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El consumo de carne animal y su ayuda directa contra el cambio climático

Una satanización contra los herbívoros los ha culpado de ser responsables del calentamiento global

La ganadería intensiva siempre ha estado en la mira de los conservacionistas, ya sea desde el punto de vista contra el sufrimiento animal o como emisores de grandes cantidades de gas metano por la fermentación de la hierba, así como por el uso indiscriminado de grandes extensiones de tierras. Esto ha hecho que se les atribuya cierta responsabilidad con relación al calentamiento global y al cambio climático que el planeta tierra está viviendo.

Una visión que coloca a la cría de ganado a la par de la deforestación, de la extinción de especies y de la contaminación de las aguas. Una visión que posiblemente esté errada y que sin dudas parte de un análisis simplista de lo que ha estado ocurriendo con el papel de los herbívoros en el cambio climático y en la preservación de los ecosistemas terrestres (no acuáticos) a lo largo de los últimos millones de años.

La cría de ganado como una aliada contra el cambio climático

La comprensión de los paisajes y en general del mundo natural ha logrado ser percibida a partir de la década de los 70 con una excelente mejora en esta comprensión general, las vacas han contribuido a que los espacios abiertos puedan existir y estos evidentemente se cierran cuando no existen herbívoros que los desbrocen. Una ley natural que impacta directamente sobre muchas especies que necesitan de luz directa para sobrevivir y el hecho de que existan tantos lugares así en la actualidad indica que estos paisajes abiertos siempre han sido comunes.

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La biomasa vegetal se quema con suma facilidad cuando estos herbívoros no están presentes, aumentando la incidencia de los incendios, lo cuales se hacen presente por un par de factores muy bien determinados y conocidos: herbívoros escasos y temperaturas altas. Desencadenando a su vez un calentamiento global bien conocido por culpa de este par de elementos.

El pastoreo móvil y la migración de los herbívoros

Primeramente la humanidad fue exterminando a los grandes herbívoros (mastodontes) mientras que en la actualidad se hace notable la falta de herbívoros por la falta de prácticas ganaderas que estén catalogadas como de móviles y extensivas, las cuales cumplían a cabalidad con el rol de los gigantes ya desaparecidos.

Esto nos indica que la gran cantidad de tierras que usó el ganado en los últimos tiempos no es una mala noticia como nos habían hecho pensar, este pastoreo móvil mueve semillas mientras promueve un gigantesco incentivo a las poblaciones polinizadoras y aún más importante es el hecho de que promueve un pastoreo que incide directamente en mejorar la ganadería regenerativa.

Lo que acarrea mejoras en la biodiversidad y genera comida mucho más productiva a partir de la hierba y se hace un uso de todas aquellas tierras denominadas como de recursos marginales y que en efecto no son empleadas para nuestros cultivos ni por nuestro sistema digestivo. Además de crear un abono orgánico a través del propio estiércol que simplemente es beneficioso para la fertilización de la tierra y para el reciclado de los nutrientes debido a la baja densidad que ocupan.

El problema del agua en el cambio climático

El uso de grandes tierras ha generado acusaciones relacionadas con usar ingentes cantidades de agua, pero según los cálculos es un problema de apreciación porque se estaría tomando en consideración el agua verde (lluvia que cae sobre los cultivos y pastos) y que evidentemente inflaría las estadísticas de agua azul (ríos, acuíferos y lagos). Una situación absurda porque sin dudas es un agua de lluvia que igualmente caerá exista ganadería o no y que evidentemente no afectara la disponibilidad de agua azul.

Un problema de valoración donde sin lugar a dudas el mismo vapor de agua emitido naturalmente también causa un efecto invernadero sobre la tierra y donde en efecto también se han generado grandes cantidades de metano por culpa de los herbívoros silvestres. La ganadería ha demostrado que sin dudas afecta de manera positiva el cambio climático, con estudios recientes que apoyan que desde antes de la revolución industrial la ganadería móvil es capaz de producir alimentos de un modo eficiente desde el punto de vista climático.

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