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Apunta estos trucos de decoradores para estrenar sofá sin tener que comprar uno nuevo

Desde una nueva tapicería a cambios sutiles con pasamanerías o tachuelas, hay muchas formas de renovar el sofá

El sofá es el gran protagonista del salón. Es el que más peso visual tiene y el que se impone en la decoración de la estancia. Y es una pieza con la que vamos a convivir varios años. Solemos elegirla con mucho cuidado, buscando la máxima comodidad y con la idea de que, además, combine bien con el resto de la decoración.

Pero también es posible que llegue el momento en el que nos cansemos de verlo o, simplemente, nos apetezca cambiarlo para renovar un poco el estilo del salón. Evidentemente, no podemos cambiar de sofá cada poco tiempo. ¿O sí? Hay algunos trucos con los que podrás reestrenarlo y cambiar la decoración del salón sin necesidad de gastar dinero en un nuevo sofá. Vamos a verlo.

Cambia la tapicería y renueva su estilo y la decoración del salón

Es la alternativa más costosa, pero también la que nos dará más posibilidades de darle un cambio radical a ese sofá que queremos renovar, siempre y cuando, eso sí, sea una pieza de calidad y la estructura esté en buen estado. Además, nos permitirá cambiar los rellenos si estos no se encuentran en las mejores condiciones. Y, al hablar de tapizar, no hay que pensar solo en un cambio de tela, que es lo más sencillo.

sofa tapizado en naranja

Volver a tapizar ese sofá significa que se pueden cambiar muchas más cosas que la tela. Por ejemplo, se puede hacer un capitoné en el respaldo que le dé un toque clásico. También se pueden añadir pequeños elementos como tachuelas decorativas, ribetes o faldones nuevos. Eso hará que tengamos un sofá completamente nuevo. Si no queremos gastar mucho, siempre se puede retapizar solo una parte, por ejemplo, los brazos, con una tela que combine.

La alternativa al tapizado: fundas y telas

Otra posibilidad, más sencilla y económica, son las fundas. El sofá seguirá teniendo la misma forma, pero no el mismo estilo. La ventaja de las fundas es que son muy prácticas, se quitan y ponen con facilidad para lavarlas y se puede tener un par de juegos diferentes para cambiar según la estación. Pero, para que queden realmente bien, lo ideal son las fundas a medida, se adaptarán como un guante.

Rebajamos un poco más el presupuesto. En vez de funda, se puede colocar una tela bonita y de calidad y cubrir el sofá con ella. También es buena idea tener una para verano que sea fresquita, como el lino, y otra para el invierno de tejidos más cálidos, como pueden ser el algodón o el terciopelo. Es cierto que tienen la incomodidad de tener que recolocarlas continuamente, pero una vez que se tiene cierta experiencia en ello se hace en un momento.

Pequeños retoques que dicen mucho

Vamos ahora con ideas ten sencillas como económicas. Si la tapicería no está mal y no nos disgusta demasiado. Podemos cambiar ligeramente el estilo de ese sofá de una manera sencilla, solo con pequeños elementos decorativos. En ese sentido, hay un sinfín de posibilidades, desde tachuelas decorativas (las hay en diferentes formas, tamaños y colores) a cordones o pasamanerías. Con ellos es muy fácil actualizar ese sofá de una forma sutil, pero elegante.

Cambiar de sofá sin cambiar nada: cojines y mantas

Otra forma de cambiar el aspecto del sofá es, sencillamente, poniendo un foco de atención que distraiga de esa tapicería que ya no nos gusta o que nos parece sosa. La primera idea son los cojines. Pero saber cómo elegirlos y colocarlos no es tan fácil como parece. Lo primero es elegir el número: uno más que asientos tenga el sofá. Lo segundo es decidir formas y tamaños, lo ideal, jugar con estos elementos, que no sean iguales.

Si el sofá es liso, eso nos permitirá, también mezclar colores, colores, estampados y texturas. De esa forma se consigue dar un punto de movimiento y vitalidad al sofá. Pero en este aspecto tampoco hay que elegir al azar. Por un lado, los cojines tienen que combinar con el color del sofá o con el de la decoración (paredes, sillas, alfombras, etc.). Por otro lado, siempre conviene escoger cojines con telas de calidad y de tacto suave.

Y, junto a los cojines, para darle el toque definitivo de estilo al sofá, nada como unas mantas decorativas. Pero aquí también hay que tener cuidado en la elección. Lo ideal es optar por tejidos que vayan bien a la estación: ligeros en verano y calentitos en invierno. Tejidos siempre de calidad. En cuanto a colores y estampados, hay que combinarlos con los del sofá y los cojines. Ante la duda, mejor una tela lisa.

Pero tan importante como elegir bien la tela es saber colocar la manta en el sofá para que quede realmente decorativa. Hay diferentes formas de conseguirlo. Lo mas sencillo es ponerla doblada sobre un brazo o en un respaldo lateral, de esta forma se da un aire clásico y elegante al sofá. Si quieres algo más desenfadado, déjala como al descuido, pero sin que parezca que se ha tirado de cualquier manera.

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