Y, ojo, que no queremos decir que las menestras ya preparadas y congeladas sean malas. No, no se trata de eso. Cumplen una función, el permitirnos consumir verduras cuando apenas tenemos tiempo para cocinar. Sin embargo, si tienes opción y algo de margen para meterte en la cocina, toma nota porque te explicamos cómo hacer la mejor de las menestras y disfrutarla en casa. Verduras frescas y de temporada para mantenerte en línea y mejorar el funcionamiento de tu organismo.
Lo primero es ser conscientes de qué vamos a necesitar para preparar esta menestra de verduras. Se trata de una receta sencilla y el resultado es tan delicioso que tienes opción tanto de degustarlo solo o bien como guarnición, acompañando a carnes y pescados, en función de aquello que más te guste tomar. Esta es una forma saludable de ampliar tu dieta con verduras y cuidar tu organismo. Llena la despensa con productos de temporada y verás qué fácil es cocinarlos.
Compra para hacer menestra de verduras
Lo primero es hacerte con las verduras y hortalizas que vas a necesitar para guisar esta menestra especial de verduras. Como adelantábamos anteriormente, aquí has de ver qué se cuece, tal cual, que está creciendo en los campos, la verdura y hortaliza de temporada. Hay infinidad de maneras de saberlo. Al final simplemente acudiendo al mercado y comentando con tu tendero de confianza él sabrá orientarte sobre cuáles son los mejores productos del momento.
Vas a poder elegir entre una gran variedad, pues hay alimentos de continuidad, por así decir. Coliflor, zanahorias, acelgas, espinacas, coles de Bruselas, brócoli, cebollas, alcachofas, judías verdes, champiñones… Decide cuáles son tus favoritas y cómpralas en tu tienda más cercana, en supermercados o en comercios especializados en frutas, verduras y hortalizas.
Cocinar la menestra de verduras más saludable
Una vez las tienes, enjuágalas bien con agua, bajo el grifo, para retirar restos de suciedad, tierra y desperdicios. Has de pensar que al final estos productos normalmente proceden de huertas y que por más que se ofrezcan más o menos limpios pueden llevar aún algunos restos de tierra y del terreno de donde se han recolectado. Abre el grifo y sumérgelos en un bol o ensaladera con agua para que estén perfectamente limpios.
A continuación tienes que tomar la tabla para cortar y un buen cuchillo. Entra en faena y ve pelando aquellas verduras que tengan piel, cáscara, si es lo que quieres. Realmente esa piel exterior suele aportar una buena cantidad de fibra y no es extraño escuchar que se recomienda consumirlas así, bien enjuagadas, por supuesto, para sacarle todo el jugo a sus propiedades y beneficios.
Una vez las tienes ya peladas toca cortar en gajos o bien en tiras, según el tipo de materia prima que estés manejando en cada momento. Las zanahorias y las alcachofas, las judías verdes o los champiñones, igual en rodajas. Después está el brócoli si lo estás utilizando, las coles de Bruselas y las alcachofas, la coliflor… Como apuntamos siempre, dependerá del producto en sí y de cómo a ti te guste más consumirlo.
Una vez tienes lista para cocinar la verdura, toca ponerse manos a la obra e ir una a una, prácticamente. Al final no todas necesitan el mismo tiempo de cocción. Usa unas cuantas sartenes de diferentes tamaños para ir cociendo unas verduras y otras. Las cebollas suelen ser las primeras. Con aceite de oliva virgen extra puedes ir pochándolas en un cazo para que tenga su punto. En otra sartén pon los champiñones, que son especialmente delicados.
En paralelo, tienes la fórmula de verter aceite de oliva con el resto, con las zanahorias, las espinacas, el brócoli, las coles de Bruselas y las alcachofas, entre otras. Usa una tapadera para cocción, que es la que permite que al poner estos alimentos a fuego lento se van cociendo si el utensilio que usas está debidamente adaptado para este tipo de cocción al vapor. Poco a poco irás viendo que se van poniendo a punto.
Una vez consideres que están perfectas, quítales la tapadera y déjalas que se doren un poquito. Toca el turno de unir la cebolla, el ajo, si también lo estuvieras utilizando y los ha pochado en un fuego diferente, en otro lado. Únelo todo y vuelve a ponerle un poco de aceite de oliva virgen extra. Es cierto que no se debe abusar de este pero al final es un producto cardiosaludable que da un toque único al guiso y que hará que tu menestra de verduras esté deliciosa.
Hora de servir la menestra
Déjala así unos 10 minutos y ve removiendo con una cuchara de palo, suavemente, de manera que no se deshaga el brócoli u otra de las verduras que sean especialmente sensibles y pequeñas como para quebrarse. Poco a poco para que se dore y tome todo el sabor del resto de alimentos. Tienes la opción de añadir especias y aderezos naturales, a tu gusto, para darles ese toque especial que os guste en casa.
Una vez creas que la menestra de verduras está en su punto, solo tienes que apagar el fuego y reservar. Deja que repose unos minutos que es así cuando consigues un sabor mejor y más delicioso. Pasado ese tiempo, es momento de apartar la comida. Bien como entrante, a modo de plato único de primero, por así decir, o como guarnición. Las menestras de verduras se ofrecen en muchos restaurantes como acompañantes de carnes y de pescados así que en tu hogar puedes hacer lo mismo.
Sirve el plato a la mesa y… ¡A disfrutar! Rico por fuera, delicioso plato, y además saludable por dentro. Se trata de un auténtico chute de energía, de vitaminas y minerales y de fibra. Se trata de una receta magnífica si necesitas mejorar la circulación del tracto intestinal. Son alimentos magníficos para combatir el estreñimiento y mejorar la digestión así que no dudes en incluir una receta de menestra de verduras casera al menos una vez a la semana. Es fácil de preparar y el resultado es delicioso.
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