El chocolate es uno de los alimentos más preciados de todo el mundo gracias a su variedad de usos. Especialmente en repostería, pese a que se trate originalmente de un fruto extremadamente amargo.
Pero el cacao no siempre ha estado al alcance de todos, en su día fue un producto de lujo y quienes no podían acceder a este alimento se conformaban con lo que se convino en llamar «el chocolate de los pobres», un nombre un tanto desacertado si por entonces hubiesen sabido su auténtico valor.
La algarroba, el sustituto low cost del chocolate
La algarroba fue el superalimento económico que se convirtió en el sustituto perfecto para el cacao, un producto escaso y costoso al principio de su comercialización. Además de un coste menor, ofrece la posibilidad de disfrutar de un sabor similar al del chocolate sin los inconvenientes de las calorías, las grasas y el azúcar excesivos.
Esta legumbre de apariencia modesta es una auténtica bomba nutricional que acaba de ser redescubierta y está revolucionando la forma en que percibimos los placeres dulces. La algarroba no solo es una alternativa deliciosa, sino que también es uno de los mejores alimentos que puedes encontrar para tu bienestar.
¿Qué tiene de especial la algarroba?
Este sustituto del chocolate es un alimento cargado con una generosa cantidad de fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Por este motivo, la legumbre se ha ganado un lugar destacado en la lista de superalimentos que debemos incluir en nuestra dieta diaria.
A diferencia del cacao, la algarroba es una opción baja en grasa, lo que la convierte en un capricho más ligero y fácil de digerir. Además, la mayoría de sus grasas son del tipo insaturado, conocidas por sus efectos positivos en la salud cardiovascular. Por otra parte, el alto contenido de fibra, tanto soluble como insoluble, es un aliado para la salud digestiva. No solo promueve un tránsito intestinal fácil, sino que también ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre y a mantener a retrasar la aparición del apetito.
El dulce que todos pueden comer
Con un índice glucémico bajo, la algarroba es perfecta para quienes buscan cuidar su azúcar en sangre. Esto la convierte en una opción viable incluso para personas diabéticas o con problemas relacionados con el azúcar. La algarroba está también repleta de polifenoles, unos compuestos antioxidantes que trabajan para proteger nuestras células de los daños ocasionados por los radicales libres, que son las células responsables de la aceleración del envejecimiento de los tejidos y de la aparición de algunos tipos de cánceres.
Energía a base de vitaminas y minerales esenciales
La algarroba es también rica en los minerales con mayor peso en el funcionamiento del organismo. Por ejemplo, es rica en hierro, fundamental para la producción de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno a través de nuestra sangre, manteniéndonos llenos de energía. Otro mineral que encontramos en abundancia en esta maravillosa legumbre es el calcio, hasta un impresionante 35% de la cantidad diaria recomendada.
La algarroba no se queda atrás en cuanto a vitaminas. Vitaminas del grupo B, vitamina A para una piel radiante y una visión clara, y vitamina D para fortalecer huesos y dientes, también forman parte de las virtudes de este alimento. Seguro que si en su día hubiesen sabido que la algarroba presenta tantas cualidades más allá de su capacidad para los sabores dulces, se lo hubiesen pensado dos veces antes de convertirla en el sustituto barato del chocolate. De hecho, la algarroba ya forma parte del recetario de chefs al mande de las cocinas con más nombre del país, por lo que de low cost ya va a tener poco.