El zumo de naranja siempre ha sido considerado parte de un desayuno saludable. Contiene vitamina c, es natural, ingieres un poco de fruta y un montón de razones más para que esta opinión este tan extendida. Antes de dar por sentado que desayunar zumo de naranja es beneficioso para nuestro organismo, debemos tener en cuenta cuál va a ser nuestra actividad a lo largo de la mañana, qué nos aporta y con qué alimentos lo estamos combinando.
El desayuno es una comida sobre la que siempre existe algún debate. Qué debe llevar un desayuno equilibrado, si es la comida más importante del día o no, o uno de los más recientes, si es realmente beneficioso el ayuno intermitente. Lo cierto es que es difícil establecer una regla acerca del desayuno, depende de varios factores. Sin embargo, hoy queremos analizar la presencia del zumo de naranja en él.
¿Debemos tomar zumo de naranja para desayunar?
Ni que decir tiene que el zumo de naranja es más saludable que un montón de otros productos que solemos tomar en el desayuno, como el café, los cereales, galletas, pan de molde, etc. Sin embargo, un desayuno que creemos «saludable» con alimentos considerados sanos, elegidos al azar puede ser tan desastroso como comernos un paquete de galletas de chocolate para empezar el día.
El zumo de naranja contiene numerosos beneficios para el organismo. Sin embargo, ¿Qué ocurre si lo tomamos en el desayuno? Debería ser bueno, al fin y al cabo es fruta. Sí pero incluso aunque el zumo que tomes sea casero y no industrial, existen al menos un par de bueno motivos para que no sea siempre la mejor opción.
Razones para evitar el zumo de naranja en el desayuno
Es fruta, sí. Pero puede que demasiada. Para hacer un zumo natural se necesita exprimir al menos tres o cuatro naranjas para un vaso normal. Aunque la fruta es preferible a las galletas o el pan de molde, al eliminar la pulpa de las naranjas y enviar la fruta ya «masticada», su proceso en el cuerpo no es igual que comer la pieza de fruta. El alto contenido en fructosa puede provocar picos de azúcar en la sangre y elevar los niveles de insulina a un punto poco conveniente.
La fibra presente en la pulpa actúa como filtro de los azúcares, por eso al eliminarla estos inciden con más fuerza en nuestro organismo. Habitualmente el zumo de naranja se usa como el toque saludable en un desayuno corriente —tostada con manteca, aceite, jamón…—, sin embargo, la combinación de este con el pan blanco, el más consumido y también muy bajo en fibra, puede provocar algunos problemas relacionados con la salud de nuestro metabolismo. Se pueden tomar ambos alimentos, pero no es recomendable hacerlo a diario y tampoco en la misma comida.
Poca fibra y muchas calorías
Otro de los motivos que invitan a no desayunar con zumo de naranja cada mañana es que su aporte calórico es demasiado alto para la poca capacidad de saciar que tiene esta bebida. Un buen desayuno tiene la función de mantenernos bien alimentados y con energía durante toda la mañana, pero eso no se puede conseguir sin fibra. Ingerir un alimento al que se le ha eliminado la fibra es tener la seguridad de que en poco rato volveremos a tener hambre. Elige alimentos ricos en fibra y con proteínas buenas. El zumo de naranja mejor déjalo para cuando necesites azúcar para reponerte de un esfuerzo físico.