Aunque la energía solar está arrasando en crecimiento y en conseguir grandes ahorros en los hogares con el autoconsumo fotovoltaico, es importante recalcar que también es posible maximizar su poder mediante la concentración de la energía solar y hacerla más poderosa. Aquí intervienen las torres solares, también llamadas heliostatos y que, mediante espejos móviles, capturan y luego enfocan los rayos del sol hacia un punto concreto.
Este tipo de energía ofrecida por las torres solares es catalogada como energía renovable, ya que al fin de cuentas la energía recolectada es la solar, dentro de esta denominación es posible incorporar a los sistemas de cilindro parabólico o de motor de plato, puesto que constituyen energías solares concentradas (CSP). Energía solar al alcance de las comunidades y a una escala que permute suplir a localidades enteras y a ciudades.
Las torres solares generan electricidad a partir de la energía solar
Para su correcto funcionamiento necesitan de grandes extensiones de terreno donde estarán colocados los espejos solares (heliostatos), los cuales recogerán la radiación solar y al mismo tiempo la enviaran hacia un receptor en lo alto de la torre. La tecnología de estos sistemas es de alta gama porque para maximizar su eficacia los espejos están perfectamente controlados por sistemas computarizados que permiten aumentar su eficacia al seguir a la radiación solar.
Esta elevada concentración de calor en un pequeño espacio en la torre permite que mediante el uso de un fluido de transferencia pueda crearse vapor, el que a su vez se utiliza para dar movimiento a una turbina para generar electricidad. Hoy día es posible que las torres solares utilicen tecnología de punta que además permite gestionar y almacenar el calor en forma de energía térmica para ser utilizado cuando se necesite.
La energía solar garantiza un mínimo impacto ambiental
Las altas temperaturas logran que la eficiencia sea mayor y por consiguiente generar energía incluso en días nublados, para ello se combinan a la perfección con sistemas de almacenamiento que permiten a las torres de energía solar producir energía de un modo constante y confiable durante las 24 horas del día sin importar las condiciones meteorológicas reinantes.
Las ventajas ambientales de las torres solares en comparación con las plantas que queman combustibles fósiles son innegables y es que estos sistemas de energía solar no lanzan ningún tipo de contaminación al aire ni a las aguas y no crean ninguno de los típicos gases de efecto invernadero que son comunes en los procesos de generación y creación de energía.
Los impactos ambientales se limitan a los creados en la construcción de los materiales que serán empleados en la fabricación y montaje de la torre y en su traslado hasta el sitio de la obra y a todo lo concerniente con los efectos negativos sobre el terreno donde se instalara la torre solar, con la afectación a las plantas y a los animales que viven allí. Pero más allá de ello, las torres solares son amplias garantes de los beneficios directos y ecológicos de la energía solar.
Muchas de estas torres solares son construidas en lugares desérticos donde el impacto ambiental es nulo e inexistente con respecto a la vegetación y a la fauna. Además, el enfriamiento de estos equipos solares generalmente se lleva a cabo por aire o por agua sin incurrir en contaminación de estos elementos naturales, siendo perfectamente factible su posterior uso para diversas actividades.
Las torres solares como una solución a gran escala
Aunque la inversión sea de gran envergadura, las torres solares ofrecen todas las ventajas competitivas para ser garantes de energía eléctrica limpia y barata para suplir las necesidades de las ciudades o a gran escala. Su construcción y la sencillez de sus elementos crean las condiciones necesarias para ser adoptadas como una fuente confiable de energía para las comunidades y manteniendo la premisa de la energía solar como una energía ecológica y renovable.
Un mecanismo de alta eficacia para lograr la generación de energía a través de la radiación solar y que en la actualidad permite un correcto y eficaz almacenamiento para ser empleada en días donde las condiciones de luminosidad no sean las óptimas o en las noches, logrando una plena autosuficiencia para eliminar la dependencia de la red de energía eléctrica tradicional externa.