Los detalles son los que marcan la diferencia. Ya sea a la hora de vestirse, en la presentación de un trabajo o en la decoración del hogar. Los accesorios y complementos, por muy pequeños o nimios que parezcan, tienen la capacidad de dar esa personalidad y ese estilo que necesita un básico, algo que se puede aplicar tanto a un estilismo a la hora de vestir como al interiorismo. ¿Cuántas veces hemos entrado en una habitación y nos hemos fijado en primer lugar en ese cojín tan original que tiene, en la alfombra tan mullida o calentita que cubre el suelo de la estancia o en esas cortinas que dan vida a un salón en madera y blanco?
Es así, en los complementos está la clave, y por ello hay que cuidarlos. En el caso de las cortinas, las cuales visten las ventanas de las diferentes estancias de nuestros hogares, es importante que luzcan perfectas, pues una cortina sucio, rota o apagada hará que la habitación en la que se encuentre, por muy nueva que sea o por muchos muebles de diseño con los que cuente, se vea también sucia o vieja, proyectando una imagen de falta de cuidado que nadie quiere. Y para mantener unas cortinas en estado óptimo, tampoco hacer falta mucho. Si no tienen ninguna mancha importante, con desempolvarlas al menos una vez al mes y lavarlas cada trimestre, será suficiente.
Consejos para limpiar las cortinas en casa
Estos cuidados serán beneficiosos en muchos sentidos, pues no sólo lo agradecerá tu vista, sino también tu olfato, pues olerán bien, y tu salud, especialmente tu sistema respiratorio, ya que al quitarles el polvo con cierta periodicidad evitarás que este se acumule y se disperse por la habitación. Independientemente de su tamaño, forma o material en el que esté confeccionada, una cortina debe lucir lo mejor posible, y para ello existen diferentes recomendaciones pues, aunque hoy en día la mayoría puede meterse en la lavadora, hay algunas que precisan lavado a mano o en seco.
Por ello, en primer lugar debes informarte del tejido en el que están fabricadas -lino, algodón, seda, etc.-. Normalmente lo pone la etiqueta. Si este permite lavarse a maquina, el proceso será muy sencillo, pues únicamente deberás quitar tus cortinas del soporte fijándote bien en que has soltado bien todos los ganchos que la sujetan. Esto es muy importante, pues suponen un autentico peligro si se meten también en la lavadora ya que podrían tanto dañar la cortina como estropear tu lavadora, con lo esto supone, especialmente para el bolsillo.
Una recomendación importante es que, antes de meter las cortinas en la lavadora, les quites el polvo -si es preciso puedes hacerlo con un aspirador- y las enrolles bien, pues así se evitará que se arruguen durante el proceso de lavado. Asimismo, deberás echar otro vistazo a la etiqueta pues, si bien pueden lavarse en lavadora, en función de su tejido se recomienda una u otra temperatura, así como en determinado ciclo de lavado. Normalmente se indica que se programe el ciclo delicado y se utilice un detergente a ser posible suave. Asimismo, si es posible, lávalas solas, sin ninguna otra prenda.
Si tus cortinas son blancas pero están adquiriendo una tonalidad amarillenta, siempre puedes agregar un poco de bicarbonato o un chorrito de vinagre cuando eches el detergente. Y para finalizar, una vez estén lavadas, lo mejor es que las dejes secar al aire, ya sea al sol o en el interior, pero en la medida de lo posible evita la secadora, pues puede dañar seriamente tus cortinas. Si su tejido lo permite, un «golpe de plancha» conseguirá el acabado que precisas para que estas vuelvan a lucir como nuevas. O casi.
Limpieza de cortinas con vaporizador
Además de en lavadora, otra forma de poder limpiar tus cortinas logrando buenos resultados es utilizar un vaporizador y seguir unos sencillos pasos. En primer lugar, debes cerrar las cortinas y, una vez que el aspirador alcance la temperatura adecuada -no se recomienda que esté muy caliente-, pásalo sobre las cortinas, preferiblemente en el lado del revestimiento. De arriba a abajo, realiza amplios movimientos de barrido hasta lograr quitar todo el polvo o suciedad y dejar las cortinas con la apariencia deseada.
El último paso que debes realizar es el de eliminar el tan temido moho, y, para ello, es importante que la habitación esté ventilada en todo momento y mantenga una buena temperatura. Eso sí, en aquellas habitaciones particularmente propensas a la humedad, se recomienda usar un deshumidificador. En la actualidad hay una gran variedad de ellos en el mercado que consiguen no sólo mantener a raya la humedad, sino también a los virus y gérmenes que suelen estar asociados esta.