Loading...

Desinfectar los utensilios de limpieza después de cada uso la acción que nadie hace y es indispensable

Estos son unos de los grandes olvidados ¡Y cuanta suciedad y microorganismos dañinos acumulan! Sigue estas recomendaciones y déjalos como nuevos.

A menudo nos preocupamos por el aseo de diversas áreas y superficies en casa, desde la cocina, el cuarto de baño, las habitaciones, el jardín, los sillones y muebles del salón, pero olvidamos lo más importante: las herramientas encargadas de la limpieza en el hogar.

La escoba, escobilla del inodoro, la fregona, los paños y bayetas, las esponjas, ¡incluso los cubos de agua! Todos ellos son pasados por alto y es esencial mantenerlos en buen estado para que hagan bien su trabajo y no esparzan más mugre y bacterias a su paso. En este artículo te contamos cómo limpiar y desinfectar los utensilios de limpieza correctamente para que no transmitan suciedad y microorganismos nocivos de un lugar a otro.

Cómo lavar utensilios de limpieza según su tipo

Aunque no lo creas, los instrumentos usados para el aseo doméstico acumulan más gérmenes nocivos que el mismísimo inodoro y, si no se higienizan después de cada uso, se deterioran mucho más rápido, se reparte la suciedad por doquier y se corre riesgo de contaminación cruzada. Además de eso, dependiendo del utensilio y lo que se haya limpiado, será fundamental desinfectarlo a profundidad cada 15 días o un mes.limpieza utensilios limpieza

En el caso de los utilizados para eliminar polvo y tierra, debes lavarlos con agua y jabón para remover residuos y mugre atrapada en las cerdas (si es una escoba). Por otro lado, si lo empleaste para recoger aceites, grasas o salsas, lávalo con un detergente alcalino y agua caliente para desprender restos. Finalmente, si limpiaste zonas de alto riesgo de contaminación cruzada (como superficies del baño o la cocina), tu aliada será la lejía. Fíjate en las siguientes recomendaciones de acuerdo al utensilio:

La escoba

Para empezar, ubícate en un espacio abierto y no en el interior de la casa, pues lo primero que harás serpa sacudir el polvo, remover las pelusas y pelos entrelazados con ayuda de tus dedos o un peine viejo si te da asco tocar las cerdas. Hecho esto, sumerge el cepillo en una mezcla de agua tibia, amoniaco y un poco de detergente y déjalo en remojo por una hora. Al terminar, enjuaga hasta que no salga espuma y ubícala al aire libre y boca arriba para que se seque más rápido.

Cepillos y escobillas de inodoro

Estos útiles, al igual que la escoba, se deben lavar de acuerdo al uso particular, por ejemplo, los cepillos para limpiar el cuarto de baño, lavar los platos o menaje en general, lávalos con agua caliente, jabón y lejía, agua oxigenada o amoníaco ¡Nunca los tres juntos! Por el contrario, los empleados para frotar muebles, cortinas o ropa, desempólvalos y retira las pelusas con otro cepillo pequeño y luego enjuaga con agua tibia.

No es aconsejado dejarlos en remojo por tiempo prolongado (a excepción de la escobilla del inodoro), pues se ablandan las cerdas y no trabajarán con la eficacia que se requiere.

Esponjas y estropajos

Estos son unos de los más ignorados ¡Y es vital mantenerlos libres de suciedad para que cumplan bien su función! Para higienizarlos, lo ideal es, una vez a la semana, dejarlos en remojo en agua con un chorrito de vinagre y bicarbonato, amoniaco con limón o un poco de blanqueador para combatir las bacterias. Pasadas un par de horas, aclara con agua tibia y déjalos secar al aire libre o durante un par de minutos dentro del microondas.

Nota: Lo adecuado es reemplazar los estropajos y esponjas cada mes.

Paños y trapos

¿Existe algo más esencial que un par de paños para limpiar cualquier objeto o superficie? ¡No lo creo! Indiferentemente, si son de algodón o microfibra, lo recomendado es lavarlos con agua caliente, detergente y cloro, bien sea a mano o en lavadora, secarlos en secadora a temperatura media y colgarlos al sol hasta secarse por completo una vez finalizado su aseo.

El plumero

Pasar el plumero repleto de polvo para quitar el polvo ¡Es lo peor que puedes hacer! Básicamente, el remedio sería peor que la enfermedad. Por eso, sacúdelo al aire libre, aspíralo si es fabricado en fibras sintéticas (como la microfibra) o lávalos con agua y jabón si es de plumas. ¡Y sécalos siempre antes de guardarlos!

Fregona

Si pasas a menudo la fregona en suelos muy sucios, lávala y desinféctala una vez a la semana, sumergiéndola por 2 horas en agua tibia, amoniaco y detergente enzimático, aclara con agua fría y seca al sol.

Igualmente, cada vez que friegues la estancia, enjuágala rápidamente con agua caliente para que no se acumule la mugre en las fibras, y no lo olvides ¡No la dejes dentro del cubo con agua sucia al finalizar las tareas domésticas!

Salir de la versión móvil