Nos preocupamos por la limpieza asidua del hogar, por un paño impoluto y sin mal olor, una cocina libre de manchas de grasas o moscas revoloteando y muebles impecables sin polvo, pero, ¿le prestamos aunque sea un poco de atención a los objetos con los que limpiamos cada una de estas estancias en casa?, ¿realmente los reemplazamos a menudo o solo esperamos a que se dañen y ya?
Si quieres cambiar de hábitos y te interesa conocer cuándo se deberían reemplazar los utensilios de limpieza como la escoba, escobillas de inodoro, estropajo, bayetas y fregonas ¡Sigue leyendo! Te contamos cuál es el tiempo prudente en el que es recomendable cambiarlos para prevenir fuentes de contaminación y reproducción nociva de microorganismos.
¿Cada cuánto tiempo debería reemplazar los utensilios de aseo en casa?
Aunque a simple vista se vean “limpios”, los útiles de aseo alojan una gran cantidad de bacterias para nada favorables, y en lugar de dejar más limpias las superficies, simbolizan un riesgo para la correcta higiene del hogar, atrayendo enfermedades infecciosas con cada pasada. Por ese motivo es vital saber cuándo renovar los productos y tener en consideración su vida útil. Fíjate lo recomendado por los expertos:
Escobas y cepillos
No hay un tiempo estipulado, de hecho, la duración de la escoba y cepillos varía de acuerdo al mantenimiento que se le dé y al uso, el tamaño del hogar y el material del suelo que se limpia. En el momento en el que observes que las cerdas están muy dobladas, es momento de comprar otra ¡Pero no tires la vieja! Mejor déjala para recoger hojas y suciedad en áreas del exterior con suelos más rústicos.
Fregona o trapeador
En el instante en el que observes que este utensilio deja de remover manchas, recoger suciedad o cuando comience a apestar, dile adiós sin remordimiento. La humedad y las bacterias se habrán apoderado de las fibras y formaron hongos que nocivos para la salud. Si se utiliza a diario la fregona, lávala de forma periódica con agua muy caliente, jabón neutro y lejía, por otro lado, los expertos recomiendan que el tiempo prudente para renovarla es de cada 30 días.
Escobilla de inodoro
Esta es una de las grandes olvidadas, y que acumula una gran cantidad de microorganismos que afectan la salud. Aunque hay hogares en los que no se reemplazan ni siquiera una vez al año, lo adecuado es hacerlo al notar las cerdas ya muy desgastadas, de lo contrario, será muy difícil que cumplan su función. Igualmente, se deben lavar con lejía después de cada uso para desinfectarlas.
Estropajos y esponjas para lavar platos
La regla universal es no superar los 30 días, aunque se vea en buen estado aún, pues la fibra de las esponjas son lo más sucio de la casa, incluso más que el mismísimo inodoro. Igualmente, si no quieres contaminar la vajilla, menaje de cocina y otros utensilios, lávalos una vez a la semana con lejía o con agua hirviendo y jabón (o con el popular truco del microondas).
Bayetas y trapos
La frecuencia de cambio depende del área que se limpie. Por ejemplo, si es para la cocina o el baño, no más de 2 meses, siempre y cuando se laven y sequen por separado correctamente, una vez a la semana y con agua a elevada temperatura o con lejía (a mano o en lavadora). Asimismo, se insta a asignar un paño para cada área, deja uno para el lavado, otro para inodoro, encimeras, cocina, muebles y así para cada tarea en particular.
Ahora que ya sabes el lapso prudencial que pueden aguantar los útiles con los que limpias y mantienes el hogar en general, ten en cuenta que es posible extender su durabilidad si se lavan de forma adecuada después de cada uso. Recuerda: nada es para siempre, pero lo que se cuida, ¡dura mucho más!