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Guía para limpiar y guardar el calzado de invierno ahora que llega la primavera

Deshazte de lo que no uses, límpialos, sepáralos por categoría y frecuencia de uso y guárdalos sin que ocupen demasiado espacio.

limpiar guardar zapatos invierno

Una de las más grandes desventajas de los cambios de estaciones es tener que organizar el armario una y otra vez, clasificar los abrigos para el frío intenso de la época fría, temperaturas aceptables de la primavera y el calor del verano. Ahora bien, además de la limpieza de las prendas para cada estación, hay algo que muchos dan por sentado: el calzado también se limpia y guarda.

Sí, sabemos que es un poco tedioso, quita mucho tiempo y lo posponemos día tras día, pero es necesario para que la suciedad y bacterias no hagan de las suyas y el calzado duren más tiempo. Hoy queremos compartir contigo esta útil guía con recomendaciones para limpiar y guardar los zapatos de invierno correctamente.

Cómo guardar calzado de invierno que ya no usas

limpieza orden calzado invierno
Limpieza orden calzado invierno

A medida que va aumentando la temperatura, se van reduciendo las capas de ropa y la vestimenta se vuelve más ligera para recibir el clima más fresco. No obstante, en lo que concierne al calzado, aunque ya no necesitarás los que son demasiado cubiertos, tampoco puedes quedarte solo con sandalias o bailarinas desabrigadas, lo ideal es dejar algunos pares cerrados para noches frías. Toma nota al procedimiento correcto para una buena limpieza y organización de los zapatos de invierno.

Saca todo el calzado y revísalo

El primer paso es comprobar el estado del zapato, verifica que estén en óptimas condiciones, y si alguno tiene desperfectos que deben ser reparados, déjalos a la vista para llevarlos al zapatero cuanto antes.

En caso de que notes algún par muy desgastado o con una rotura muy difícil de reparar, lo mejor es dejarlos en un contenedor de reciclaje de ropa o punto limpio. Y si hay algún zapato que no te gusta, o no te queda cómo, pero aún puede usarse, dónalo a quien más lo necesite.

Limpia y quita manchas

Ahora que ya tienes el calzado que permanecerá en el armario y hayas enviado los otros al zapatero, límpialos por dentro y por fuera antes de guardarlos para que estén impecables en la próxima temporada fría.

Limpiar calzado invierno

Ten presente que el método de limpieza varía de acuerdo al material de fabricación, no obstante, en general puedes hacerlo con una esponja suave, agua tibia y jabón neutro, incluso puedes lavar zapatillas de tela o lona en lavadora dentro de una funda sin problema, eso sí, no más de 30 °C, centrifugado suave ¡Y no lo metas a la secadora!

Si es calzado de cuero, aplica crema hidratante (con o son color) para protegerlo y aminorar marcas y rozaduras. Y si es de gamuza o ante, cepilla en dirección a la fibra y aplica spray protector para reavivar su color y que no se ensucien tan fácil.

Asea el espacio donde los guardarás

¿Los almacenarás en cajas? ¿Prefieres las baldas? ¿O mejor el armario? Sea cual sea el lugar, es vital limpiarlo con jabón, algún producto desinfectante (vinagre, lejía o amoniaco), ventilar y dejar secar bien para que no haya riesgo de humedad.

Guárdalos correctamente

Si quieres ahorrar espacio y que queden ordenados, categoriza el calzado por tipo u ocasión en la que lo usarías, es decir: botines, botas largas, botas para agua, nieve o zapatos de campo. Una vez hecho esto, introduce en el interior de cada uno la horma original, si no lo tienes, inserta papel periódico o de seda.

Almacenamiento zapatos botas invierno

Aunque es bueno guardar los zapatos en caja, lo recomendable también es introducirlos en bolsas transparentes de tela (preferiblemente algodón) o en gorros de ducha desechables para que puedan transpirar. Si el clima de tu ciudad es seco, también es posible en bolsas plásticas con algunos agujeros para que no acumulen humedad.

Luego, mételos en cajas de almacenamiento por categoría previamente seleccionada y etiquétalas para no desordenar todo cada vez que decidas buscar un par de zapatos, llévalas al armario, bajo la cama o en una zona seca, limpia y donde no entre demasiada luz solar. ¡Y listo!

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