El jamón es un alimento que tiene distintas variedades: serrano, de York, ibérico… por lo que seguramente te hayas preguntado en alguna ocasión cuál es la que es más saludable o más beneficiosa. En esta ocasión, solo nos centraremos en dos de ellas, que por cierto son de las más populares y mejor valoradas en todo el mundo: el jamón ibérico y el jamón de York.
Estos dos jamones destacan por su sabor y su textura, y son dos ingredientes ideales para un rico bocadillo. ¿Te habías preguntado alguna vez cuál es el más sano? A continuación, daremos todos los detalles para responder a esta pregunta de la manera más completa posible. Hoy saldrás de dudas de una manera definitiva.
Jamón ibérico y jamón de York: ¿cuál es más sano?
En primer lugar, tenemos que fijarnos en un detalle que es muy importante: la composición de cada jamón. Mientras el jamón de York o cocido es menos calórico, el jamón ibérico, especialmente el de bellota, puede aportar grasas insaturadas. De todas formas, muchos jamones de York que encontramos en el supermercado, por desgracia, contienen sal y azúcares que lo convierten en un producto ultraprocesado y, por lo tanto, menos sano. De todos modos, ambos jamones se pueden consumir incluso si se sigue una dieta de adelgazamiento, aunque siempre en una cantidad moderada.
En segundo lugar, el jamón ibérico de bellota es el más sano de los jamones ibéricos, ya que posee un menor nivel de grasas saturadas y aporta una gran cantidad de ácido oleico, el cual está presente en productos como el aceite de oliva. El jamón de York es saludable en el caso de que no sea un producto procesado, y es que los expertos recomiendan no abusar de la carne procesada, ya que, a la larga, puede resultar bastante perjudicial para la salud. Como conclusión, diremos que no se puede determinar con claridad cuál de los dos es más sano. Lo que sí te diremos es que se pueden consumir los dos, pero siempre con moderación.
Por qué hay que evitar los jamones procesados
Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, la carne procesada no se debería consumir con asiduidad. Además, la OMS (Organización Mundial de la Salud) la incluyó en su lista de cancerígenos. Lo importante a la hora de elegir un jamón, sea del tipo que sea, por lo tanto, es la composición y lo que aporta a la salud. Si tiene una mayoría de fécula, azúcar y demás aditivos, no es un buen jamón. Aplica este consejo y de esta forma te asegurarás de comprar el mejor jamón posible, sea ibérico o de York.