La mansión de Adam Levine y su mujer, la famosa modelo de Victoria Secret, se ha convertido en uno de los temas de actualidad durante las últimas semanas. El motivo es que la casa tan gigante que tenían situada en el exclusivo barrio de Pacific Palisades, en los Ángeles, ha sido vendida en poco menos de dos meses.
Si te parece que esto ha podido ser porque el precio era económico y recomendable… ¡Estás confundido! Han vendido la mansión de Adam Levine por 48 millones de dólares, que evidentemente se justifican por la increíble propiedad que tenían, llena de lujo y confort.
¿Te gustaría saber cómo son las estancias de esta increíble mansión que tan rápido ha sido vendida? ¿Cuáles eran los secretos que allí tenía conservados la estrella de la música para que la casa fuese tan bien valorada? Vamos a ver todo esto en el artículo de hoy, así que continúa leyendo.
Los detalles y secretos de la mansión de Adam Levine
Las fotografías y detalles sobre la mansión de Adam Levine han saltado a la prensa, y gracias a ellas hemos podido enterarnos de cómo está distribuida esta enorme casa, y cuáles son los favoritos en cuanto a diseño de dos de las personas más famosas del país.
La expansión de todo el terreno es de 1,2 hectáreas y dentro de este espacio hay, de hecho, lugar para tres edificios diferentes. Estos tres edificios cuentan con unos 1500 metros cuadrados que se distribuyen en muchísimas estancias: nada más y nada menos que catorce baños y diez dormitorios.
La mansión de Adam Levine y su mujer Behati Prinsloo tiene en su estética muestras de que a la pareja le agrada la conservación arquitectónica de los grandes clásicos. El edificio principal de la enorme mansión tiene más de 800 metros cuadrados y es una construcción de los años treinta, conservando exactamente la estética y distribución de aquella época.
En cuanto a la rueda cromática que decidieron en su momento, tiene mucho de tonos crema, blancos y beige en contraposición con pinturas y obras artísticas que suponen estallidos de color. La parte externa de la casa tiene como protagonista principal la profunda vegetación, que incluso se expande hasta los tejados y las paredes de la casa.
Está claro que hay más de un motivo por el cuál la mansión de Adam Levine ha conseguido venderse por esos 48 millones de dólares en tan solo dos meses, y es probable que tenga relación con que es un auténtico lujo reservado para unos pocos. A ello se le añade una increíble distribución, una zona externa envidiable y una decoración única y carismática.