La limpieza del hogar es una labor interminable, aburrida y una de las menos valoradas del mundo. Dedicarse a las tareas domésticas diarias, consume tiempo, energía y en un par de días (o en unos minutos si hay niños y mascotas) se arruina. Sin embargo, con una buena planificación y aplicando técnicas de gestión de tiempo, es posible hacerla más sencilla, sin tanto estrés e incluso más divertida ¡Sí, en serio!
Uno de estos hacks para hacerle frente a la desorganización es el método 20/10 para limpiar la casa ¿Has oído/leído sobre él? Si no lo has hecho, sigue leyendo y entérate de qué va y cómo ponerlo a prueba en tu hogar para dejarlo impecable sin invertir tantas horas y esfuerzo.
Método 10/20: Qué es y cómo llevarlo a cabo en la limpieza del hogar
La creadora de esta práctica para agilizar los debes hogareños es Rachel Hoffman, que lo recomienda especialmente a aquellas personas que no tienen mucho tiempo disponible y no saben muy bien cómo organizarse para gestionar todo el quehacer. Esta técnica se asemeja con el ya conocido “pomodoro”, con la ligera variación de que propone lapsos de 20 minutos de limpieza intensa y 10 de descanso.
La clave está en respetar de forma disciplinada este tiempo e incluso establecer un temporizador para cumplirlos a cabalidad y mantener la concentración total durante periodo. De esta manera, se mantienen a raya las distracciones y se le presta la atención precisa a cada área en específico.
Consejos para limpiar la casa con el método 20/10
Además de vigilar cada minuto invertido a la hora de asear y ordenar en casa, la técnica de limpieza 20/10 se enfoca en llevar a cabo una pequeña tarea por vez. Es decir, no dedicarse a limpiar toda la cocina, sino a un área por lapso, por ejemplo, el cajón de los cubiertos o el interior del refrigerador. Fíjate en las siguientes recomendaciones:
- Haz la cama al despertar: Es una tarea muy sencilla, tarda 2 minutos y sus beneficios son excelentes, no solo para el orden de la habitación, sino también para aumentar la sensación de bienestar al levantarte.
- Antes de iniciar la faena, ventila: Abrir las puertas y ventanas (sea cual sea la época) permite que el aire circule, se previenen olores molestos, ácaros y bacterias.
- Lava los platos y el fregadero: Apenas termines de comer, lava los platos, menaje y utensilios usados. No lo pospongas por pereza, ¡te arrepentirás!
- Limpia el refrigerador y revisa la despensa: Estos son los sitios donde guardas la comida día a día, por eso, mantenerlos higienizados y sin alimentos descompuestos es vital para que no aparezcan olores molestos y molestos insectos
- La encimera y la cocina se limpian al final: Después de cocinar y comer, pasa un trapo en la encimera y la cocina para remover cualquier salpicadura de grasa o migas de alimentos. ¡No lo olvides!
- Siempre asea de arriba hacia abajo: Esta regla aplica tanto si es una casa de dos o más plantas, como en armarios, estantes y cualquier otra zona.
- Limpia las habitaciones de mayor a menor: Es decir, empieza por la más grande y amplia hasta llegar a la más pequeña, así sentirás que falta cada vez menos y dedicarás el tiempo estipulado a cada una sin que el cansancio gane la batalla.
- Mientras limpias, ordena: Asegúrate de ir guardando cada cosa en su sitio a medida que vas limpiando (incluyendo la ropa que lavaste y no has doblado ni colgado). ¡Algunas veces bastan menos de 20 minutos para ordenar toda la casa!
Puede parecer muy básico, pero créeme, si aplicas este método y huyes de la procrastinación, tu tiempo rendirá mucho más, tu hogar estará más limpio y tu vida mejorará. ¡Inténtalo!