El suelo de la terraza es uno de los aspectos que suele pasar más desapercibidos, a pesar de que tiene una enorme importancia, y no solo en la decoración. No hay que olvidar que cuando aprieta el calor nos encanta caminar descalzos y la temperatura, el tacto y hasta la textura del pavimento pueden hacer que nos sintamos cómodos o todo lo contrario.
Por eso, es importante saber qué tipo de suelo es el más adecuado para nuestra terraza según su uso, su estilo y hasta su orientación. Te vamos a dar algunos consejos que te ayudarán a dar con ese suelo que hará que tu terraza vista con mucho estilo y, a la vez, que te sientas totalmente a gusto en ella. Y ya te adelantamos que en la mayoría de los casos no vas a tener que hacer obras para cambiarlo.
Suelos de madera para una terraza muy acogedora
La madera es un material maravilloso para terraza, sobre todo si te gusta caminar descalzo. Su tacto es suave y, además, no se calienta en exceso, de modo que incluso en los días más calurosos podrás pisarla sin problemas. Mas ventajas: no importa el estilo de tu terraza, la madera siempre combina bien. Elige tonos claros para un estilo más clásico, nórdico o rústico y busca tonos oscuros para un aire moderno o urbano.
¿Qué madera es la más adecuada? Como puedes imaginar, no todas soportan igual las inclemencias meteorológicas. Si quieres un suelo resistente, mejor madera de acacia o de especies tropicales como la teca. Eso sí, recuerda que son suelos elegantes y que dan a la terraza un aire muy acogedor, pero que también necesitan cuidados para mantenerse en perfecto estado.
Composite y resina, máxima resistencia
¿Te gusta la madera pero no tienes tiempo o ganas de llevar un buen mantenimiento? Los materiales sintéticos son entonces la mejor elección. No solo son suelos todoterreno, sino que además sus acabados pueden imitar a la madera casi a la perfección y se pueden colocar directamente sobre el viejo suelo . Tienen dos inconvenientes: el tacto no es el mismo que el de la madera y se calientan más.
Suelos cerámicos para todos los usos y estilos
Lo suelos cerámicos son los auténticos reyes de las terrazas. Y no puede extrañar. Son duraderos y se fabrican en todo tipo de formatos y de acabados. ¿Quieres una terraza de aire rústico? Elige una baldosa hidráulica. ¿Prefieres un toque muy actual? Entonces un porcelánico imitación pizarra es perfecto. ¿Mejor algo clásico y elegante? Este tipo de baldosas también se encuentra en imitación a madera.
Por lo tanto, si no quieres complicaciones, lo suelos de exterior cerámicos o porcelánicos son la mejor opción. o, ens udefecto, los de barro. Además, puedes olvidarte de su mantenimiento y hasta de hacer obras para su instalación, ya que hay sistemas de clic que se colocan directamente sobre el suelo antiguo.
Piedra en la terraza
Un suelo de piedra llenará la terraza de glamour. En pizarra y gran formato es una magnífica elección para conseguir una imagen sofisticada y muy glamurosa. Pero hay un inconveniente: este tipo de piedra puede calentarse en exceso y hacer que la temperatura suba. Por ello, mejor en zonas de sombra, que no estén muy expuestas. Si en la terraza incide directamente el sol, mejor opta por piedras calizas en tonos claros, que además son muy elegantes.
Suelos de exterior de microcemento
El microcemento es un material que se ha puesto muy de moda en los últimos años y es una buena elección para una terraza por motivos muy diferentes. El primero de ellos es por su resistencia. En segundo lugar, es un pavimento de tacto suave y muy agradable que, además, es impermeable y antideslizante. Y, por si fuera poco, son superficies continuas, lo que quiere decir que su limpieza es muy sencilla. ¿Es todo? No, además se puede poner directamente sobre el antiguo pavimento, sin necesidad de obras.
Césped artificial
Es una idea barata, fácil de instalar y supervistosa para una terraza. El césped artificial le aportará un aspecto muy refrescante y tiene la ventaja de que su mantenimiento es mínimo. Además, la pisada en él siempre resulta muy agradable. Eso sí, debes tener cuidado porque no es como el césped natural: el artificial se calienta.