La decoración del hogar es mucho más que vestir nuestra casa con gusto, pues también implica hacernos la vida más sencilla y en saber adaptar nuestro entorno a cada momento del año. Esto, en muchas ocasiones, se convierte en un «quiero y no puedo», pues nuestro presupuesto es más limitado de lo que nos gustaría. En otras, no supone problema alguno, pues pequeños cambios estéticos pueden lograr grandes resultados.
Con el cambio de estación, nuestros salones piden una renovación que les aporte frescura y vitalidad. Pues bien, para lograrlo, un simple cambio puede ser más que suficiente. Un cambio en ocasiones más que necesario, y que no tiene por qué suponer un gran desembolso. Además, suele ser bastante rápido, pues apenas se necesitan unos minutos.
¿Qué es una funda de sofá y qué ventajas tiene?
Las fundas para el sofá son la solución a todos los males, sobre todo en esta época del año que no suele ser la preferida de tejidos como el polipiel o los de efecto terciopelo, auténtico imán para las manchas. Y es que limpiar las manchas de un sofá puede llegar a ser una odisea. Ya sea por sudor, mascotas, niños o comida y bebida, acaban sufriendo a lo largo del tiempo y aparecen no sólo manchas, sino también grietas o descosidos.
Esta funda de tela sirve, justamente, para cubrir el sofá, alargando además su vida útil. No son los únicos beneficios que aportan, ¿quieres conocer otros? Aquí van algunos de ellos: aportan notas de color y diseño a la estancia y además, en el caso de tener una mascota, evitan que el sofá se llene de pelos. Si cambias de funda cada cierto tiempo, darás otro aire nuevo al salón o la zona de estar y parecerá uno nuevo.
Hay fundas de sofá para todos los gustos y modelos. Desde sofás esquineros a tipo chaise longe, de dos, tres o hasta cuatro asientos o incluso butacas de salón. De estilo sobrio y elegante o más divertido, colorido y naif. Fundas lisas, estampadas, con lazos, impermeables, elásticas, acolchadas, de terciopelo, sin brazos, con falda…, las opciones, afortunadamente, son interminables.
Tipos de fundas de sofá
En el mercado existen diferentes tipos de fundas de sofá, y a la hora de escoger, todo dependerá de tus necesidades y estilo personal. En líneas generales, puede hablarse de tres: fundas elásticas, multielasticas y salvasofás. Las elásticas fueron las primeras que se empezaron a fabricar, y existen diversos tamaños, colores y estampados. Se ajustan a la forma del sofá y tienen unas cintas elásticas que permiten mantenerlas en su sitio, siendo su elasticidad únicamente horizontal. Suelen estar fabricadas de poliéster y/o algodón para mayor suavidad y elasticidad.
En cuanto a las multielásticas, son las predecesoras de las elásticas. Su elasticidad no es solo horizontal, sino vertical también. De esta manera, se adaptan mejor a la forma del sofá. Además, estas también incluyen cintas para fijarlas y tienen mayor adaptabilidad con sofás fijos que con extensibles. Por último, están las salvasofás, las cuales no cubren el sofá en su totalidad, sino que se centran en cubrir zonas de mayor riesgo a sufrir destrozos, caso de los reposabrazos, el respaldo y los asientos. Son muy rápidas de colocar y pueden quitarse fácilmente para su limpieza.
¿Cómo elegir una funda para un sofá?
A la hora de elegir una funda para tu sofá debes tener en cuenta algunos factores:
- Colores y diseño. La decoración del salón es importante, y por ello debes analizar el color de las paredes, sillas, muebles, etc. que hay en la habitación para elegir correctamente un tono o estampado de funda. Los salones más recargados o aquellos que cuentan con muchos toques refinados pueden usar fundas blancas o con colores neutros. Sin estampados, para no abarrotar la estancia de focos decorativos.
Además del color, es importante que tengas claro si quieres una tela estampada, con rayas, flores, lisa, bohemia o romántica, entre otras opciones. Independientemente de su diseño, se recomienda que esta tela tenga cierta elasticidad, que sea permeable, fácil de colocar y de lavar. Igual de importante, o más, a la hora de adquirir la funda, es conocer las dimensiones de tu sofá y el número de plazas que tiene.
- Confección y lavado. Debes revisar si tiene dobles costuras, gomas para los ajustes, la flexibilidad para adaptarlo bien a tu sofá, etc. Todo esto hará que sea más fácil o difícil poner la funda. Y siguiendo con las facilidades, opta por aquellas que se puedan meter en la lavadora a 30ºC, pues es lo más rápido y sencillo. Si hay niños en casa o no quieres correr riesgos ante posibles caídas de líquidos o manchas, la mejor opción es la funda impermeable.
Asimismo, deberás elegir entre fundas ajustables para el sofá o fundas tipo colcha. Las ajustables quedan completamente ceñidas, como si se tratara de un sofá nuevo. Por otro lado, las tipo colchas son más fáciles de quitar y poner, por si quieres dejar tus sofás originales cuando lleguen las visitas o si quieres alternar entre unas y otras.
- Tela natural o sintética. Ante la duda, mejor natural. Además de conservar las propiedades de las fibras que la componen, como el tacto, la frescura, la transpirabilidad y otras características térmicas, la tela natural ofrece también una gran resistencia. Además, son biodegradables y 100% renovables. No obstante, para optimizar alguna de sus características, como la resistencia, algunas incluyen pequeñas cantidades de fibras sintéticas en su composición.
Elijas la que elijas, los expertos tienen una recomendación, especialmente cuando hay niños pequeños y mascotas en casa: incorporar un protector entre la funda y el sofá contra líquidos y otras manchas. El velcro adhesivo es una gran opción de fijar este protector al asiento y después añadir encima la funda de sofá que hayas escogido, de manera, que si algo pasara, solo habría que lavar la funda.