Pocas cosas hay más placenteras durante el invierno que disfrutar del fuego de una buena chimenea mientras estamos sentados en el sofá viendo una película. Y es que, además de ser una excelente fuente de calefacción, también aporta mucho confort.
No obstante, también requieren unas labores de mantenimiento para asegurar su buen funcionamiento y hoy te vamos a explicar la mejor manera de hacerlo para que tu chimenea parezca como nueva. Continúa leyendo para descubrir más.
Por qué debes limpiar la chimenea con regularidad
Las chimeneas son dispositivos muy útiles por diversos motivos: aportan confort, son una excelente fuente de calor, nos ayudan a decorar, etc.
Pero debemos ser conscientes de que requieren de una serie de labores de limpieza habituales por diversos motivos, como son:
- Nos ayuda a prevenir los incendios. La acumulación de hollín, creosota y otros residuos en el interior de la chimenea puede ser altamente inflamable. Pero la limpieza regular de la chimenea ayuda a eliminar estos residuos y reduce el riesgo de incendios.
- Mejora de la eficiencia energética. Con su uso, los residuos que se acumulan en la chimenea pueden obstruir el conducto y reducir el flujo de aire necesario para una combustión adecuada, lo que hará que la chimenea sea menos eficiente y que la leña se queme de manera incompleta.
- Reduce la emisión de gases peligrosos. Otro problema de acumular los residuos de la chimenea es que puede hacer que los gases de combustión, como el monóxido de carbono, se acumulen en el interior de la casa, algo que puede ser peligroso para la salud.
Así que, como puedes observar, limpiar la chimenea es una tarea indispensable que debemos llevar a cabo con regularidad.
La mejor manera de limpiar tu chimenea para que brille como si fuera nueva
Una vez que conocemos los motivos por los cuales es necesario limpiar correctamente la chimenea, veamos la mejor manera de hacerlo. Lo único que debes hacer es seguir este paso a paso:
- Prepárate para la limpieza. Antes de comenzar a limpiar la chimenea, asegúrate de usar una mascarilla y guantes para así proteger tus vías respiratorias y tus manos del polvo o la suciedad que puedan haberse acumulado en el interior de la chimenea.
- Retira las cenizas con cuidado. Para ello, lo mejor es que emplees una pala y un cubo. Debes retirar cuidadosamente las cenizas que se hayan acumulado en la base de la chimenea, asegurándote de esperar hasta que las cenizas estén completamente frías antes de manipularlas. Es importante que tengas especial cuidado en este punto para no levantar demasiado polvo.
- Limpia la chimenea con un cepillo. Existen cepillos especiales para limpiar el interior de la chimenea de manera sencilla y cómoda. En este punto, te aconsejamos que empieces por la parte superior y vayas avanzando hacia abajo, asegurándote de limpiar todo el conducto. Además, también es fundamental limpiar la zona alrededor del conducto para eliminar cualquier acumulación de polvo y suciedad.
- Aspira el excedente. Si la acumulación de polvo y suciedad es significativa, puede ser útil usar un aspirador para limpiar la chimenea. Eso sí, debes asegurarte de utilizar un aspirador con filtro HEPA para evitar la dispersión de polvo y partículas finas en el aire.
- Revisa el tiro de la chimenea. Finalmente, y una vez que hayas limpiado la chimenea, es crucial que revises el tiro para confirmar que no se encuentra obstruido, ya que de lo contrario podría expulsar los gases al interior de la estancia.
Como ves, se trata de 5 pasos muy sencillos que pueden ayudarte a conseguir que tu chimenea vuelva a lucir como nueva. Aplícalos y cuéntanos qué tal te ha ido.