Uno de los aromas más agradables y tranquilizantes es el olor a “limpio” o a “recién lavado” y aunque en el caso de la ropa basta con aplicar un buen detergente y un poco de suavizante durante el ciclo en la lavadora, en algunas ocasiones no cumple su función como desearíamos, incluso, recién lavada, el resultado es un olor incómodo muy lejano al que se esperaba.
Otras veces la razón es la falta de limpieza del armario que huele a viejo o a “rancio”, y este hedor se adhiere a los objetos guardados en su interior. En otras ocasiones, la culpa es de la humedad acumulada por hábitos incorrectos día a día, como, por ejemplo, tirar la ropa de deporte sudada en el cesto de ropa sucia con toda la demás ¿También haces lo mismo?
Si quieres aprender qué hacer para que la ropa huela bien, sigue leyendo y conoce algunos errores que probablemente estés cometiendo y toma nota de estas sencillas, pero muy eficaces medidas para que tus prendas emanen un aroma a suavizante y permanezca por mucho más tiempo en el tejido.
Configura el programa de lavado indicado al tipo de ropa
Uno de los traspiés más frecuentes que la mayoría comete durante la colada, es lavar toda la ropa junta y no elegir un modo adecuado para cada tejido y la magnitud de suciedad o manchas que tenga.
- Antes que nada, separa la ropa por tejido. Revisa la etiqueta de la prenda donde el fabricante indica las condiciones correctas para su lavado.
- Una vez sepas como actuar, selecciona el programa estipulado para garantizar un buen cuidado y trato.
- Nunca mezcles la tela delicada que no se ha ensuciado mucho con la que se ha sudado y usado más, como la ropa interior, de deporte o jeans.
No dejes mucho tiempo la ropa en el cesto
Sé más frecuente con el lavado y evita que pase mucho tiempo con la ropa dentro del cesto, puesto que tiende a acumular olores y que se vuelvan persistentes con los días. Asimismo, el resultado será que, si una prenda huele terrible, transferirá ese hedor a las demás y será más complicado a la hora de lavar.
En el caso de la ropa deportiva húmeda o prendas sudadas (como calcetines, por ejemplo) ¡Por nada del mundo la tires en el cesto junto a la seca! La humedad da paso a la formación de bacterias, hongos y aparecerá un olor a col podrida bastante repugnante. Lo ideal es lavarla inmediatamente, y si es poca ropa, programa la lavadora con un ciclo rápido de 15 a 30 minutos.
Vierte la cantidad correcta de jabón y suavizante
No siempre más es mejor, sobre todo cuando se trata del detergente, de hecho, esta es una de las principales causas de los olores desagradables en la ropa. Usa la cantidad recomendada por el fabricante, (tanto para el jabón como para el suavizante) así obtendrás resultados eficaces sin deteriorar ni manchar accidentalmente la tela.
Seca bien la ropa después de lavarla
Antes que nada, no la olvides mucho tiempo dentro del tambor de la lavadora pues, además del tufo que desprenderán, pueden incluso aparecer manchas de moho. Tiéndela inmediatamente después de terminar el ciclo de secado. Además, de ser posible, hazlo al aire libre y lo más extendidas y separadas la una de la otra para que no haga estragos la humedad activada.
¡Y recuerda! Nunca guardes la ropa en el armario estando húmeda y cada cierto tiempo coloca ambientadores en el closet y los cajones. Una excelente alternativa es preparar un atrapa humedad con ambientador natural llenando una bolsita de malla con sal gruesa y una especie aromática de tu preferencia (clavo, canela, vainilla, jengibre, nuez moscada, anís estrellado) para aportar un aroma encantador.
También puedes emplear bolitas de olor para la ropa impregnando motas algodón en aceite esencial aromático y ubicándolas en las esquinas del armario, por otro lado, prueba llenar bolsitas de tela con hierbas aromáticas y flores secas y cuélgalas ¡Notarás la diferencia!
Asegúrate de que las prendas estén desinfectadas
Generalmente, las responsables de que el tejido tenga mal olor son las bacterias mal eliminadas. La buena noticia es que, para higienizar la ropa, basta con activar el programa de lavado conveniente con agua a altas temperaturas (más de 60° C) o lavando a mano con agua caliente.
Elimina el mal olor de la ropa con vinagre y bicarbonato
Uno de los métodos más efectivos para quitar el hedor a rancio o a “húmedo” es dejándolas en remojo con agua, un poco de vinagre blanco, bicarbonato de sodio y jabón líquido por un par de horas. No solo combatirán la pestilencia, acabarán con manchas difíciles de salir como las de sudor, vino o café.
Agrega aceites esenciales durante el lavado
En la última fase del ciclo de lavado (antes del enjuagado final), pon pausa y añade unas gotas de tu aceite esencial favorito, bien sea de flores, hierbas o aroma frutal para que la ropa huela mejor. Mientras más agregues, más fuerte será el olor.
Perfúmala al plancharla
Una excelente y simple técnica es perfumar la ropa con ayuda de la plancha, es decir, al mismo tiempo que remueves las arrugas, harás que el aroma que quieras se quede impregnado en las fibras del tejido por tiempo prolongado.
Simplemente, rocía un poco de tu perfume preferido (o aceite esencial) a la prenda antes de plancharla o añade unas gotas directamente al agua destilada de la plancha a vapor.
Y si nada ha funcionado, probablemente el problema esté en el ropero. Quizá sea una infestación de hongos y moho generados por la humedad.