Para limpiar correctamente la superficie de su estufa de vitrocerámica, comienza reuniendo los suministros necesarios. Algunos artículos que necesitarás son un paño húmedo y suave, un paño seco y un limpiador de estufas especialmente formulado. Pero, si prefieres la opción casera y amigable con el medio ambiente, consigue un poco de bicarbonato de sodio.
Para mejorar la limpieza puedes incluir vinagre blanco, sobre todo si hay manchas difíciles de sacar o residuos quemados. Antes de iniciar, asegúrate de consultar las instrucciones del fabricante, no querrás arriesgarte si existen algunas condiciones especiales para tu cocina. Una vez que tengas todos los suministros necesarios a mano, puedes comenzar a limpiar tu estufa de cerámica tal como te enseñaremos a continuación.
¿Cómo limpiar la superficie de una cocina de vitrocerámica?
Quitar las manchas de una estufa de cerámica a menudo puede ser un proceso difícil y laborioso. Sin embargo, con los productos y la técnica adecuados, es posible eliminar incluso las manchas más difíciles. En esta guía, cubriremos algunos de los mejores métodos para eliminar las manchas de una estufa de cerámica con limpiadores naturales.
Aplicar una pasta de bicarbonato de sodio y agua
Al abordar una mancha como comida quemada en la estufa de cerámica, es importante usar el producto de limpieza más suave y no abrasivo disponible. Para combatir estas manchas, combina una pasta de bicarbonato de sodio y agua. Primero, humedece la superficie con agua, luego espolvorea una gran cantidad de bicarbonato de sodio sobre el área problemática. Luego agrega suficiente agua tibia para formar una consistencia de pasta. Con un paño limpio y seco, frota suavemente la pasta con movimientos circulares sobre el área afectada hasta que haya formado un poco de espuma.
Deja que la pasta se asiente sobre la mancha durante no más de cinco minutos antes de limpiar la espuma restante con un paño húmedo o una esponja y enjuague bien con agua tibia. Las propiedades alcalinas del bicarbonato de sodio descomponen la grasa y las partículas de alimentos que se adhieren a la superficie de cerámica de la estufa, dejándola brillante. Con una limpieza y un mantenimiento regulares, tu vitrocerámica brillará durante muchos años.
Deja que el bicarbonato actúe
Deja reposar la pasta durante 10 minutos antes de comenzar a fregar. Esto te dará suficiente tiempo para comenzar a descomponer la mancha. Una vez que la pasta haya tenido la oportunidad de asentarse, usa una esponja o un estropajo no abrasivo para frotar suavemente la mancha. Ten en cuenta que los abrasivos más duros, como la lana de acero o los cepillos de alambre, puede dañar la cubierta de la estufa de cerámica, así que evita usarlos. Una vez que se haya eliminado toda la pasta y la superficie esté limpia, enjuaga con agua limpia y seca con una toalla suave.
Elimina manchas difíciles de la vitrocerámica
Aplica la plasta de bicarbonato de sodio y deja que se asiente en la estufa durante unos minutos. Es posible que debas esforzarse un poco más rociando el área con una solución de vinagre o alcohol isopropílico antes de frotar. Usa un movimiento suave hacia adelante y hacia atrás en lugar de frotar en círculos, ya que esto ayudará a evitar que se rasque más. Limpia cualquier residuo restante con un paño seco o una toalla de papel y asegúrate de que la estufa esté completamente seca antes de realizar cualquier limpieza adicional. Finalmente, pule la superficie de la estufa de cerámica con un limpiador de vidrios sin amoníaco para darle más brillo.
¿Cómo pulir una estufa de cerámica de manera natural?
Una estufa de cerámica es una excelente manera de agregar un aspecto elegante y moderno a tu cocina. Pero uno de los problemas más comunes con las estufas de cerámica es que pueden ensuciarse y rayarse. Para recuperar ese aspecto nuevo y brillante, es importante limpiar y pulir la placa vitrocerámica con regularidad.
Una vez que la estufa haya sido pulida y fregada, es hora de aplicar una fina capa de aceite de oliva. Esto ayudará a que la estufa de cerámica se mantenga brillante y la protegerá de rayones. Aplica una pequeña cantidad de aceite de oliva con un paño suave con movimientos circulares. Asegúrate de cubrir toda la superficie, no solo las áreas donde se hayan producido rayones.