El cambio climático es una realidad y, cada año que pasa, las consecuencias del efecto invernadero son más claras. Esto, junto con la crisis energética, ha propiciado un aumento de las instalaciones de sistemas de energía renovable como la solar o la eólica.
Pero, existe un tipo de energía que aún nos resulta desconocida y puede ser clave para cuidar nuestro planeta: la energía agrovoltaica. Si quieres saber cómo funciona y en qué consiste este tipo de sistema te animamos a que sigas leyendo.
Energía agrovoltaica: la solución definitiva para cuidar el planeta
Probablemente, no hayas escuchado nunca este término y es normal, hablamos de un sistema que apenas ha comenzado a dar sus primeros pasos, pero que promete tener grandes beneficios. Básicamente, este tipo de sistemas se basan en utilizar la misma superficie para plantar cultivos e instalar placas solares.
De esta manera, la energía agrovoltaica lo que hace es instalar paneles fotovoltaicos en los campos de cultivo con dos objetivos:
- Aprovechar mejor el suelo necesario para la instalación de los paneles de energía solar. Pensemos que es un tipo de sistema que requiere disponer de bastante espacio para la colocación de las placas.
- Proteger a las plantas de las altas temperaturas. ¿Cómo? Ajustando los paneles solares para proporcionar la sombra necesaria a las mismas y que así no se quemen por el efecto de las altas temperaturas sobre las mismas.
De esta manera, se consigue evitar alguno de los problemas y limitaciones que tienen de manera más habitual los sistemas de energías renovables. Como, por ejemplo, el hecho de que las placas solares ocupan una superficie bastante amplia.
Ventajas de la energía agrovoltaica
Pero, además de las que hemos citado más arriba, la energía agrovoltaica tiene otras ventajas bastante claras que debemos conocer:
- Reduce la evaporación y aumenta la humedad del suelo. Al producir mayor cantidad de sombra, consigue que se reduzca hasta en un 29% la evaporación de la misma, por lo que se puede optimizar el agua utilizada para el cultivo.
- Aumenta la producción de electricidad. Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregón (OSU), ubicada en EE UU y pionera en energía agrovoltaica, ha indicado que con este tipo de sistema y la refrigeración que obtienen los paneles, su rendimiento aumenta hasta en un 10%.
- Protegemos el ecosistema. Este tipo de energía también contribuye al desarrollo sostenible gracias a que permite conservar la biodiversidad de la zona y reduce el uso de herbicidas.
- Obtenemos mayor eficiencia energética. Según el estudio citado más arriba, colocar este tipo de sistemas en tan solo el 1% de la superficie usada para la agricultura en el planeta, se conseguiría cubrir la totalidad de la demanda mundial de electricidad.
Como ves, los beneficios de este sistema son bastante evidentes, superando con creces los que pueden presentar otro tipo de energías renovables. Una gran oportunidad que debemos aprovechar si queremos conservar nuestro planeta durante muchos más años.