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El abuso de estos alimentos ya causa más cirrosis que el alcohol

El consumo habitual de comida rápida aumenta el desarrollo de hígado graso no alcohólico que puede acabar en cirrosis o cáncer hepático

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Un estilo de vida marcado por las prisas o el estrés facilita que caigamos en malos hábitos de alimentación como los precocinados o la comida rápida. Además suelen ser alimentos de bajo coste y los elegimos cuando tenemos que comer fuera por obligación con frecuencia. Además, son alimentos que pueden causar adicción.

Las consecuencias de una alimentación poco saludable, unida en muchos casos a la ausencia de ejercicio físico, pueden notarse en un aumento de la grasa corporal, sin embargo, puede esconder problemas de salud tan graves como el hígado graso.

La comida rápida y el desarrollo de hígado graso

La relación entre la ingesta frecuente de comida rápida y el desarrollo de hígado graso no alcohólico no está tan visibilizada como el de otros hábitos que provocan esta enfermedad. Sobre todo, porque no ha sido hasta su considerable aumento en el consumo cuando se han empezado a notar.

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En EE.UU., el pías con más casos de cirrosis no alcohólica, la comida rápida es el 20% de la alimentación de muchas personas

De hecho, en Estados Unidos, el país con más casos de obesidad por consumo de comida rápida, ya es el principal causante de trasplantes de hígado. Una operación provocada históricamente por el consumo frecuente y abusivo del alcohol.

La comida rápida es la quinta parte de la alimentación de personas con diabetes y obesidad

Según un estudio de la revista científica Clinical Gastroenterology and Hepatology, las personas con sobrepeso y problemas relacionados con la obesidad como diabetes que consumen al menos el 20% de su ingesta diaria de calorías en comida rápida presentan niveles muy elevados de grasa en el hígado en comparación con quienes no comen este tipo de alimentos o lo hacen de manera muy puntual.

En España, los casos de trasplantes por hígado graso no alcohólico están aumentando considerablemente, siendo el perfil del paciente, personas jóvenes o con pocos ingresos económicos.

Aunque en España los trasplantes de hígado graso no alcohólico también supera ya al provocado por el alcohol, se diferencia de Estados Unidos porque aquí el consumo de comida rápida no es tan alto como en el caso norteamericano y los motivos están relacionados también con el sedentarismo y el consumo de alimentos ultraprocesados.

¿Qué es el hígado el hígado graso?

El hígado es un órgano cuyo correcto funcionamiento es de suma importancia en nuestro organismo. Ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas. Puede verse afectado por la acumulación de grasa dando lugar a dos tipos de enfermedades: hígado graso no alcohólico e hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica.

El caso del hígado graso por alcohol es provocado por un alto consumo de bebidas alcohólicas. El hígado descompone la mayor parte del alcohol para eliminarlo del organismo, pero este proceso puede generar sustancias dañinas para las células del hígado, provocando inflamación y debilitamiento las defensas naturales del cuerpo. Las siguientes fases de esta enfermedad son la hepatitis alcohólica y la cirrosis.

El hígado graso no alcohólico

Cuando hablamos de hígado graso no alcohólico, la enfermedad que esta superando a la anterior debido a la mala alimentación y el abuso de comida rápida, podemos diferenciar dos tipos.

Por un lado, el hígado graso simple, en el que hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado. No suele crear complicaciones Por otro lado, se puede llegar a la esteatosis hepática no alcohólica, en el que sí existe inflamación y daños que pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado, pudiendo dar lugar a la cirrosis o cáncer de hígado.

No existe tratamiento

Para evitar las consecuencias del hígado graso no alcohólico, la única forma es mantener una alimentación saludable y evitar el consumo de comida rápida y ultraprocesados, ya que una vez que aparece es irreversible.

La dieta mediterránea es la más recomendada por nutricionistas para un correcto funcionamiento del hígado. Las personas con diabetes tipo 2 u obesidad tienen más probabilidades de desarrollarlo, por lo que una dieta baja en azúcares industriales y con una rutina de deporte, nos ayudará a mantenernos lejos de esta enfermedad.

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