa vuelva a ser la selva urbana de la que estamos buscando huir.
- Minimalismo decorativo. La slow deco busca la sencillez decorativa, la armonía entre los espacios y en el conjunto de la decoración. En cierta parte, tanto en los materiales como en los colores, se parece al estilo nórdico, pues su gama se basa en blancos, beiges y mucha madera natural. Eso si, la slow deco tiene otro gran aliado: el azul, un color que transmite tranquilidad, relajación y empatía, por lo que se asocia 100% a la filosofía de esta tendencia. El verde, por su relación con la naturaleza, también tiene cabida.
- Materiales naturales y mucha luz. Los materiales que completan esta decoración son las maderas naturales, el lino, el algodón, mimbre y ratán. También se termina la decoración slow deco con plantas que, como siempre, dan ese último toque con vida a la casa. Otro pilar fundamental es la luz, sobre todo la natural, pues amplía visualmente los espacios e invita a pasar más tiempo en un lugar. Los grandes ventanales son buenos aliados o, en su defecto, apuesta por una iluminación artificial lo más parecida posible a la natural.
- Elementos «in&out». Es un truco que funciona y que consigue relajar los ambientes. Se trata de utilizar muebles que pueden estar tanto dentro como fuera de la vivienda. Por ejemplo, se puede utilizar una lámpara de ratán o de fibras dentro de un espacio cerrado ya que ésta evoca a las playas tropicales y a los chiringuitos, por lo que consigue rebajar el ritmo de la decoración.
En conclusión, podría decirse que la slow deco es una declaración de principios para un interiorismo sencillo, relajado e, incluso, imperfecto. Una casa tranquila y sosegada, donde no existen las prisas, donde el tiempo parece detenerse, para dejarte momentos para pensar, disfrutar, dormitar. Sola o en compañía, no importa. ¿Te apuntas? Parece que el plan suena bien…