Las celebridades, personajes públicos y demás nombres conocidos suelen ser quienes llevan la cabecera en todo lo que tiene que ver con la alimentación y el estado físico tanto interior como exterior. Disponen de expertos nutricionistas que diseñan dietas muy eficaces desde el desayuno hasta la cena. Los buenos resultados de muchas de ellas se reflejan en quienes las toman es cuestión de tiempo descubrir el secreto.
Como sabemos, la reina Letizia es una de las personas conocidas que más atención pone en el autocuidado. Su cambio físico a lo largo de los últimos año así lo reflejan. No sabemos gran cosa de su intimidad, pero que no se pierde un día de ejercicio y que se preocupa por su alimentación para estar en forma, lo tenemos claro. Ese día empieza por un buen desayuno, seguido de esta interesante dieta.
¿En qué consiste la dieta Perricone que podría seguir la reina Letizia?
No hace mucho fue una noticia muy comentada que la reina de España podría estar siguiendo la dieta Perricone. Esta dieta, elaborada por el dermatólogo Nicholas Perricone, con el fin de evitar las enfermedades graves, el envejecimiento de la piel y la aparición de estrías, producto de la inflamación. Por ello se trata de una dieta antiedad rica en alimentos con propiedades antiinflamatorias.
La reina habría seguido esta dieta por estas propiedades, pero también porque es una alimentación ideal para mantener un buen peso. Según su creador, los primeros resultados del adelgazamiento se notan en solo tres días. Los alimentos antioxidantes y las proteínas de calidad tienen un papel fundamental en esta dieta, cuya comida más importante, haciendo honor a lo que suele decirse, es el desayuno.
El desayuno de Letizia
Todavía no hemos sido invitados a desayunar a La Zarzuela para ver qué desayuna exactamente la reina. Pero mientras esa invitación nos llega, podemos contarte en qué consiste el desayuno de la dieta Perricone y, por lo tanto, acercarte mucho a lo que la reina Letizia toma cada mañana.
La principal característica de esta dieta es que propone un desayuno sin pan, así que si vas a seguir los pasos de la reina, ya puedes decirle adiós a las tostadas. Pero te aseguramos que no te vas a quedar con hambre porque uno de los desayunos más comunes de la Perricone es el que se compone de una tortilla de tres claras y una yema y/o 113-170 gramos de salmón a la plancha, media taza de copos de avena, una tajada de melón, unos 125 gramos de frutos del bosque, té verde —nada de café si quieres evitar el deterioro de la piel— y un vaso de agua. Como ves, es muy sencilla y todos los ingredientes son de lo más habitual en cualquier supermercado.
El salmón, y especialmente el salmón salvaje, contiene ácidos grasos esenciales que mejoran el aspecto de la piel aportando firmeza y luminosidad. Las frutas seleccionadas son bajas en azúcar, con lo que evita las calorías y cambiar el té por el café retrasa en el envejecimiento y es más saludable para el sistema cardiovascular. El desayuno incluye el primer vaso de agua de los ocho diarios que esta dieta recomienda.
Alimentos que deben estar y que no deben estar en la dieta Perricone
El principal argumento de esta dieta esta en dar prioridad a los alimentos antioxidantes y las proteínas de alta calidad. ¿Y cómo se traduce eso en la lista del supermercado? Apunta: huevos —sin son ecológicos o de gallinas criadas en libertad, mucho mejor—. En las frutas kiwi, manzana, limón, pera, frutos rojos y melón. También incluye copos de avena —comprueba los datos calóricos cuando los compres, algunos contienen mucho azúcar— y semillas. Si vas a comprar pescado, que sea salmón y, de carne, elige pechuga de pavo. Las verduras de hoja verde, el aceite de oliva, yogur natural, agua mineral y té verde o negro, completan la lista.
Por otra parte, existen una serie de alimentos que la dieta Perricone recomienda evitar a toda costa. Estos son El azúcar, el alcohol y las harinas refinadas, que no es de extrañar que queden fuera de una dieta que busca mejorar la salud. Lo que llama la atención es que prohíbe frutas como la naranja, el mango, la sandía, la papaya, el plátano o las uvas, y algunas verduras como la zanahoria, la calabaza o las patatas. Puede que sea por la fructosa, aunque el azúcar de estos alimentos no se metaboliza como el industrial.