El jengibre es un vegetal de raíz con un sabor fresco y especiado. Se utiliza en varias comidas, incluidas las ensaladas y los batidos. Además, posee poderosas propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias y es una gran ayuda para la digestión, por lo que es una opción fantástica para sembrar en casa, al igual que puedes plantar alcaparras usando los esquejes.
El jengibre es originario de los bosques tropicales y subtropicales del sudeste asiático. Sin embargo, es fácil de plantar en el país, siempre que se haga en un lugar libre de heladas, o se mantenga en condiciones de invernadero. Como el jengibre necesita calor, puedes sembrarlo en macetas para que pase el invierno dentro de casa con calefacción. En climas cálidos, el jengibre se desarrolla mejor en sombra parcial. Si quieres conocer más detalles de jardinería relacionada con esta planta, continúa leyendo.
¿Cómo cultivar una planta de jengibre para tener este alimento en casa?
Para plantar jengibre en casa, debes comprar un poco de raíz de jengibre fresca en el supermercado o tienda local. Por lo general, se vende junto con hierbas o con los ajos. Revisa bien la raíz cuidadosamente, logrando elegir la pieza más firme con “ojos”, los cuales son los tallos de jengibre en desarrollo. Planta esta raíz en compost poco profundo en una bandeja de semillas y manténgalo en un lugar cálido hasta por seis semanas, hasta que se hayan desarrollado los brotes. Continúa el proceso de siembra, trasplantando al jardín, sembrando en abono. Es importante mantener el sustrato regado para que puedas cosechar tu jengibre en otoño.
¿Dónde puedes sembrar este alimento?
El jengibre crecerá en cualquier lugar soleado, protegido y libre de heladas. Un invernadero es ideal, peor en el jardín donde haya sombra parcial será adecuado. También puedes mantener tu planta de jengibre en maceta y moverla cuando haga falta.
Puedes hacer una siembra de la planta de jengibre desde la raíz en maceta
Puedes colocar un trozo entero de jengibre en una maceta o cortarlo en secciones, asegurándote de que cada trozo tenga al menos dos «ojos» para que a partir de allí crezcan los brotes. Si cortas el jengibre, déjalo por un par de días para que las heridas se endurezcan. Luego, llene parcialmente una maceta con compost y coloca el jengibre en la superficie, con los ojos hacia arriba. Cubre la raíz de jengibre con un par de centímetros de compost, dejando los ojos expuestos. Riega con una presión suave y mantén la planta en un lugar cálido con sombra parcial.
Después de un par de semanas, tu raíz de jengibre habrá desarrollado raíces y brotes. En este momento, levántala con cuidado y trasplántala a una maceta más grande llena de compost, colocándola en la superficie y cubriéndola suavemente con 5 cm del sustrato. Asegúrate de que el tallo sobresalga en la parte superior y de forma firme, pero suave y riegue bien, dejando escurrir.
