Cuando hacemos comida de más y nos sobra, es habitual conservar esos alimentos en la nevera para tomarlos en los días siguientes. Pero, ¿de cuánto tiempo disponemos realmente para comernos las sobras antes de que se estropeen?
No hay nada más desagradable que abrir un tupper y que el mal olor nos avise de que se nos ha pasado el tope de días para comernos lo que habíamos guardado. Así es como puedes evitarlo.
Lo principal es una nevera a salvo de bacterias
La acumulación de suciedad en la nevera es algo de lo más habitual. No hace falta que estés un año sin limpiar la nevera para que ocurra. Se derraman líquidos, se desprenden jugos de frutas y verduras, restos de alimentos que se han salido de su recipiente… en una semana tu nevera puede ser un foco de bacterias. Por eso es muy importante mantener la nevera limpia y ordenada. De esta manera evitamos la proliferación de gérmenes que pueden afectar al estado de los alimentos.
¿Cuánto tiempo pueden durar las sobras de comida en la nevera?
Las bajas temperaturas del interior de la nevera ayudan a ralentizar el proceso de putrefacción de los alimentos cocinados. Si quieres un prueba, deja unas lentejas una noche de verano en la olla fuera de la nevera y mete un tupper con las mismas lentejas en el frigorífico, a ver cuáles te puedes comer al día siguiente. Sin embargo, es importante saber que el periodo de tiempo que los alimentos cocinados se conservan en buen estado no es demasiado largo. Para evitar intoxicaciones alimentarias no deberías tardar más de dos o tres días a lo sumo en comerte las sobras de las comidas.
Para que tengas una idea más clara, los filetes de carne o la carne cocinada pueden durar entre dos y tres días, el pescado, entre uno y dos —si te lo comes al día siguiente de haberlo cocinado como muy tarde, mejor—, los guisos, potajes y sopas, pueden durar entre dos y cuatro días y los embutidos, una vez abiertos, pueden durar hasta cinco o seis días.
Algunos consejos para evitar el desperdicio de las sobras
Tan importante como lavarse bien las manos antes cocinar o de comer es hacerlo antes de guardar las sobras en la nevera. En realidad, siempre que se trate de manipular comida hay que tener las manos muy limpias. De esta manera evitamos que organismos como bacterias y gérmenes vayan con el alimento a la nevera y las deterioren antes.
Habrás oído que los alimentos calientes no pueden guardarse en la nevera. En realidad, no pueden ir a la nevera mientras estén hirviendo, si lo tocas y quema, debes esperar, pero no hace falta que se enfríe del todo. Cuando deje de quemar, puedes guardarlos. Tapa bien el alimento. Guárdalo en un recipiente hermético o envuélvelo en papel film sin dejar zonas expuestas o entradas de aire.
Por último, si no sabes con seguridad si te vas a terminar de comer las sobras en los días siguientes, siempre que el alimento lo permita, es mejor congelarlo para poder disponer de ese plato cuando mejor te venga. Si sueles guardar muchas sobras o descongelar comida a menudo, es muy recomendable anotar la fecha en el recipiente para no pasarte de días.